Italy ToscaniNunca, en mis más remotos pensamientos creí que volvería a ver al hombre que tenía frente a mí. Nunca creí que volvería a ver a mi padre, o al menos el hombre que me había dado la vida en conjunto con mi madre, pero también el hombre que me la había quitado. El que la había hecho pedazos en solo una noche antes de que yo pudiera huir muy lejos de él.Había perdido tantas oportunidades en mi vida por su culpa que no sabía como reaccionar.Mi mano temblaba y mi labio inferior amenazó con hacer lo mismo mientras sentía mis ojos picar. Pero estaba rodeada de los hombres de Hudson.Muchos de ellos se encontraban mirando por las cámaras y otras tantos estaban cerca de las entradas del almacén viendo en el centro a mi padre.Este era mi verdadero regalo de bodas, el auténtico, el que se daba únicamente en un lugar tan tosco y cruel, como la mafia.¿Pero que tan cruel podía ser poner delante de una mujer al hombre que la había jodido hasta el punto de querer morir en muchas ocas
Hudson ToscaniItaly se deshizo en mis brazos y en ese momento me hubiese gustado que no matara a su padre tan rápido. Me hubiese gustado por un momento que lo dejara vivo para poder encargarme personalmente de él.Pero era necesario esto no solo para ella, sino para todos nosotros, porque si ella no podía deshacerse de su mayor enemigo, entonces no podría hacerlo con ninguno de los otros.Y ahora mis hombres la respetarían hasta el final de sus días porque había elegido familia antes que sangre.Una vez la llevé a la habitación y la dejé ya dormida y calmada me puse en acción para la reunión con los Volkov que teníamos pendiente.Aun que quería acabar con ello por su traición debía mantener la calma y fingir que les estaba dando una oportunidad para redimirse antes de acabar con todo su clan.Pero si obtenía su apoyo el resto se sumaría sin dudarlo un segundo y cuando tuviera el control absoluto dejaría las cartas sobre la mesa y se los entregaría a los rusos como oferta de paz.Por
Italy ToscaniMe estaba enamorando demasiado rápido. Con una fuerza que rivalizaba con la que poseían las olas del mar cuando chocaban con la orilla.Y no quería ni siquiera imaginar que me estaba enamorando sola, que Hudson Toscani aun ni siquiera había considerado mi presencia como la de su única mujer o tal vez como la que realmente él amaría hasta el final de sus tiempos.Sabía que todo esto era un acuerdo, pero cuando él me sostuvo cuando me desmoroné, la forma en la que me abrazó y cuidó de mi mientras el mundo se me hacía pedazos me hizo darme cuenta de que aunque no quería me estaba enamorando demasiado rápido del hombre. Ahora mi mirada siempre lo buscaba, siempre pasaba tiempo con él cada vez que podía y aunque los días iban pasando demasiado lento cuando solo tenía que cuidar a Daven y aprender cosas nuevas de la organización junto con Gian, pues me di cuenta de que debía retroceder un par de pasos antes de caer profundamente.Me fui alejando de a poco fingiendo que no era
Hudson ToscaniItaly se estaba encerrando en si misma nuevamente y se parecía demasiado a la versión que había tocado mi puerta hacía semanas pidiéndome que le diera protección al hijo que habíamos tenido ambos.Eso me molestaba más que cualquier otra cosa que estuviera sucediendo en mi vida en esos momentos.Porque sabía que ella se estaba cerrando porque no me quería cerca, no quería crear lazos afectivos conmigo que nublaran su juicio. Y todo lo que yo quería era que la mujer me entregara, aunque fuera un pedacito de ella para yo abrirle las piernas de mi bendita alma.Y algo que también me estaba molestando al triple era el acercamiento que Nial había estado teniendo en los últimos días.Mis demás hermanos después del día de la boda no se habían inmiscuido en los asuntos y habían continuado recibiendo sus honorarios tranquilos sabiendo que nunca podrían ocupar mi puesto, pero Nial era un caso diferente, aun cuando era un arrogante de mierda tenía una perseverancia de la que había
Italy ToscaniLa casa se encontraba solitaria porque todos habían ido a hacer sus asuntos del día. A penas eran las cuatro de la tarde por lo que era probable que Hudson no regresara hasta las cinco o seis de la tarde y esa tarde en particular no tenía nada que hacer porque Gian había salido a resolver asuntos a los que aun yo no estaba habilitada para tratar, pero no me quejaba, pues Daven estaba dormido y podría ir a prepararme un chocolate caliente para merendar.Pero cuando salí de la habitación y recorrí el pasillo aquellas ideas se fueron por el garrete ante la presencia que encontré al pie de las escaleras.Por un segundo pensé en darme la vuelta y desaparecer por el pasillo por el que había salido, pero no le daría la satisfacción de ver como huía de él, así que descendí las escaleras y lo primero que hizo el hombre fue asediarme hasta que su cuerpo estuvo demasiado cerca del mío.—Voy a pedirte que te alejes de mí —dije con voz dura tratando de que no temblara.Y aunque sabía
Hudson ToscaniCuando vi que Nial tenía a Italy presionada contra el barandal de las escaleras en contra de su voluntad vi todo rojo.Lo único quería era alejarlo de ella de inmediato, pero al notar que él la estaba besando, también sin que ella lo deseara lo más mínimo, esa nube roja se transformó en una calma negra que me bañó de pies a cabeza y la determinación se colocó en cada una de mis neuronas mientras lo tomaba por el cuello de su traje y lo alejaba de ella sacándolo de la casa para lanzarlo por las escaleras de la entrada.No le permití ponerse de pie antes de caer encima de él y dejarle plantado en la cara un puñetazo que sacó sangre desde el inicio ante la fuerza con la que lo hice.Y luego a ese le siguieron otro y otro y otro más hasta que tuve que detenerme, porque de lo contrario no habría punto de retorno.—Te dije que te alejaras de mi mujer y no lo entendiste por las buenas, ahora tendrás que entenderlo por las malas.Él se levantó con la rabia destilando de cada un
Italy Toscani—¿Lo preparaste tú? —cuestionó mientras llevaba otro bocado del filete frío que había preparado para la cena, pero el nunca llegó y yo me quedé dormida sobre la mesa sin cenar y sin darme cuenta.—Si, lo hice —admití.Me había avergonzado de mis declaraciones, pero nadie podía culparme, estaba adormilada y él me invadió con preguntas que no pude responder con mentiras. Así que aquí estaba, intentando olvidarme de lo que le había dicho mientras contestaba sus preguntas triviales para ayudarme a sentirme un poco más tranquila o tal vez en confianza.—¿Alguna razón en específico? —cuestionó con una ceja enarcada y yo asentí en respuesta.—Para que se te pasara el mal rato de la tarde, pero supongo que no importa ahora, llegaste tarde así que eso significa que te encontentaste solo o encontraste a alguien más.No pasó desapercibido para ninguno de los dos el tono desilusionado que empleé en mis palabras, pero así era como me sentía, pues había preparado aquella cena esperand
Hudson ToscaniElla no se negó a mis avances. No cuando le hice las insinuaciones y mucho menos cuando me levanté de mi lugar para tomarla a ella y levantarla para poder besar sus labios. Los suyos se entreabrieron y recibieron a mi lengua en su interior cálido y ella se entregó totalmente al beso se dejó envolver y yo me deleité con su esencia y la forma en la que sus manos se aferraban a mi pecho para evitar caer.Mis manos la sostuvieron de la cintura y mis brazos la rodearon para levantarla y que envolviera sus piernas alrededor de mi cuerpo para poder comenzar a caminar hacia nuestra habitación y hacia la cama que habíamos estado compartiendo, pero sin tener ningún tipo de roce porque ella aun no se sentía ni lista ni preparada.Pero ahora yo había reducido sus miedos dejándole saber que si se enamoraba de mí yo la sostendría, yo la envolvería y la mantendría a salvo.Dios, ansiaba tanto que ella se entregara a mí que ahora que la tenía no sabía por qué parte comenzar a contempla