El detective había quedado atrapado en la habitación de lavado, era la única ventana que se encontraba abierta desde donde Liam le había dado ingreso y ahora intentaba violentar la puerta sin ponerse en evidencia sobre su presencia para no alertar a James.

Mientras tanto, terribles imágenes y sensaciones comenzaron a pasar por la mente de Amber: el aturdimiento, sus labios que parecían adormecidos y no podían hablar, un hombre en medio de una fiesta la tomaba de la cintura y la amenazaba y, por último, aquel desconocido tocando su cuerpo.

— ¡Dios no!, no puede ser posible.

— ¿Crees que me conmoverás con tus lágrimas y tu llanto?

— Por favor, no te desquites con ella, fui yo quien invité a tu padre a esa fiesta y que pedí que fuera ella para verla antes de irme. Fue un acto egoísta que cambió la vida de todos.

— Mi papá es inocente y si eres culpable porque lo perjudicaste con socios y amistades de alta sociedad, ¿sabes cómo nos veía la gente?, como nos golpeaban en la escuela por ser