Hudson ToscaniItaly era hermosa, eso era algo que tenía bastante claro, pero en estos momentos ella parecía más que eso, parecía una diosa viviente dispuesta a que todos sus súbditos por debajo de ella la adoraran sin parar. Y yo estaría encantado de adorarla hasta el final de los tiempos si ella me lo pedía.En cuanto bajo las escaleras me puse de pie y le tendí mi mano para que la tomara y la ayude a terminar de bajar las escaleras.Su brazo se enganchó en el mío y juntos salimos de la casa con los demás siguiendo nuestros pasos. La única que faltaría a la reunión era Hanna y aunque Natali no tenía ganas de ir ella había sido la intermediaria rusa que habíamos necesitado para consolidar esta reunión.Y la necesitaba para cuando los rusos quisieran hablar algo en su idioma se abstuvieran y todo lo dijeran en nuestra lengua para poder entenderlos todos. Aunque claramente tanto Natali como yo hablábamos ruso, Ian, Gian y Italy no sabían hablar en ruso por lo que claramente necesitába
Italy ToscaniNo estaba asustada, era más esa clase de nerviosismo que te dejaba un poco fuera de juego y no te permitía gesticular palabra.El lugar estaba abarrotado hasta la madre, pero los guardias hicieron un camino para nosotros que se dirigía directo al VIP en dónde ya se encontraban los rusos esperándonos.Sabía que tanto como Gian, su hermano y Natali nos seguían de cerca, para no hacer la entrada detrás o delante de nosotros para que se reflejara que no confiábamos en los rusos. Por eso ellos se mantuvieron alejados para pasar inadvertidos los primeros minutos.Forjar los lazos de confianza era vital en una situación como esta según lo que me había enseñado Gian en nuestras tardes de café.Había sido más provechosas de lo que yo había creído en primera instancia y aquí estaba yo, pensando todas las cosas diplomáticas que debía llevar a cabo para no cagarla en mi primera noche como esposa de la mafia.E irónicamente siendo esposa del que en algún momento fue mi enemigo y del
Hudson ToscaniNunca había hecho a alguien reamente intocable. No del todo. Y Hanna ni ninguno de los hermanos Toscani contaba, porque, aunque le di un poco más de oportunidades, ellos ya tenían su nombre hecho.Pero ver a Italy moverse a través de muchos mafiosos, hombres retrógrados que no la hubiesen mirado dos veces antes de este momento me hizo sentir orgullo.Porque lucía como una reina ante la que había que arrodillarse y quien no lo hiciera pagaría las consecuencias.En ese momento Italy entraba en una reunión con todos los jefes de familia italiana que asistieron a nuestra boda vistiendo un vestido blanco corto que solo llegaba hasta sus muslos. Era poco permitido en mujeres italianas tradicionales, pero yo nunca le diría a Italy lo que debía o no debía usar.Ella me miró con una sonrisa en sus ojos ya que sus labios permanecían sellados mientras se acercaba a la silla en la que yo me encontraba y se sentaba sobre mí. Sus manos rodearon mi cuello y con confianza se acomodó ha
Italy ToscaniEntre mis deberes como esposa de la mafia sabía que debía reunirme con mujeres del circulo para socializar y también para cambiar el curso de alguna decisiones.Lo tenía demasiado claro, pero algo en esto me recordaba a esos tiempos en los que era una marioneta de Raian la cual debía mover los hilos como él quería.Y Hanna, que había tenido que acompañarme aun cuando tampoco le gustaban esta clase de eventos me dijo que no me preocupara por ello. Ella había visto el nerviosismo que me recorría y me aseguró que estas tardes no eran tan superficiales como aquellas. Que las mujeres italianas con las que ella había tenido el placer de juntarse habían sido consideradas, pero sobre todo muy naturales y poco arrogantes.Aunque claramente siempre había una oveja negra entre el montón me aseguró que esta sería una tarde tranquila y le creí, porque ella nunca me había defraudado.Y así fue. La mayoría de las mujeres a mi alrededor fueron amenas, tranquilas y con sonrisas dulces qu
Hudson ToscaniDesde el momento en el que ofrecí la idea de la reunión con Raian Renalti sabía que él se negaría, pero lo hice por esa misma razón, porque eso me daba razones más que suficientes para decirle a los demás socios que claramente él no quería colaborar ni arreglar las cosas de la manera más civilizada, aunque yo nunca me iría por esa opción.Lo que realmente quería era destruirlo pieza por pieza.Pero sabía que cuando se acorralaba a una rata esta siempre buscaba una manera de salir, y Raian Renalti era eso, una rata, por ello estaba un poco alerta, porque él había permanecido en silencio, sin intención de hacer ningún tipo de atentado o de cuestionamiento en dirección a ninguno de mis aliados.Así que él estaba tramando algo, algo probablemente inútil o algo lo suficientemente bueno como para dejar una herida si lograba su cometido. Por eso había reforzado la seguridad alrededor de Daven, de Hanna y de toda la casa.Mis hermanos adoptivos me importaban muy poco, la única
Hudson ToscaniTodo el camino de regreso a casa me la pasé pensando en términos y condiciones para varios contratos, pensando en el asunto de Nial, el silencio de Raian y la nueva amistad de Italy con Natali Becker de la mafia de chicago.Pero todo eso pasó a segundo plano cuando vi una pequeña cabeza saliendo de entre unos arbustos descuidados a un lado de la carretera.—Detente y date la vuelta —le indiqué al chofer y él hizo lo que le dije mientras yo miraba por la ventana.Cuando el auto se detuvo a la orilla de la carretera bajé de él y me encaminé hacia le arbusto en el que había visto una cabecita negra saliendo de entre el verde y cuando lo encontré me topé con la sorpresa de que no era una sola cabecita, sino dos cabecitas pequeñas.Eran dos pequeños gatos que no parecían tener hogar porque sus cuellos estaban desprovistos de collares.Con una sonrisa suave me senté en el suelo y uno de ellos se acercó a mí hasta que trepó por mi pierna y se enganchó a mi regazo, el otro maul
Italy HudsonYo nunca había tenido la oportunidad de tener mascotas, no porque no quisiera tenerlas, sino porque mi padre nunca quiso que tuviera alguna mascota ya que no toleraba el pelo de los animales, así que mamá nunca me dejó tener mascotas y tuve que aguantarme las ganas cuando veía a los demás niños de la calle con sus bonitas mascotas.Por eso estaba tan emocionada con aquellos bonitos y hermosos gatitos de colores negro y blanco. Porque era como cumplir aquel sueño que siempre tuve de niña de poder tener algún gato o algún perro que me acompañara cuando las personas no llegaban a entender el estado en el que yo me encontraba.Y el que Hudson me concediera aquello sin que siquiera tuviera que pedírselo, me hice caer un poco más profundo por él si es que era posible.Él me ayudó a bañar a los gatitos en la bañera de una de las habitaciones del primer piso.Juntos habíamos ido a comprarle camas a los pequeños, y yo me volví loca cuando entré en la tienda para mascotas y vi la c
Italy ToscaniDurante las últimas semanas me había quedado en casa a petición de Hudson. Había optado por revisar papeleo junto con el en su despacho durante los días y en las tardes había empezado a hacer postres regularme para todos en la casa y en las noches cuando ya Daven estaba en cama me quedaba jugando con los gatitos hasta que el sueño me vencía.Y esa había sido mi rutina diaria durante las semanas para evitar aburrirme en las cuatro paredes. Pero sabía que él me había indicado aquello porque probablemente algo andaba mal con la situación referente a Raian. Había pasado demasiado tiempo y el parecía estar en silencio, como si se hubiese rendido a los ataques indirectos de Hudson.Yo sabía que el era de la clase de hombres que se quedaba en pausa analizando su entorno hasta que encontraba las armas con las cuales atacar.Pero después de haber pasado tanto tiempo saliendo de casa y en el que ya tenía mi libertad sentía que me ahogaba encerrada en la mansión aun cuando tenía he