Me despierto de un salto, como si me hubieran echado un balde de agua hirviendo. Cuando me ubico en mi entorno, me doy cuenta de que ya no estoy en ese frío bosque, sino en la cama de Benjamin, entre sus suaves y cálidas sábanas.Salgo de la cama de un solo brinco y me asomo a la ventana. Por suerte es de noche, y siento que no he dormido mucho, a diferencia de la última vez que desperté y descubrí que había estado en cama durante un mes.«Benjamin lo hizo de nuevo, me dejó inconsciente.»Sin embargo, esta vez es diferente porque creo que solo dormí unas horas. Lo supongo porque aún siento un leve dolor en mi entrepierna por lo que hicimos en el bosque. Cada vez que lo recuerdo, mi cara se pone roja y mi corazón se acelera.Me miro al espejo y noto que llevo ropa diferente. Seguramente también me cambió de ropa interior y se encargó de asearme. Lo que llama mi atención no es eso, sino el collar que cuelga de mi cuello. Es el que tiene forma de flor que he conservado hasta ahora porque
Estoy a punto de darle una respuesta a Charles, aunque no confíe en él, pero el miedo me paraliza. El hombre deja de estar quieto y se acerca a mí, erizando mi piel. Ahora que conozco su verdadero rostro, su proximidad me causa escalofríos.—Váyase, resolveré mis dudas con Benjamin —digo, esforzándome por mantener firme mi voz.—¿Tienes miedo? —su sonrisa maliciosa me inquieta. Me observa, pero siento que su mirada atraviesa mi ser, como si viera a alguien más.—Ya no confío en usted —admito con sinceridad.—Es una pena —acerca su mano hacia mí, y la pared a mis espaldas no me deja espacio para retroceder—. Eres tan malditamente idéntica.—¿Qué? —pregunto, confusa.No responde. Toma un mechón de mi cabello y lo acaricia entre sus dedos.—No me toque —le aparto la mano de un manotazo—. ¿Qué pretende?.A Charles no le agrada mi rechazo; lo veo en la sombría expresión que se dibuja en su rostro. Sus ojos dorados se oscurecen y su sonrisa desaparece, dejando un semblante endurecido. Tiemb
—Ese niño... es como un monstruo —continúa Benjamin, dejándome petrificada—. Giselle en realidad no tenía tres meses de embarazo, sino menos. Al ser humana y no una Oracelia, su gestación ha avanzado muy rápido porque el bebé en su vientre la ha estado consumiendo rápidamente. Su cuerpo es demasiado frágil para soportarlo por más tiempo. Actualmente, solo tiene cuatro meses de gestación —confiesa, llenándome de terror—. Aquella vez que te dejé inconsciente, lo hice porque Giselle estaba notando los cambios. Logré controlar su mente por unas semanas, pero todo se salió de control. El mes que estuviste en coma fue intencional, no quería que presenciaras la agonía de Giselle siendo devorada por el fruto en su vientre.—Es... una locura —suelto una risita nerviosa e incrédula.—Ella... tendrá que morir, Nevaeh. Su parto no será natural; la criatura desgarrará sus entrañas para poder salir —lo miro horrorizada, sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo—. El bebé está desesperado por salir
Benjamin empezó a aclararme muchas cosas que no sabía. Aparte de la maldición que tenemos, otros detalles restantes. Por ejemplo, la razón detrás de darme aquella droga que me iba a impedir tener bebés; y obvio comprendo sus razones. Me dijo que la razón por la que castigó a mi sirvienta Adeline en aquel momento fue por mí. Me contó las veces que entró a mi habitación a escondidas solo para verme, algo que me hizo llorar con solo escucharlo.Me comentó sobre la historia de su abuelo, el verdadero motivo por el que está postrado en sillas de ruedas. La historia de su padre, y pude entender la razón de su odio hacia mí. Cuando me ve, seguramente le recuerdo a mi madre, la Oracelia que lo abandonó. También me dio un poco más de detalles sobre Richard, quien es un poco más reservado que todos, pero que la pasó muy mal con la muerte de su esposa, y que por un tiempo, dejó de lado al pequeño Joel porque recordaba la muerte de la mujer que amaba. Todos pasan por dolores totalmente diferente
POV: Benjamin Worsley. Una de las razones por las que un Umbríleo se vuelve peligroso tras perder a su Oracelia, ya sea que ella lo abandone o fallezca, es porque en nuestro corazón se desarrolla un sentimiento de posesión, un amor que no se podría considerar sano.La ley del destino dicta que debemos amarlas, regar su frágil corazón con la esencia del amor, un amor que será su propia perdición. Con ese amor, ellas pueden concebir, la semilla maldita puede nacer y, al final, ellas morirán mientras nosotros sobrevivimos.Desde el nacimiento, cada Umbríleo es inculcado con esa ley; sabemos a qué venimos y cómo terminamos. Sin embargo, cuando la ley del destino se viola, como en el caso de mi padre cuando su Oracelia lo abandonó, ese amor se convierte en odio, un odio nocivo y destructivo. El Umbríleo sufre, es incapaz de volver a amar, y aunque encuentre otro recipiente, nada puede llenar el vacío en su corazón.En este momento, mi padre se ha convertido en un Umbríleo sumamente peligr
Nevaeh se ha quedado dormida, o mejor dicho, la he inducido al sueño. Estaba llorando tanto después de que le conté la única solución para su embarazo, que no tuve más remedio que hacerla caer en un profundo sueño para que al menos pudiera descansar su mente. Ha pasado por mucho hoy: la escena en el bosque, y ahora esta tormenta que ha desatado mi padre.En lo más profundo de mi corazón, en lo más recóndito, siento un atisbo de alegría al saber que ella lleva una parte de mí dentro de su vientre. Mi semilla. Sin embargo, cualquier rastro de felicidad se ve opacado por nuestra oscura realidad.Otras personas se sienten felices, lloran de alegría al saber que serán padres. Organizan eventos especiales, invitan a amigos y familiares para celebrarlo en grande, esperando ansiosos el nacimiento de su bendición.Nosotros somos todo lo contrario. Lloraremos, pero de tristeza, porque sabemos que el fruto en el vientre de la mujer que amamos es una maldición, no una bendición.Nevaeh apenas lo
POV: Nevaeh Winter. Un susurro en mi oído me hace abrir los ojos de golpe, como si me hubieran asustado profundamente. Me incorporo desorientada, dándome cuenta en un instante de la penumbra y la soledad que me rodean.Aparto la manta que me cubre y miro alrededor. Benjamin no está; estoy sola, y el miedo empieza a colarse bajo mi piel.Salgo de la cama con cautela, evitando hacer el más mínimo ruido en medio de este denso y tenebroso silencio. ¿Dónde está Benjamin? Ni siquiera recuerdo cuándo me quedé dormida. Intento reconstruir lo sucedido, pero mi mente es una neblina.El chirrido de la puerta al abrirse me hace pegar un brinco. El terror es indescriptible. Puedo escuchar mi corazón latiendo frenéticamente.—¿Hola? —llamo, ocultándome al otro extremo de la cama. La puerta está entreabierta, pero nadie entra—. ¿Benjamin? ¿Eres tú?.Silencio.Me muevo lentamente, mis pies descalzos rozando la fría baldosa. El pánico me paraliza, pero aun así avanzo hacia la puerta, como si estuvier
Hace muchos, pero muchos años, existió una hermosa joven, hija única de una familia importante. Era caprichosa, encantadora y dulce; lo tenía todo.En un momento dado, aquella bella joven se enamoró, pero no precisamente de un hombre de su misma clase social. Se trataba de su chófer, un hombre guapo y joven, solo dos años mayor que ella.Ambos correspondieron al sentimiento mutuo y mantuvieron una relación a escondidas. Se amaban, y ella estaba profundamente enamorada de aquel hombre. Hasta que un día, los padres de la joven descubrieron su amorío.A pesar de la oposición familiar, la joven insistió en seguir con su amado. Y él, sintiéndose indigno de ella, tomó una decisión que los uniría como tanto deseaba, aunque se sintiera poco merecedor.El hombre tomó la virtud de la joven en una noche de pasión, lo que produjo un gran revuelo en la familia, ya que la virtud era muy importante según las leyes familiares. Las mujeres solo debían ser tocadas por sus parejas después de casarse, lo