Amber estaba en su habitación analizando qué hacer en los siguientes días para deshacerse de su querida prima, pero como si hubiese escuchado sus pensamientos en ese momento tocó a su puerta.

— ¿Amber estás despierta?—, “¿para qué dejé la luz encendida? Ahora no puedo fingir que estoy dormida".

— Sí, lo estoy pasando.

— Solo quería decirte que puedes estar tranquila, dije que me quedaría hasta que volviera mi tía solamente para que estuviera tranquila.

— ¿No te quedarás?, qué tristeza me da.

— No hace falta la ironía, en realidad tengo con quien pasarla mucho mejor.

— Qué bueno, no hace falta que me comentes tus planes o vida privada.

— No pensaba hacerlo, solo te quería pedir un regalo de cumpleaños.

— ¿Tú dirás?

— La noche de mi cumpleaños, después de la fiesta, quiero dormir aquí, no quiero estar sola después de pasarlo con tanta gente.

— Por mí está bien, no hay problema.

— Gracias prima, te dejo dormir entonces, hasta mañana, mua, mua, cuando despiertes, ya me habré ido.

— Está b