Italy WilsonMe encontraba dando vuelta tras otra en la habitación que me habían cedido.Una de las empleadas había ido a la sala y tras acercarse a mí me guió por las enormes escaleras y luego por los pasillos hasta llegar a una ala de la casa alejada de la entrada y me dejó frente a una habitación de puertas dobles.Cuando entré tuve que apreciar la simplicidad de la belleza del lugar. Las paredes eran blancas y en el centro había una cama con dosel y muy a mi pesar aprecié la elegancia y la comodidad de la cama cuando me senté en ella.Mis manos acariciaron las sábanas y suspiré con suavidad mientras mi mente evocaba las palabras de Hudson.Lamentablemente él era más astuto que yo. Podía leerme, y podía aparentemente saber cuándo estaba mintiendo y manipulando.Pero él me había visto en mi momento más vulnerable, él había visto como me deshacía por y para él. Sabía la verdad de mis expresiones y como era cuando era libre, sincera y sin restricciones.Debía ser algo que hubiese olvi
Hudson ToscaniEl rostro de Italy se quedó en blanco ante mis palabras y no contestó, pero tampoco parecía haberlas procesado.Ella alejó a Daven de su seno que se encontraba brilloso por la baba de mi hijo y luego lo guardó en su franela para poder limpiar a Daven con su sudadera y luego llevárselo a su hombro para sacarle los gases. Su sonrisa fue suave al escuchar el eructo de mi hijo y cuando determinó que estaba correcto lo acostó de lado en la cama.—Siempre que acabe de comer procura sacarle los gases —dijo tranquilamente —y cuando lo acuestes ponlo de lado, porque a veces suele vomitar después de comer y si está dormido puede ahogarse con sus vómitos. Una noche casi muero de susto ¿sabes? Suerte que dormía en mi cama, porque empezó a vomitar y se le iba por la nariz por estar boca arriba. Lloré como no tienes idea después de que lo coloqué en una mejor posición y lo limpié. En ese entonces me cuestionaba si sería una buena madre.Ella arropó al niño con las mantas con las que
Italy WilsonNo podía creer que me había roto contra él de esa forma. Sus brazos aun seguían alrededor de mi cuerpo y sus manos acariciaban mi cabello mientras yo me aferraba a él intentando recomponerme antes de que volviera a ver mi rostro.Pero el abrazo que me había dado era algo que había necesitado tanto que no sabía por dónde empezar para tranquilizarme. Y es que todas las cosas que había vivido durante los últimos días había sido agotador y había estado acabando conmigo poco a poco, empujándome hacia él límite y dejándome varada en el medio.Pero soporté todo porque debía llevar a mi bebé a un lugar seguro.Ahora me daba cuenta de todo lo que había tenido que hacer para lograrlo.Nunca había disparado un arma contra una persona o un animal. Siempre se había reducido a botellas en el bosque, el bosque que se encontraba en los límites del pueblo.Pero yo había disparado a dos hombres hacía tres noches y los había quemado. Sus cuerpos estarían irreconocibles si alguien llegaba a
Hudson ToscaniEntregarle a Italy su padre de rodillas sería el perfecto regalo de bodas. En las bodas italianas siempre había regalos extravagantes o muy descabellados, sin mencionar que había tradiciones que cumplir como mostrar la absurda sábana después de quitarle la virginidad a tu mujer. Absurdo hasta el final, pero yo no era italiano, aunque ellos me hubiesen adoptado, así que no me interesaba poner a Italy en ninguna situación de ese tipo.Aunque ella era italiana. No ese tipo de italiana tradicional de piel tostada y cabello castaño, pero si media italiana después de todo.La mamá de Italy había nacido en Italia hija de un italiano y una estadounidense. La mujer trajo a su hija a Estados Unidos cuando su padre murió y ella al final se casó con el padre de Italy hasta que murió. Le puso Italy a su hija en honor a las raíces de su padre.Y aunque el padre de Italy no la había llevado directo a la mafia italiana, sino a una rama de la rusa, al final la había llevado a estar envu
Hudson ToscaniYo era el dueño del Luxury, el club más aclamado de la ciudad y en el que las élites pasaban sus noches libres.Pero también era dueño de unos diez clubes más alrededor de toda la ciudad en dónde realizaba muchos de mis negocios. Ciertamente el Luxury no era el lugar ideal para negocios, aunque sí cuando se trataba de compartir con amigos o socios dentro de este mundo.A la gente le gustaba que le hicieran regalos bonitos y una entrada VIP en el Luxury era algo bonito y costoso.Pero hoy me encontraba en el Galery. No eran tan sofisticado si me lo preguntaban, pero el lugar limpiaba una cuarta parte de mi dinero ilícito, lo que lo hacía el mejor de todos mis locales a mis ojos.Al entrar fui recibido por una de las meseras. Ella conocía muy bien los movimientos de este lugar y mantenía a raya a muchos de los empleados lo cual le agradecía y su labor era bien recompensada.—Buenas noches, señor —saludó con una sonrisa y yo me incliné para besar su mejilla.—Buenas noches
Italy WilsonNo había vuelto a ver a Hudson desde la tarde. Y cuando había preguntado por él me habían dicho que se encontraba trabajando. Solo le pregunté a la empleada que me había servido el almuerzo. Y aunque intenté irme a la cama después de cenar me había quedado en el sofá sentada mientras observaba a Daven dormir en la oscuridad.Pero cuando dieron al menos las doce de la noche comencé a escuchar risitas en el pasillo y voces amortiguadas por la puerta.Mi cuerpo se tensó al enterarme de que era la voz de una mujer y de Hudson y algo se apretó en mi pecho.Claramente no habíamos acordado que el matrimonio sería real. Esto era solo una forma de proteger a la madre de su hijo, así que no entendí por qué me afectó saber que probablemente estaba llevando a una mujer a su habitación.Pero cuando los pasos se detuvieron justo frente a mi puerta mi ceño se frunció.La puerta se abrió lentamente y vi una cabellera larga y oscura ingresar por el pequeño espacio que se había abierto. Y
Italy WilsonHanna había hecho exactamente lo que había prometido y había estado detrás de la puerta cuando la abrí ya lista para el desayuno a la mañana siguiente.Su sonrisa suave y desenfadada me alegró la mañana en un santiamén. Y tras desayunar juntas fui conociéndola un poco más. Y por alguna razón podía ver lo empañada que estaba su personalidad divertida por algo de tristeza. Tal vez había sido por la forma en la que sus ojos se centraron en Daven y trató de no llorar.Luego del desayuno me vi en la obligación de escuchar como una mujer hablaba acerca de todos los preparativos que estaba haciendo para la boda. Ella lucía tan arrogante y ni siquiera había preguntado nada al respecto, solo contabilizaba y hablaba de colores y cosas de las cuales solo entendía la mitad, pero a ella no parecía importarle. Ni siquiera parecía importarle que fuera yo la que se casaría y ni siquiera se molestó en cuestionarme nada.Pero todo aquello era solo un mero espectáculo. Solo me casaba porque
Hudson ToscaniTenía cinco hermanos adoptivos en total.La menor era Hanna con veintisiete años y a ella le seguía Nial, luego estaban mis demás hermanos, Capone, Pietro y Liliano.Ciertamente no llevaba una buena relación con ninguno de ellos excepto con Hanna y estaba claro que había sido porque padre me había dado el puesto de jefe de la familia a mí. No era mayor que todos, pero si tenía más capacidad que ellos para hacer salir adelante a la organización.Pietro estuvo a cargo de ella durante dos años, esos dos años en los que papá enfermó y terminó rompiendo más acuerdos de los que yo podría contar. Por eso nadie confiaba en él para eso. Liliano simplemente le importaba una mierda quien gobernara mientras él tuviera dinero y Capone era un jugador obsesivo que enviaría a la familia a las ruinas si osaba tocar el poder. Y Nial, pues, él era un prepotente que nadie querría poner al mando. Era probable que por no ir a la guerra besara los pies de cualquiera ensuciando nuestro nombre.