POV DAMIÁN.
Cuando me preguntan a qué se debe mi éxito.
Simplemente, respondo que es gracias a mis buenas decisiones. Me jacto de ser un hombre que piensa cada detalle de su vida y que solo asume los riesgos necesarios.
Mi carrera la he construido con trabajo y mi imagen impecable me ha abierto puertas. Comencé en esto como modelo, pero mi sueño siempre ha sido conquistar Hollywood. Desde que soy un niño, mi meta era aparecer en una pantalla.
Mis primeros trabajos me dieron la experiencia para saber que quería hacer dentro de la industria plagada de aves de rapiña, que únicamente esperan la caída de alguno para ellos subsistir. Sí, es un mundo salvaje, pero cada papel que interpreto lo hago como si fuera el último. Mi trabajo es todo.
Por eso, cuando recibí el llamado para un casting que se llevaría en las vegas no lo pensé, hice mi maleta y partí. La última película había sido difícil para mí.
Zane me insistió en que era una excelente oportunidad, pero jamás imagine que el papel de playboy me encasillaría en la industria. Desde que la película salió, todos los papeles que me han propuesto son sobre lo mismo.
¿Es lo que quiero?
Por supuesto que no. Me fui a las vegas con la intención de obtener el protagónico de la próxima película de acción producida por universal. No esperaba regresar casado con la novia de un cantante de Country.
Ahora, debo hacer lo posible para que mi imagen no se dañe más de lo que está. Así eso suponga negociar con mi ahora esposa, que no es una perita en dulce.
¡Joder!
La mujer tiene la lengua suelta y no depara en decir lo que piensa, de esta manera puso en su lugar a Zane.
Cara Miller.
Mi esposa.
Es una mujer hermosa que me encanto desde que la vi en la pista de baile del club en las vegas. La mujer tiene curvas hermosas, pude deleitarme con la sensualidad de sus movimientos. Sabía que no debía acercarme. Es el tipo de mujer que grita peligro, pero no escuche mi cabeza.
Entonces, no me queda más que negociar con esta mujer y tratar de salir lo mejor parado posible.
—¿Dime cuanto quieres para no pedir el divorcio? —suelto y ella me da una mirada mordaz. Creo que fui muy directo.
—¿Qué te hace suponer que solo quiero dinero? —responde lentamente en tono frío.
Está sentada en uno de los sofás de mi salón y parece tan cansada como lo estoy yo. Lo más triste es que es debido a la resaca que ambos llevamos, ni siquiera por haber pasado una noche de sexo desenfrenado. Por lo que vi, ambos caímos como troncos al tocar la cama.
Me froto el rostro con ambas manos antes de continuar.
—Bueno, pongámoslo de esta manera—comienzo—Estás acostumbrada al estilo de vida que Lucas te daba y ya no están juntos. Lo que quiere decir, que tienes que trabajar —me encojo de hombros
Ella se endereza echando chispas.
—¿Y quién te dijo que era una mantenida? —sisea— Si bien vivía con Lucas y siempre estábamos juntos, yo gano mi propio dinero.
—¿A qué te dedicas?
—No es asunto tuyo —escupe—Lo que yo haga para vivir no es de tu incumbencia —Tiene razón, peor solo me falta investigar un poco y lo sabré.
Lo que me lleva a lo siguiente. Me casé con ella sin un contrato prematrimonial.
¡Maldita sea! No es de extrañar que Zane esté cabreado por todo.
Me siento frente a ella en uno de los sofás grandes y cómodos.
—Entonces ¿Qué quieres para no pedir el divorcio y hundirme en un escándalo mayor? —me sincero— Sé que estás herida por lo que ha sucedido con tu ex y que estabas por casarte —suspiro— Lo siento, pero necesito que esto no sea un matrimonio de unas pocas horas.
—Lo superaras —se encoge de hombros poniéndose en pie.
Me levanto y llego hasta ella.
—Te doy la oportunidad de demostrarles al idiota de tu novio que no te afecto en nada lo que te hizo—resopla y mira a otro lado—Te prometo que al término de nuestro matrimonio saldrás bien librada.
Veo la duda en su rostro y una parte de mí, tiene la esperanza de que esté pensando seriamente aceptar ayudarme.
—¿De cuánto tiempo estaríamos hablando? —entrecierra los ojos.
—Un año.
La carcajada cínica que brota de su garganta me irrita.
—¡Estás mal! —dice una vez que se calma—te doy tres meses.
—No —niego— Es muy poco, por lo menos ocho meses— niega.
—Seis meses y es mi última oferta—Se aleja—Tómala o déjala, Anderson.
Apretó mis manos en puño.
¿Puede ser esto peor?
No lo creo.
—Seis meses— asiento sin otra alternativa— Necesitamos hablar con Zane y preparar un comunicado que salga al final de la tarde.
—Me parece justo
—¿Por qué aceptas? —No puedo quedarme con la duda.
—Compasión— se encoge de hombros antes de salir del salón y tomar el mismo camino que Zane tomo hace unos minutos.
¿Compasión?
Si, puede ser peor.
Entramos a mi oficina donde Zane espera. El hombre es un amigo además de ser mi representante. Siempre nos hemos dicho la verdad a la cara. También es uno de los mejores en la industria actualmente. Junto a él, mi carrera ha despegado.
—Veo que ya han hablado— me mira con interés. Asiento. Desvía la mirada hasta Cara que toma asiento frente al escritorio mirando directamente a Zane—Quiero ofrecerte una disculpa por el comienzo accidentado que tuvimos.
—Agradezco tus disculpas—asiente antes de mirar alrededor mirando con detalle los póster de mis películas y de las campañas de las cuales fui imagen.
También hay algunos premios que he recibido. Sin embargo, tengo dos premios que me han sido esquivos. Un Golden globe y el anhelado Óscar. Pero estoy seguro de que mi momento llegara, solo no debo rendirme.
—¿Damián? —la voz de Zane me saca de mis pensamientos —El comunicado.
—Sí. Creo que ambos debemos aclarar los puntos sin tanto rodeo— miro a Cara que asiente antes de mirar a Zane.
—Cuando conocí a Damián ya no estaba en una relación con Lucas —él, la mira sin creerle —Lucas me había estado engañando desde hace meses con Brenda, su asistente y no quería casarse conmigo.
—Te dejo.
Miro mal a Zane.
—Si —su tono no demuestra emoción—Si quieres escribirlo en tu comunicado, no me opondré.
—Bien porque esto será muy bueno. El representante de Lucas posteo que su cliente estaba mi destrozado.
—Lo sé —dice Cara— Lo leí —admite con disgusto— Martín es un idiota. De hecho, él sabía que Lucas me engañaba, pero por proteger a su cliente me lo ocultaron.
—Hay algo que no entiendo— Dice— ¿Qué más da, si te dejaba o no? —también la idea me ronda la cabeza.
—No voy a hablar sobre eso —dice en tono tajante. Lo que me hace creer firmemente que existe algo que ellos dos ocultaban. Pero ¿Qué? Nuestras miradas se encuentran —Recuerda que esta noche iremos por mis cosas.
—No considero que sea prudente —interviene Zane.
—Ya se lo dije a Damián. Iré si o si —se inclina hacia afuera— Depende de él si quiere ir conmigo o no.
—Eres obstinada—resoplo ante el comentario de Zane que me mira— Creo que saldremos de esta —comenta en tono divertido.
Eso mismo espero yo.
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Esta hecho.
Al finalizar la tarde, el comunicado de prensa ya es público.
El mismo solo nos hace ver como dos personas que se conectaron. También aclaro que no tengo una relación con Bella, mi coestrella y que tampoco soy el tercero en discordia, ya que Cara y Lucas no están junto debidos la infidelidad de este con su asistente. Los cuales llevaban meses engañándola.
El comunicado es claro y preciso.
Cuando Zane se marchó, lo hizo más tranquilo de lo que llego. Al quedar solos, Cara me recordó que debíamos ir a un lugar. Así que ahora estamos camino a Santa Mónica en mi Aston Martin con Cara a mi lado que va sumida en sus pensamientos.
Como le había dicho. En estas horas de la noche, pudimos salir de mi casa sin ser vistos y hasta ahora, nadie nos sigue. También es bueno que Lucas esté en nevada. De esta manera ningún paparazzi estará rondando en la zona.
El GPS me indica que estamos por llegar a la dirección que Cara me dio y al final de la calle, encuentro una casa con vistas al valle de Santa Mónica. La propiedad tiene un estilo bohemio y es de buen tamaño. No se me hace difícil ver a Cara viviendo aquí.
—Si no te importa. Me gustaría entrar sola—murmura mirando la propiedad frente a nosotros. Por mí está bien, así que asiento. Apago el motor y ella baja del auto.
La veo caminar a paso decidido, no sin perder de vista su entorno. Quiere evitar que alguien la vea entrar.
El sonido del móvil llena el silencio dentro de mi auto, tomo el teléfono para ver que es mi madre llamándome por millonésima vez. Así que, respiro profundo y contesto la llamada.
—Hola mamá— saludo.
—¡Damián Anderson! ¿Se puede saber por qué no me contestas las llamadas? —el tono dramático es tan conocido para mí, que no me inmuto ante sus quejidos.
—Estaba ocupado…
—Con tu esposa ¿Cierto? —me corta y escucho un ligero llanto —Me has dado un gran disgusto Damián —sigue gimoteando— No entiendo en que he fallado como madre—ruedo los ojos— Te di lo mejor. Podías haber conseguido a alguien excepcional.
—Mamá.
—Pero no. ¡El decidido casarse con una pueblerina! —bufa con auténtico disgusto.
—Por esto no te respondí las llamadas. Te conozco y sé que estás furiosa.
—¡Furiosa es poco! —exclama— Tu padre y yo hemos dedicado nuestras vidas para que seas un hombre exitoso y nos haces esto.
—¿Por qué mejor no nos vemos mañana para desayunar y hablamos? —sugiero sin perder de vista la puerta para cerciorarme que Cara no viene de regreso.
—No tan temprano—dice al fin— recuerda que tengo mi clase de yoga a primera hora.
—Está bien mamá. Tengo que dejarte —anuncio cuando veo a Cara regresar con una maleta y lo que parece una funda de guitarra colgada en el hombro—Saludos a papá —Cuelgo sin esperar respuesta.
La veo detenerse sobre la mitad del camino y se agacha con lo que parece un plato, para después prenderle fuego a algo que lleva en sus manos. La luz que el fuego proporciona, ilumina su rostro y veo la sonrisa de satisfacción.
Cuando el fuego se acaba ella se pone en pie y toma el plato con las cenizas y lo deja en la entrada antes de regresar a paso ligero. Me bajo y tomo su maleta cuando llega hasta mí.
—Puedes decirme que hiciste allí—señalo la puerta con interés mientras guardo en la parte de atrás de mi coche la maleta.
—Tuve mi pequeña venganza—se encoge de hombros. La miro sin entender—Lucas es un aficionado a los comics —ladea la cabeza y me tiende la funda de guitarra—Digamos que tomé su preferido. Además, el más costoso y lo hice cenizas.
—Pobre diablo —niego sintiendo algo de pena por el hombre.
—¿Nos vamos? —inquiere rodeando el auto.
Creo que Cara Miller es muy diferente a cualquier mujer que he conocido antes.
Decirle al hombre más cotizado de la industria de Hollywood que seguirás casada con él por compasión no tiene precio.Es la guinda del pastel para este caos en el que me he metido.Siempre he sido un imán para los problemas. Pero creo que esta vez me he pasado y estoy metida en uno enorme.Por lo poco que he vislumbrado de la personalidad de mi nuevo marido. Puede darme cuenta de que es un tipo vanidoso, sabe lo que representa y por supuesto esta consiente de su atractivo.Un engreído total.Sin embargo, también me pregunto por qué accedí a seguir casada con él, cuándo lo que debería hacer era mandar todo al carajo e irme. Quizás porque mi ego herido no me permite exponerme de nuevo a las habladurías.—¿De verdad Cara? —susurro acostada en la cama de la habitación de invitados.Después de publicar el comunicado y de ir por mis cosas a la casa de Lucas, volvimos. Una sonrisa tira de mis labios al imaginar su cara cuando vea su comic de la primera aparición de Thor que le costó treinta
Sorbo de mi bebida mientras tomo algo de sol.Al menos ahora puedo tener un poco de tranquilidad luego de tanto estrés.Sí, hablar con mi madre me hace pensar en tantas cosas y termino sintiéndome como una mala persona.Así que, después de un desayuno delicioso, Celeste se retiró a terminar sus deberes y me quede en la piscina con mi libreta escribiendo algunas notas, las mismas las deje a un lado tratando de pensar cuál será mi próximo paso.Después de mi conversación con mis padres, sé que debo idear algo para arrastrar a Damián hasta mi casa.El problema es, ¿Cómo lo hago?También le escribí a Keyla y nos veremos al finalizar la semana cuando venga a LA.— Veo que estás disfrutando tu mañana — la voz de Damián irrumpe el silencio.Me quito las gafas de sol y me siento en el camastro para ver a Damián caminar hasta mí.Viste vaqueros desgastados y una camiseta blanca, todo el atuendo es despreocupado junto a sus botas de combarte desgastadas.El hijo de puta es sexi y eso no es nego
— ¿Lista para esto? — inquiere Damián cuando estaciona en el lugar indicado detrás del restaurante.— No alarguemos más esta agonía — digo ganándome una risa de su parte.Bajamos del coche y somos guiados hasta el inicio de la alfombra verde dispuesta para que la prensa haga su trabajo.Mis manos sudan y miro alrededor para notar como nos miran las personas.Unos con sonrisas.Otros con escepticismo y están los que nos miran mal.— Bien. Creo que oficialmente soy la peor ramera en este momento— susurro sintiendo un hueco en el estómago. Damián me mira frunciendo el ceño.— No eres nada de eso. Solo tienen envidia.— Vale. Ahora se le llama envidia.— Venga. Es el momento— dice cuando una de las organizadoras le hace una seña. Respiro profundo y cuando entramos a la alfombra, los reflectores y el flash de las cámaras me dejan casi ciega.Las personas gritan preguntas y otros dicen cosas que no entiendo.Es un maldito caos.— ¡A tu derecha Damián! — grita una voz masculina.Poso con mi
Nuestro objetivo fue cumplido con éxito.La prensa ha quedado encantada con nuestra aparición y tiene de que hablar por unos cuantos días.Muchas personas se acercaron a durante la noche y Damián las deleito con una historia que podría ser considerada para una adaptación cinematográfica.Al parecer lo nuestro fue amor a primera vista.¿De verdad?¿Se puede ser más hortera?Decidí seguirle la corriente.Sin embargo, no es como si me interesara agradarle. Siempre he sido muy hermética con la información que hago de conocimiento público. Damián por su parte, es una persona muy sociable y destaca entre la multitud. Es obvio porque ahora es el preferido de Hollywood.—¿Quieres algo de comer? —escucho que dice Damián junto a mí.Aunque acabamos de salir del restaurante. Como es Los ángeles, solo se sirvieron mini platos de degustación. Fue divertido ver la mueca de Damián.Al parecer, el hombre prefiere algo más sustancioso. La verdad es que yo también tengo ganas de algo más.— Muero por n
POV DAMIÁN.Esta mañana salí de casa muy temprano. Al detenerme junto a la puerta de Cara no escuche ruidos. Lo que quiere decir que todavía estaba dormida. Ayer, después de ese beso compartido nos conduje de regreso a casa. Durante el trayecto no dijo nada. Al parecer mis últimas palabras la desconcertaron.No es la única sorprendida por la confesión. Fui sincero cuando le dije que ella era una mujer capaz de poner mi mundo de pies a cabeza.¿Por qué?Míranos ahora. Casados cuando un matrimonio nunca ha estado en mis planes. Tampoco me considero material de esposo, pero veme aquí. Esposo de una mujer que apenas conozco. Cara me intriga, es brillante, capaz de sobreponerse a situaciones estresantes en un milésimo de segundo. Además de ser hermosa e intrigante.Sí. Intrigante.Hay algo que no he podido descifrar. No me pasa desapercibido que esconde algo, pero ¿Qué? Si quiero descubrirlo, debo ser muy sigiloso y tener paciencia porque Cara tiende a desconfiar de las personas a su alred
Término de escribir las últimas notas de la canción en la que estoy trabajando cuando decido que es suficiente por hoy. He pasado el día en la habitación tocando y escribiendo. Desde que estoy aquí, he podido componer una canción entera y tener una a medio camino.Es sencillamente fantástico.Mi mirada se va de nuevo a mi móvil. Damián me escribió más temprano queriendo saber qué hacía. Como no estoy preparada para decirle, evadí mi respuesta como siempre.Sin embargo, él tiene razón. Es extraño que siendo mi esposo no sepa lo que hago.Es solo un falso matrimonio.Asoma la cabeza mi feo subconsciente. Lo ignoro y guardo mi desorden. Me levanto del piso donde he estado trabajando y me estiro para aliviar el dolor en mi espalada. Había almorzado arriba sola. Celeste fue amable en traerme algo. Al principio me dio vergüenza que viniera hasta aquí con mi almuerzo, pero me dejo claro que no le importaba.Miro por la ventana y me doy cuenta de que está anocheciendo. Así que decido bajar. M
Dejo atrás a Damián y hago el camino de regreso a la casa para encontrar a Celeste en la cocina, aún estoy algo cocada por lo que acaba de pasar, pero debo reponerme y enfrentar la situación que tengo en frente en este momento.— Ya espera en la oficina de Damián— anuncia Celeste algo incómoda.— Gracias —murmuro pasando por su lado. Cuando llego afuera de la oficina de Damián respiro profundo y abro la puerta. Encuentro a Martín frente a la repisa de premiso que Damián tiene en exhibición. Es extraño que en el resto de la casa no hay nada que lo haga ver como un fanfarrón. De hecho, todos están en esta oficina.— Algo estrafalario ¿No? — comenta Martín sin mirarme.Cierro la puerta detrás de mí.— Al menos, no tiene un cuadro de sí mismo dominando toda la chimenea del salón principal — comento en tono seco refiriéndome a Lucas. — Admítelo. Te encantaba— me mira desde su posición con una sonrisa arrogante.Martín es un hombre bajo y delegado. Tiene el cabello algo encanecido y si no
Me despido de Keyla con la promesa de vernos pronto.Damián había sido amable con ella, el momento más bochornoso fue cuando Keyla le pregunto si podía tener una fotografía con él. Por un momento pensé que Damián se burlaría de ella, pero, en cambio, se tomó varias selfis.Mi amiga miraba a Damián como si pudiera caminar sobre el agua. Con emoción compartió las fotos en sus redes sociales para chulear con sus seguidores. Keyla no era extraña entre famosos, pero al parecer Damián era diferente.Ella es toda una fan.Damián no se inmutó ante la euforia de Keyla.Creo que, a estas alturas está acostumbrado al tipo de seguidoras como Keyla.Sin embargo, hay otra cosa que también ocupa mi cabeza y es Martín junto a sus demandas irracionales.¿De verdad cree que voy a seguir regalándole mi trabajo?Solo debo encontrar la manera de solucionar esto.— Estás muy callada—comenta Damián camino a casa de sus padres.— Nada más reflexionaba.— ¿En sobre lo que quería el representante de Lucas?— in