Hudson ToscaniNunca había hecho a alguien reamente intocable. No del todo. Y Hanna ni ninguno de los hermanos Toscani contaba, porque, aunque le di un poco más de oportunidades, ellos ya tenían su nombre hecho.Pero ver a Italy moverse a través de muchos mafiosos, hombres retrógrados que no la hubiesen mirado dos veces antes de este momento me hizo sentir orgullo.Porque lucía como una reina ante la que había que arrodillarse y quien no lo hiciera pagaría las consecuencias.En ese momento Italy entraba en una reunión con todos los jefes de familia italiana que asistieron a nuestra boda vistiendo un vestido blanco corto que solo llegaba hasta sus muslos. Era poco permitido en mujeres italianas tradicionales, pero yo nunca le diría a Italy lo que debía o no debía usar.Ella me miró con una sonrisa en sus ojos ya que sus labios permanecían sellados mientras se acercaba a la silla en la que yo me encontraba y se sentaba sobre mí. Sus manos rodearon mi cuello y con confianza se acomodó ha
Italy ToscaniEntre mis deberes como esposa de la mafia sabía que debía reunirme con mujeres del circulo para socializar y también para cambiar el curso de alguna decisiones.Lo tenía demasiado claro, pero algo en esto me recordaba a esos tiempos en los que era una marioneta de Raian la cual debía mover los hilos como él quería.Y Hanna, que había tenido que acompañarme aun cuando tampoco le gustaban esta clase de eventos me dijo que no me preocupara por ello. Ella había visto el nerviosismo que me recorría y me aseguró que estas tardes no eran tan superficiales como aquellas. Que las mujeres italianas con las que ella había tenido el placer de juntarse habían sido consideradas, pero sobre todo muy naturales y poco arrogantes.Aunque claramente siempre había una oveja negra entre el montón me aseguró que esta sería una tarde tranquila y le creí, porque ella nunca me había defraudado.Y así fue. La mayoría de las mujeres a mi alrededor fueron amenas, tranquilas y con sonrisas dulces qu
Hudson ToscaniDesde el momento en el que ofrecí la idea de la reunión con Raian Renalti sabía que él se negaría, pero lo hice por esa misma razón, porque eso me daba razones más que suficientes para decirle a los demás socios que claramente él no quería colaborar ni arreglar las cosas de la manera más civilizada, aunque yo nunca me iría por esa opción.Lo que realmente quería era destruirlo pieza por pieza.Pero sabía que cuando se acorralaba a una rata esta siempre buscaba una manera de salir, y Raian Renalti era eso, una rata, por ello estaba un poco alerta, porque él había permanecido en silencio, sin intención de hacer ningún tipo de atentado o de cuestionamiento en dirección a ninguno de mis aliados.Así que él estaba tramando algo, algo probablemente inútil o algo lo suficientemente bueno como para dejar una herida si lograba su cometido. Por eso había reforzado la seguridad alrededor de Daven, de Hanna y de toda la casa.Mis hermanos adoptivos me importaban muy poco, la única
Hudson ToscaniTodo el camino de regreso a casa me la pasé pensando en términos y condiciones para varios contratos, pensando en el asunto de Nial, el silencio de Raian y la nueva amistad de Italy con Natali Becker de la mafia de chicago.Pero todo eso pasó a segundo plano cuando vi una pequeña cabeza saliendo de entre unos arbustos descuidados a un lado de la carretera.—Detente y date la vuelta —le indiqué al chofer y él hizo lo que le dije mientras yo miraba por la ventana.Cuando el auto se detuvo a la orilla de la carretera bajé de él y me encaminé hacia le arbusto en el que había visto una cabecita negra saliendo de entre el verde y cuando lo encontré me topé con la sorpresa de que no era una sola cabecita, sino dos cabecitas pequeñas.Eran dos pequeños gatos que no parecían tener hogar porque sus cuellos estaban desprovistos de collares.Con una sonrisa suave me senté en el suelo y uno de ellos se acercó a mí hasta que trepó por mi pierna y se enganchó a mi regazo, el otro maul
Italy HudsonYo nunca había tenido la oportunidad de tener mascotas, no porque no quisiera tenerlas, sino porque mi padre nunca quiso que tuviera alguna mascota ya que no toleraba el pelo de los animales, así que mamá nunca me dejó tener mascotas y tuve que aguantarme las ganas cuando veía a los demás niños de la calle con sus bonitas mascotas.Por eso estaba tan emocionada con aquellos bonitos y hermosos gatitos de colores negro y blanco. Porque era como cumplir aquel sueño que siempre tuve de niña de poder tener algún gato o algún perro que me acompañara cuando las personas no llegaban a entender el estado en el que yo me encontraba.Y el que Hudson me concediera aquello sin que siquiera tuviera que pedírselo, me hice caer un poco más profundo por él si es que era posible.Él me ayudó a bañar a los gatitos en la bañera de una de las habitaciones del primer piso.Juntos habíamos ido a comprarle camas a los pequeños, y yo me volví loca cuando entré en la tienda para mascotas y vi la c
Italy ToscaniDurante las últimas semanas me había quedado en casa a petición de Hudson. Había optado por revisar papeleo junto con el en su despacho durante los días y en las tardes había empezado a hacer postres regularme para todos en la casa y en las noches cuando ya Daven estaba en cama me quedaba jugando con los gatitos hasta que el sueño me vencía.Y esa había sido mi rutina diaria durante las semanas para evitar aburrirme en las cuatro paredes. Pero sabía que él me había indicado aquello porque probablemente algo andaba mal con la situación referente a Raian. Había pasado demasiado tiempo y el parecía estar en silencio, como si se hubiese rendido a los ataques indirectos de Hudson.Yo sabía que el era de la clase de hombres que se quedaba en pausa analizando su entorno hasta que encontraba las armas con las cuales atacar.Pero después de haber pasado tanto tiempo saliendo de casa y en el que ya tenía mi libertad sentía que me ahogaba encerrada en la mansión aun cuando tenía he
Hudson ToscaniHace unas semanas nos siguieron a mi a Italy para saber nuestros movimientos. Por eso había estado alerta con respecto a los vehículos que nos seguían y había estado cambiando mis rutinas y la forma en la que me movía para no crear un patrón y que pudieran causarme una emboscada.Había sido minucioso con respecto a eso y aunque había estado evitando que ella saliera a toda costa era algo we no podía evitar para siempre, no cuando le había dicho que su libertad era suya para hacer con ella lo que quisiera.Pero también le había prometido que la protegería y eso era lo que estaba haciendo cada vez que le pedía que no saliera.Pero hoy mis hombres me informaron de que ella había decidido salir de casa para ir de compras y que se avecinaba una cita de salida con Natalie Becker la mujer de un Volkov en Chicago y no me molestaba en lo absoluto, solo me preocupaba haberla agobiado demasiado al enviarle un montón de guardias de seguridad que me mantendrían al tanto de lugares q
Nial ToscaniHudson era un forastero. Él apareció en nuestras vidas cuando tenía quince años y papá lo adoptó como suyo olvidándose de que tenía otros hijos de los cuales ocuparse. Hijos que debieron heredar su trono y no un forastero que apareció años después y que a demás de todo era ruso, un maldito ruso se había quedado con lo que le pertenecía a la verdadera familia Toscani y yo había tenido que quedarme cruzado de brazos viendo como pisoteaban el nombre de mi familia. La rabia me embargaba cada vez que recordaba que el hombre de acento ruso se sentaba en mi lugar en la mesa y ostentaba el puesto de patriarca cuando claramente no le pertenecía.Él nunca debió ocupar el puesto. Hacía algunos años me había encargado de evitar que sucediera. Papá quería nombrarlo él mismo antes de morir y por eso lo envié de regreso a la tumba de la que él no debió haber salido tras recuperarse de un infarto hacía algunos años.Con lo que no había contado era con su astucia para dejar en un testamen