—Bien ¿Vas decirme en realidad como va todo? —miro a Lissa sentada frente a mí. Habíamos quedado para almorzar solas y aprovechar que Conte se quedaría en casa con Ilyana.—Mal—digo jugando con los vegetales salteados que acompañan mi pechuga de pavo—Todo el tiempo me devano los sesos pensando en que momento mi esposo se volvió un idiota—ella solo me escucha en silencio— Hace unos días fue mi revisión y sentí que fue por obligación— le cuento.—Aurora— dice esta.—Es verdad—digo—Desde que tuve la amenaza de aborto todo se fue a la mierda y no reconozco al hombre con el que me case.—¿han hablado desde el día en la consulta? —niego.—No. Sigo en casa, pero estamos igual —le cuento— Bueno, él intenta estar Más en casa y trata de que hablemos, pero yo prácticamente huyo como puedo.—¿De que tienes miedo? —su tono es suave como si supiera que estoy a punto de derrumbarme, cosa que no está lejos de la realidad.—Tengo miedo que quiera separarse de mi —le digo —Por eso cuando quiere entabla
Después de un día de trabajo me voy a casa y por la hora sé que Petra ya se fue a su casa. La tristeza me aplasta. El solo pensar en llegar y encontrar un silencio aterrador hace mella en mí.Cuando llego a casa me voy a la ducha, después de revisar el horno y ver que dejo Petra para cenar me encamino hasta la terraza a descansar un raro, preparo una taza de té y salgo a. Llevo unos pantalones de yoga y un top que me cubre lo justo y encima un suéter grueso. Mi cabello esta suelto dejando que se seque por sí solo. Me siento en uno de los amplios sofás que tenemos allí y bebo de mi té.La soledad del departamento hace que la falta de Massimo me afecte más. A estas alturas solo siento que Massimo no quiere estar conmigo o se cansó de mis constantes recriminaciones. Dejo la taza de té en la mesa de enfrente y me llevo las manos al vientre que aún no muestra signo evidente de mi estado, pero yo sé que los cambios están allí.Mis pechos están más grandes, mis caderas un poco más anchas, la
—Te traje el desayuno—Me remuevo en la cama la mañana siguiente. Massimo solo lleva ropa interior y una bandeja en las manos— ¿Dormiste bien? —pregunta mientras deja la bandeja en la cama y se inclina para darme un beso—Mejor que nunca—respondo con una tonta sonrisa que es el reflejo de la suya—Bien—dice satisfecho—Ni hoy ni mañana voy al casino—me informa—Me quiero quedar contigo ¿qué dices?—Me gusta la idea—respondo sentándome en la cama para tomar una tostada—Me gustaría comenzar a desocupar la habitación—¿Mi habitación? —pregunta con mofa y me rio—Sabes que te merecías eso— digo y de mala gana asiente— Podríamos desarmar la cama—Tu no vas a desarmar nada—me dice serio—Yo me encargo de dejar libre la habitación—parece entusiasmado—¿podemos empezar después de desayunar? —asiento feliz—¿Sabes? Creo que podremos con esto—digo sin perder mi sonrisa. Él bufa sin perder su sonrisa—Mientras tu estés allí para patearme cuando soy irracional, claro que podremos —asiento de acuerdo*
Siete años despuésRecorro con la vista el paisaje frente a mí y veo como el sol comienza a iluminar la mañana, no puedo evitar que una sonrisa se extienda por mi rostro. Sé que pronto la casa se convertirá en un campo de batalla y esta es mi hora de silencio.Sin embargo, no puedo decir que me moleste tener a mi familia alrededor. Massimo estaba profundo luego de haber llegado hace unas horas del casino, había disminuido su trabajo y solo se quedaba en el casino hasta tarde cuando era necesario. Pero, siempre estaba al pie del cañón para ayudarme con los niñosEl sonido atreves del monitor de bebé me hace saber que mi hijo de un año está despierto.Con cuidado subo las escaleras de mi casa y entro en la habitación donde encuentro a Pietro de pie en su cuna que me mira con una sonrisa en su rostro—Buenos días—murmuro mientras lo saco de su cuna y doy un beso en su mejilla.En silencio bajamos hasta el salón donde me siento con él en el sofá y me dedico un rato de mimos a mi bebé ante
Después de un desayuno caótico preparamos a los niños para su salida.Cuando el timbre suena ya los chicos están listos para salir y divertirse—¡Hola mi cielo! — Chiara me abraza antes de encaminarse al salón seguido de Orazio que deja un beso en mi mejilla antes de ir tras su esposa—Las niñas están emocionadas por salir un rato—les digo— ¿están seguros que quieren llevar a Pietro? —pregunto insegura ya que sería la primera salida sin mi —Podemos quedarnos con él—Aurora—me corta Orazio con una sonrisa mientras toma asiento en el salón—Cuidaremos a Pietro y a las niñas. Relájate un poco—¡Abuela! —Camila y Luz entran en el salón listas para irse. Ambas se arrojan al sofá que comparten Chiara y Orazio que las reciben encantados—Pero si son las niñas más hermosas de la abuela—Somos solo nosotras—dice con una risita Luz—Pero a veces parecen cien—dice Massimo entrando con Pietro y una pañalera que deja a un lado de su padre—¿Papá se está portando mal con mis princesas? —pongo los oj
El sonido de un móvil me hace fruncir el ceño. Me remuevo en la cama y choco con un pecho desnudo.—Lucas, apágalo —murmuro somnolienta.—Me llamo Damián —susurra la voz a mi lado.Abro los ojos y ahogo un grito cuando me encuentro con los ojos azules de un desconocido.Está sobre su espalda en vaqueros y el torso desnudo.Miro mi cuerpo para respirar de alivio al verme vestida.—¿Qué sucedió? ¿Quién eres tú? —susurro a punto de entrar en pánico.Entonces todo lo sucedido anoche me golpea.El concierto de Lucas.Los periodistas.Lucas, mi prometido diciendo que no puede casarse.El mismo confesando que no me ama y que quiere a Lena, su asistente.El bar.¡Joder! El bar.Algunas imágenes dentro del bar vienen a mi mente.—¡¿Qué coño me diste?! —grito y este hace una mueca de dolor antes de agarrarse la cabeza.—Más bien ¿Qué me hiciste tú? —gruñe sentándose en la cama.Niega.Resopla.El sonido de un móvil es persistente. Esté, alarga la mano y atiende sin ver quién es.Escucha con ate
Necesito un analgésico y una varita mágica para deshacer todo este embrollo en el que yo misma me metí de cabeza.Estoy sentada en la cama y siento la mirada de Damián que me taladra.—¿Qué quieres que te diga? —gruño— tú viniste a mí.—¿Cómo te casaste conmigo si estabas por casarte con otro? —dice, en cambio.—Lucas y yo no estamos juntos—respondo—Obviamente, los medios no lo saben.—¿Cuándo rompieron?Resoplo.—Anoche—gimo antes de poner mis manos en el rostro— Es un puto desastre. Mi vida planificada se ha ido al carajo.—Sabes que en este momento tu imagen y la mía está por los suelos —habla —tú eres la mujer que acaba de plantar a su perfecto novio y yo el malvado que se metió en medio de la pareja del momento.—Lucas me puso el cuerno con su asistente. Así que, está muy lejos de ser perfecto.Sus ojos se abren como platos al escuchar mi confesión.—¿Qué clase de idiota engaña a su prometida?—Al parecer, Lucas Jones—murmuro—Necesito ir por mis cosas al hotel y pedir una anulaci
El vuelo directo desde las vegas a los ángeles solo duro aproximadamente una hora.En el corto tiempo, Damián se sentó en la parte de adelante. Allí, nada más estuvo sumergido en sus pensamientos. Al llegar al hangar privado, subimos a una camioneta con destino desconocido para mí, ya que Damián no ha dicho nada desde la salida del hotel.Es como si el gato le hubiera comido la lengua.Nuestra salida de ese lugar fue un caos.Mientras estaba sentada lo más alejada de Damián me tome el tiempo para leer algunos titulares en las diferentes columnas de chismes. Cada uno de ellos no me dejaba bien parada a mí. En cambio, dejaba como una víctima a Lucas el mismo que me había dejado algunos mensajes pidiendo explicaciones de lo sucedido.¿De verdad?¡Qué cara tan dura se debe tener para exigir explicaciones estando con otra mujer!Resoplo y continuo con la medición de daños. Pero lo más me molesta es que los medios están haciendo ver a Lucas como un buen hombre y a mí como la mujer malvada q