Sofía:Licia y Milia jugaban en la piscina a lanzarse agua una a la otra, mientras tanto, yo me quedaba sentada afuera sobre una tumbona y contemplando el movimiento del agua.El agua cristalina se arremolinaba en la orilla, formando olas que iban y venían.Petra venía cada media hora, trayéndonos pequeñas meriendas y bebidas, protestando que nos quemaríamos con el sol.Me sentía triste.Mi vida aquí en la mansión no tenía nada que ver con lo que había soportado en la Ciudadela. Sin embargo, ahora que tenía tiempo para estar ociosa era más evidente la falta de propósito en mi vida.Sí, mi curso iba bien y en pocos meses tendría en mis manos mi título de bachiller, pero de ahí en más no le veía motivaciones a mi existencia.Me recosté a la sombra de la sombrilla y poco a poco fui quedándome dormida.—¡Vamos, de pie holgazana!Gritó la mujer justo a mi lado y me puse en pie de un salto. Por un momento creí que la difunta matrona había salido de su tumba y había venido a azotarme con su
Mientras el chofer nos llevaba de regreso, Nikita se acomoda los anillos que traía en ambas manos, anillos que no había tenido antes de entrar a la joyería. Estábamos sentadas frente a frente. Yo por mi parte, miraba a través de la ventanilla. —Creo que has aprendido una lección importante de la peor manera, niña.- la escuché susurrar y al mirarla vi que me contemplaba con lástima.- la verdad es que las personas que te rodean siempre te juzgarán por tu apariencia. Si aparentas ser rica e importante, lo creerán así de rápido.- la escuché chasquear los dedos.Asentí en silencio.—He notado que eres el tipo de chica que prefiere sentirse cómoda a verse fabulosa…- comentó con sarcasmo...- pero ya lo has visto, lamentablemente, la gente se deja llevar por estereotipos. Y no critico tu estilo sencillo, los más grandes millonarios de este mundo visten sencillo, pero visten de alta costura. Las mujeres en posiciones como las nuestras tienen dos opciones. Nos escondemos tras el nombre y el po
Este capítulo contiene escenas fuertes de sexo y violencia. Se recomienda la discreción del lector. *** Alexis: No hay dicho más verídico: “ Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.” Chucho traidor. Acercándome a Nikita, la ayudé a recoger del suelo el reguero que dejó Sofía en su ciega desesperación por desaparecer con el lobo. —Esto es de tu esposa. —¿Qué tal el paseo?- pregunté y Nikita asintió. Haciéndome saber que había cumplido su parte de nuestro acuerdo. Milia y Licia entraron por la puerta, y la pelirroja se me acercó, sonriéndome ampliamente. —Bienvenido a casa mi Don.- Susurró, sin quitarme la vista de encima. Le entregué una sonrisa débil y me giré sobre mis talones. —Refréscate y ven a verme al despacho, hay algo de lo que quiero hablarte. Licia asintió, continuando su camino en dirección a las escaleras. Nikita se había esfumado, sin embargo yo ya sabía lo que quería saber. ¡Italiana del demonio! ¡Le traigo el perro de vuelta y ni un
Este capítulo contiene escenas fuertes de sexo y violencia.Se recomienda la discreción del lector.***Milia:Regresé a eso de las diez de la noche a la mansión. Después de pasar por un restaurante y cenar.Benditas reglas y benditos horarios.Sabía que a esas horas todos estarían encerrados en sus habitaciones durmiendo o fingiendo que lo hacían.Me fui a mi habitación, me di una rápida ducha y caí dormida rápidamente.Durante la madrugada me desperté.Me sentía sedienta.Bajé a la cocina y me disponía a beber un vaso de agua cuando la vi llegar.—Creí que eras la italiana. Hace unos días escuché a las sumisas comentar que se metió en problemas varias veces por robar comida.¡Diablos!La griega venía vistiendo una bata de dormir completamente transparente. Era capaz de ver en detalle la tanga de encaje negro que traía debajo, sin embargo no traía sostén, su pezones endurecidos y rosados eran más que evidentes.Se acercó al refrigerador, lo abrió, y sacó una barra de chocolate.—No p
Alexis:La puerta del despacho se abrió de golpe, dándole paso a una Milia obviamente enfurecida.Su rostro estaba rojo de rabia y en su mano traía un cuchillo ensangrentado.—¡¿Desde cuando lo sabes?!Contemplé a mi hermana en silencio, notando lo rápida de su respiración y lo fuerte que agarraba el mango del cuchillo en su mano.—¿La mataste?Reacciona, arrugando su entrecejo, mirándome a través de sus pestañas.—¿Le ordenaste tener sexo conmigo?—Yo pregunté primero.—¡Responde, maldito hijo de puta!- grita colérica, empuñando el cuchillo entre sus manos, temblorosas y amenazándome con él.Me reclino en mi asiento, acariciando mis cienes con los dedos.—Le pedí a Licia que intentara seducirte, y por el terrible humor en el que estás es obvio que lo consiguió.—¡¿Por qué?!—Pues porque necesito saberlo todo de todos. En esta familia los secretos son peligrosos, hermana.—¡No tienes ningún derecho!¿Me oyes? ¡ No tienes ningún derecho a meterte en mi vida privada!- ladró.—Lo sé. Y es
Alexis:La vi llegar al comedor y casi me trago mi lengua.Vestía una blusa blanca de mangas cortas amarrada por delante, dejando ver su abdomen plano y su pequeño ombligo, una saya cortísima de estampado a cuadros azul, unos medias negras, largas por encima de la rodilla y su cabello recogido en un par de ridículas coletas.Ante mí estaba Sofía Visconti en modo colegiala.Y me la estaba poniendo dura.“He visto fotos de la muchacha y es el sueño húmedo de cualquier hombre maduro.”El comentario de uno de los hermanos Lee era la más pura verdad. Sin lugar a la más mínima duda.Llega, se sienta en su silla, cruzando una pierna por encima de la otra lo que ocasiona que el dobladillo de la saya suba, dejando al descubierto el blanco muslo que se me apetece morder, trayendo los pies enfundados en unos zapatos de charol altísimos. Embarra una tostada de jalea de cerezas pero antes de morderla me mira, sonriéndome con esa boca de puta, que ha pintado con un labial rosado fucsia.—Buen día,
Sofía:¡Dio!Con razón sentí que me partía a la mitad cuando lo tuve dentro.¡Esa cosa no es un simple apéndice utilizado para orinar, es un implemento de tortura!Estaba nerviosa.No tenía no idea de qué hacer.Se suponía que él tomaría la iniciativa como siempre lo hacía, mi objetivo había sido motivarlos a reanudar mi educación sexual, pero ahora resultaba que la clase sería una práctica en mamadas y yo era una inexperta en ese tema y en cualquier otro. Sin embargo, mi maestro se negaba a cooperar.Alexis tomó una de mis manos, guiándola hasta de su verga y cerrándola fuertemente alrededor de su piel.—La sujetas con firmeza, pero sin apretarla demasiado. Mueves tu muñeca así.- Susurró, guiando mi mano hacia arriba y hacia abajo, con lentitud. Mostrándome como le gustaba que se la tocaran.Me di cuenta que esta lección parecía incluir también la técnica para hacer pajas. ¡Guau, qué instructivo!—No te preocupes, no importa que no tengas la más jodida idea de cómo se hace. Sigue tu
Alexis:Siento como su baba corre, mojándome los muslos y me hace recordar cuando le rompí el coño.Recuerdo lo mojada que estaba.No me equivoqué con ella. Se las da de santa pero en el fondo es una puta a la que le encanta follar.Últimamente pienso mucho en ella.En cómo huele.En el sabor de su coño.En la sensación de tener sus tetas en mis manos.En lo deliciosa que se siente su v#gina, pequeña y apretada alrededor de v#rga.Quiero follármela.Pero follármela en serio.Su boca chupándome y sus labios acariciándome son una tortura.Mueve su muñeca con lentitud y cuando siente que se contraen los músculos de mi abdomen aumenta la velocidad de sus movimientos. Me está haciendo trampas y me gusta.No sería mi puta si jugara limpio.Sé que no voy a aguantar mucho más, voy a llenarle la boca muy pronto.—He decidido retomar el proyecto Almaz.Se miran unos a otros, en silencio.—Pero, ese proyecto lo dejó inconcluso tu padre. No pudimos encontrar la forma de hacerlo parecer completame