POV: Benjamin WorsleyQuiero arrasar con todo a mi paso. El enojo corre por mis venas sin disminuir ni una pizca. ¿Qué demonios me pasa? Solo verla tan cerca de él, casi besándose, me hizo hervir la sangre de una manera inhumana.Por mucho que intenté demostrar que no me afectaba, terminé explotando como un maniático celoso marcando su territorio. Le di un beso nada dulce. ¿En serio? ¿Desde cuándo soy así?.Sigo dando vueltas en mi estudio, intentando aliviar de alguna forma la molestia que llevo por dentro. Esa mujer sabe cómo atacar mis puntos débiles, esos que ni siquiera sabía que tenía. Ni hablar de mi tío Richard. ¿Qué pretende al provocarme así? ¿Que acepte toda esta situación como si nada? Si es así, casi me vuelvo loco de los malditos celos, aunque odie admitirlo.—Señor, el auto está listo —me informa Hitler, tocando a la puerta. Detengo mis pasos y me dirijo hacia ella, abriéndola antes de dar la orden.—Tú te quedas aquí —le digo, y me mira confundido. Siempre está conmigo
***La incomodidad estando cerca de mí es evidente. Trata de disimular lo mejor que puede, pero no me engaña. Estoy convencida de que me está siguiendo y vigilando. ¿Qué le pasa a Benjamin? Es obvio que fue él quien envió a su perro de confianza, Hitler, para espiarme.Decidí salir a pasear por los jardines del castillo con Joel, quien me pidió ayuda con su tarea después de que Benjamin se fue a la empresa. Pero, extrañamente, Hitler nos ha estado siguiendo. No estoy en peligro, no necesito atención y no tengo intención de huir. Entonces, ¿por qué diablos me sigue? Lo único que se me ocurre es el reciente suceso con el tío de Benjamin, y quizás por eso está paranoico.—Mami —Joel tira de mi vestido y aparto mis ojos de Hitler para fijarme en él—. Ya hice la tarea, ¿quieres verla?.—Claro —sonrío, tomando la libreta que tiene en su mano. Ha hecho un dibujo: un castillo todo mal trazado, una muñequita bajo un árbol, otro muñeco varón a su lado, y un garabato más pequeño que sostiene la
***—¿Quiénes eran ellos? —pregunto curiosa a Richard, mientras mis ojos recorren la oficina de Benjamin—. Me miraban extraño. Todos lo hacen.—Ellos son el secretario y la asistente de Benjamin —responde, haciéndome una seña para que me siente en un sofá—. Desde que tú y él se casaron, nunca has salido a la luz pública. Todos saben quién eres, pero... hay un detalle que se ha pasado por alto.—¿Qué detalle?—Oh, mira la hora que es —finge mirar su reloj. Lo fulmino con la mirada, es obvio que no quiere decírmelo—. Tengo que llevar a Joel con mi asistente para poder trabajar. ¿Te importaría esperar aquí?—No hay problema —contesto entre dientes. Algo me oculta ese viejo charlatán.Antes de salir, Joel corre hacia mí y me pide un beso en la mejilla. Es igual de pícaro que su padre. Le doy el beso y él besa de vuelta la mía, luego sale corriendo delante de su padre casi dando saltitos. Richard se ríe y niega con la cabeza, saliendo por completo y dejándome sola.La oficina de Benjamin e
POV: Benjamin Worsley Golpeo el escritorio con fuerza, desatando mi furia interna en la tormenta de papeles que caen al suelo. El caos se apodera de mi oficina, quiero destrozar todo a mi paso, desquitarme con estos objetos de poco valor antes de hacerlo con alguien. Suelto una maldición cargada de frustración y desesperación. Odio todo a mi alrededor, pero más que nada, me odio a mí mismo. Si ella supiera cuánto me duele esta maldita amnesia que nos afecta a ambos, entendería mi desesperación. Lo confuso que estoy. No puedo sentirme completo a su lado sin recordar nuestro pasado juntos.Mi pecho duele, y el aire se me escapa de los pulmones. ¿Por qué mierda me hirieron tanto esas últimas palabras que me dijo antes de salir? El Benjamin del pasado, que la amaba con locura, está en guerra con mi "yo" actual. El miedo a perderla es un monstruo aterrador que se cierne sobre mí. Tengo pavor, me aterra. El divorcio se ha convertido en la sombra que me amenaza constantemente. Si ella re
***POV: Nevaeh Winter Contengo las lágrimas para no llorar delante del chófer que me observa por el espejo retrovisor. Las emociones al estar frente a mi antiguo hogar son abrumadoras.El auto está estacionado frente a mi vieja cabaña, que ahora parece una casa embrujada debido a su estado descuidado. Está cubierta de vegetación por todas partes; incluso el camino de entrada está desbordado de maleza tras meses de abandono. Es desolador.Abro la puerta del auto y salgo, sosteniendo mi panza mientras mis pies acarician la hierba que casi llega hasta mis rodillas. Huele a abandono. No puedo creer que haya dejado mi hogar, el lugar que amé desde mi niñez porque pertenecía a mis padres.—Señora, vuelva al auto. Puede ser peligroso —me advierte el chófer, bajando también.—Estaré bien —le digo suavemente, sintiendo un nudo gigante oprimiendo mi pecho—. Es mi hogar, después de todo.El hombre me mira confundido, pero lo dejo atrás y avanzo hacia adentro. La puerta no tiene seguro, así que
******POV: Benjamin Worsley —¿Crees que puedo calmarme? —le espeto a mi padre por tercera vez, dando vueltas por todo el estudio con los ojos de mi abuelo y Hitler sobre mí. Estoy ardiendo en enojo, preocupación y duda. ¿Qué demonios? Nevaeh no es así, sé que es altanera, pero esta noche se ha mostrado más... ¿fría e indiferente?—No la culpo. Esa niña te ha tolerado mucho. Si sigue insistiendo con el divorcio, la apoyaré —comenta mi abuelo de repente. Me tenso y volteo a verlo, sintiendo una espina incrustada en la carne de mi pecho con ese comentario.—No te atrevas, abuelo —advierto entre dientes.Mi padre suspira y niega con la cabeza.—Si no te calmas, no llegaremos a ningún lado. Y estoy de acuerdo con tu abuelo. Nevaeh hizo mal en irse sin avisar, es verdad, ¿pero no crees que la culpa es tuya? Ella necesita su espacio, su tiempo para pensar. Luego de lo que pasó en la empresa, no es para menos. Esa chica está cansada de tu indiferencia. Tú mismo te estás encargando de aleja
***Me meto en la ducha y dejo que el agua fría se apodere de mis extremidades, como un ejército de pequeños soldados congelados marchando sobre mi piel. Mantengo los ojos cerrados, imaginando cómo diablos puedo acercarme a Nevaeh. Ella está molesta conmigo; pude sentirlo en su mirada gélida que podría competir con el agua de la ducha. No es solo por la amenaza de mi abuelo que quiero arreglar las cosas, sino porque me duele estar en este punto con ella.Antes, nuestras discusiones tenían un toque juguetón. Eran como duelos de espadachines torpes, donde cada comentario sarcástico era una estocada, y ambos reíamos ante la idea del próximo ataque. Pero ahora, Nevaeh está herida de verdad. Tengo que aclarar lo de Sylvia y Giselle antes de que llegue a sus oídos el rumor de que Giselle fue mi amante, aunque solo de apariencias. Es como intentar desenredar un nido de cables con los ojos vendados.Pienso en todo esto mientras el agua sigue cayendo. ¿Qué tipo de sacrificio debo hacer para re
***POV: Nevaeh Winter Despierto somnolienta. Me duele todo y siento los bordes de los ojos hinchados y pesados. Tomo asiento en la cama, soltando un bostezo que podría asustar a un león mientras masajeo mi gran panza.—Buenos días, pequeñín —le susurro a mi bebé con una sonrisa en los labios.Sé que me escucha. Últimamente he sentido sus pataditas cada vez que le hablo. Ayer debí comer mejor, pero no pude. Ahora, en la mañana, me lo reclama con un hambre espantosa. Ojalá no termine vomitándolo todo en el inodoro.Salgo de la cama y camino al armario, todavía con sueño. Sin embargo, en cuanto mi cerebro se ilumina y se da cuenta de que la Tierra es redonda, me doy la vuelta para encontrarme con la cama toda desordenada. Me acerco, la palpo, se siente aún cálida, y llego a la conclusión: estuvo aquí.¿Cree que me tomará por tonta? Sé que vino a verme, sé que entró en mi cama y se metió dentro de mis mantas sin permiso. Me olfateó y me abrazó toda la noche. Me hice la dormida porque...