CAPÍTULO 46.1

—Oye. Vas a quemar las tostadas—Le riño a Vladimir la mañana siguiente mientras hacemos el desayuno.

Vladimir insistió en ayudarme en la cocina, pero el hombre solo pica por aquí y por allá. Si no está haciendo eso viene hasta mí y roba uno que otro beso como ahora

Amo esta nueva faceta de la convivencia entre los dos

—Te verías mejor cocinando desnuda

Se inclina y mira por mi escote del pijama que llevo.

Como estoy en casa de mis padres me puse un pijama de camiseta celeste y pantalones de algodón blanco con celeste. Mi cabello estaba en un recogido desordenado

—Cariño. Presta atención a tú estación—Señalo las tostadas y veo algo de humo que salen de ellas— ¡Vladimir ¡

Lo apremio. Él me hace caso y corre hasta sacar las ennegrecidas tostadas y no puedo dejar de resoplar cuando suelta una maldición

—Las quemaste—Digo lo obvio

—Tú me entretuviste con tus encantos

—¿Yo soy la culpable? —Intento parecer indignada, pero creo que fallo porque él asiente—Así que, si quemas la cocina de mis
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