Enzo se encontraba demasiado feliz, nunca llegó a imaginar que iba a poder vivir la vida de una manera diferente a la que siempre llegó a imaginar, ahora se encontraba casado, felizmente casado con la mujer perfecta, no suficiente con ello iba a ser padre.Enzo en repetidas ocasiones deseaba dejar aquella mala vida en el pasado, simplemente ser un hombre bueno y correcto para compartir el resto de su vida junto con su esposa y su pequeño hijo. Enzo mientras sostenía la copa en la mano observaba fijamente a su esposa, aquella mujer se encontraba feliz, lo cual producía gran temor en él porque debido a sus acciones provocará que aquella sonrisa desapareciera de su bonito rostro. Hanna llevó la mirada hasta donde se encontraba su esposo, levantó el brazo y con sus dedos le indicó que se acercara, Enzo al instante dando pasos largos se acercó a ella, estiró el brazo y colocó la mano sobre su cintura.Al instante movieron sus cuerpos danzando al ritmo de la música, Hanna fijó la mirada e
Meses más tarde.Debido a las irregularidades que se estaban presentado en la empresa, Enzo tuvo que hacer varios cambios, ahora él se encontraba bastante ocupado en la oficina manejando negocios, debido a su nueva vida era un hombre bastante ocupado en sus asuntos.Enzo trabajaba hasta largas horas de la noche a pesar de que deseaba estar cerca de su amada en casa, pero las responsabilidades eran demasiado altas para simplemente darle la espalda a la empresa ahora que más lo necesitaba.Unos cuantos golpes a la puerta interrumpieron el trabajo de Enzo, él levantó la mirada de la pantalla de la computadora y observó el reloj dándose cuenta que era demasiado tarde. —Adelante —autorizó Enzo y al instante se abrió la puerta quedando Emilio frente a él.—Señor se trata de tu esposa, va camino al hospital al parecer los bebés van a nacer —Enzo de inmediato se levantó y salió junto con Emilio a toda velocidad.Mientras que Enzo iba a toda prisa directo al hospital donde iba a llegar su esp
Enzo se encontraba completamente preocupado por el estado de salud de su esposa, los médicos trataban de reanimarla, esta vez las enfermeras lograron sacar a Enzo junto con los bebés; Hanna quedó allí sola mientras se debatía entre la vida y la muerte. Enzo dobló su cuerpo quedando contra la pared, cerró sus puños con fuerza sintiendo gran temor de perder a la mujer que amaba, el poder y el dinero eran inútiles en aquella situación, tan solo le quedaba ser paciente y esperar que ella se salvara. Nunca antes se había sentido tan vulnerable como en aquel momento en el que no podía hacer nada para lograr salvar a la mamá de sus hijos.Unos cuantos minutos más tarde el doctor salió, se retiró el gorro y el cubrebocas, Enzo levantó las manos y las colocó sobre su cabeza, sus ojos se humedecieron y se preparó para recibir aquella noticia. Un enorme nudo se apoderó de su garganta impidiendo que le pudiera preguntar al doctor por su esposa, así que solo fijó la mirada en él mientras que su
Luego de que Adriano escuchara la propuesta de Valentino colocó sobre la mesa el vaso que sostenía en su mano, estiró el brazo y estrechó la mano con aquel hombre que se encontraba seguro de poder acabar con Enzo.—Qué tanto necesitas de mí para lograr acabar con la vida de Enzo, solo espero que una vez que logres acabar con ese desgraciado no vayas a terminar traicionándome, porque no soy un hombre que suele perdonar las traiciones, y a como dé lugar te buscaré y te haré pagar —Valentino negó con la cabeza. —No será necesario que vayas a buscarme, porque una vez que acabé con mi hermano estaré aquí para hablar de negocios y así aclarar sobre el 50% de las ganancias de todos los negocios que se muevan en el territorio que solía manejar mi hermano —Adriano esbozó una leve sonrisa en su rostro. —Solo no te apresures muchacho, no coloques sobre tus hombros la piel del feroz lobo que aún se encuentra con vida y que fácilmente te puede acabar —comentó Adriano sonriendo tranquilamente. —
Tres meses más tarde.Enzo tenía todo preparado para el recibimiento de sus seres amados, las niñeras cuidan a tiempo completo a Dante y Santino.—Crecen demasiado rápido, disfruto compartir con ellos, al estar a su lado logro olvidar el dolor que tuve que pasar en el pasado —comentó Hanna en medio de susurros.—Así es, el tiempo pasa sin detenerse y al ver a nuestros hijos tan grandes me hace recordar aquellos negocios que tuve que posponer debido al nacimiento de nuestros pequeños, no quisiera pero debo ausentarme por un tiempo —Hanna giró su cabeza y fijó la mirada en su esposo, en su mirada dejaba ver la tristeza que causaba aquellas palabras.—Podrías enviar a Emilio, los tres te necesitamos a nuestro lado, sonará egoísta, pero tu lugar es al lado de nosotros, no quiero que te ausentes y más por largo tiempo —le dijo Hanna mostrando su desacuerdo.—Lo sé, pero tú más que nadie sabe las condiciones en las que se encuentran las empresas y que necesitan con urgencia mi atención para
Los días han pasado, Hanna extraña escuchar la voz de su esposo, comparte a tiempo completo con sus dos pequeños hijos, por su cabeza pasan cientos de cosas, pero trata de ser positiva y pensar que él está bien. Mientras que ella se encontraba jugando con sus pequeños, Emilio hizo presencia, en su rostro se podía notar gran preocupación, Hanna exhalo con fuerza, se levantó y dejó a los niños con las niñeras, lo primero que llegó a su cabeza era que se trataba de malas noticias sobre Enzo.—Buen día señora —saludó él siendo muy atento.—Hola Emilio, dime ¿qué sucede?, he aprendido a distinguir y por la cara que traes es claro que algo sucede —Emilio se acercó aún más a ella.—Lamento traer malas noticias, pero en la noche varios casinos fueron saqueados, los hombres a cargo de la seguridad fueron intimidados con armas de largo alcance, siendo inevitable que pudieran defender la integridad de los casinos —de cierta manera Hanna sintió tranquilidad al escuchar aquellas palabras y no que
Los días continuaban transcurriendo y Hanna no se separaba del teléfono, esperaba que su esposo se pusiera en contacto con ella y poder escuchar que todo estaba bien, sus pequeños crecían sanos y fuertes y eso era lo que a ella más le hacía feliz. Los ataques por parte de Adriano Bennett no se detenían, restaurantes y demás negocios eran robados sin importar la seguridad de los hombres de Enzo, Hanna sabía que si continuaban las cosas de aquella manera cuando Enzo regresara lo único que iba a encontrar eran deudas y todo su imperio destruido.Hanna se encerraba en la habitación principal a llorar desenfrenadamente, lamentaba la ausencia de su esposo, lo extrañaba con todas sus fuerzas ya que él era la única persona que la hacía sentir feliz y completa, por más que intentó acercarse a su mamá, lo único que obtuvo fue completo rechazo, así que decidió darle espacio para que lograra perdonarla.Sus pensamientos no la dejaban tranquila al imaginar que su esposo había sido capturado debid
Mientras que Hanna y los hombres de Enzo iban decididos a hacer su trabajo, en el interior de la propiedad de Adriano Bennett, se encontraban reunidos con Valentino, él de manera astuta trataba de hacer que todos creyeran en él.—Enzo se encuentra fuera del país haciendo sus estúpidos negocios, una prueba de que soy un hombre serio es el dinero que he robado de sus propiedades —dijo Valentino mientras señalaba aquellos maletines llenos de dinero. —Tu más que nadie sabe que para poder acabar con Enzo no solo se trata de robar sus negocios, ese hombre es casi imposible de destruir y lo único que has conseguido es desatar su enojo, una vez esté de regreso estará buscando por todos lados a responsable que se atrevió a robarlo —Valentino gruñó al escuchar las palabras de Adriano.»Necesito hechos más contundentes —Adriana dio una fuerte bocanada a su puro—. Acaba con la vida de su esposa o de sus hijos, porque de nada me sirve tener este dinero aquí sabiendo que ellos continúan con vida.