Hudson ToscaniEntregarle a Italy su padre de rodillas sería el perfecto regalo de bodas. En las bodas italianas siempre había regalos extravagantes o muy descabellados, sin mencionar que había tradiciones que cumplir como mostrar la absurda sábana después de quitarle la virginidad a tu mujer. Absurdo hasta el final, pero yo no era italiano, aunque ellos me hubiesen adoptado, así que no me interesaba poner a Italy en ninguna situación de ese tipo.Aunque ella era italiana. No ese tipo de italiana tradicional de piel tostada y cabello castaño, pero si media italiana después de todo.La mamá de Italy había nacido en Italia hija de un italiano y una estadounidense. La mujer trajo a su hija a Estados Unidos cuando su padre murió y ella al final se casó con el padre de Italy hasta que murió. Le puso Italy a su hija en honor a las raíces de su padre.Y aunque el padre de Italy no la había llevado directo a la mafia italiana, sino a una rama de la rusa, al final la había llevado a estar envu
Hudson ToscaniYo era el dueño del Luxury, el club más aclamado de la ciudad y en el que las élites pasaban sus noches libres.Pero también era dueño de unos diez clubes más alrededor de toda la ciudad en dónde realizaba muchos de mis negocios. Ciertamente el Luxury no era el lugar ideal para negocios, aunque sí cuando se trataba de compartir con amigos o socios dentro de este mundo.A la gente le gustaba que le hicieran regalos bonitos y una entrada VIP en el Luxury era algo bonito y costoso.Pero hoy me encontraba en el Galery. No eran tan sofisticado si me lo preguntaban, pero el lugar limpiaba una cuarta parte de mi dinero ilícito, lo que lo hacía el mejor de todos mis locales a mis ojos.Al entrar fui recibido por una de las meseras. Ella conocía muy bien los movimientos de este lugar y mantenía a raya a muchos de los empleados lo cual le agradecía y su labor era bien recompensada.—Buenas noches, señor —saludó con una sonrisa y yo me incliné para besar su mejilla.—Buenas noches
Italy WilsonNo había vuelto a ver a Hudson desde la tarde. Y cuando había preguntado por él me habían dicho que se encontraba trabajando. Solo le pregunté a la empleada que me había servido el almuerzo. Y aunque intenté irme a la cama después de cenar me había quedado en el sofá sentada mientras observaba a Daven dormir en la oscuridad.Pero cuando dieron al menos las doce de la noche comencé a escuchar risitas en el pasillo y voces amortiguadas por la puerta.Mi cuerpo se tensó al enterarme de que era la voz de una mujer y de Hudson y algo se apretó en mi pecho.Claramente no habíamos acordado que el matrimonio sería real. Esto era solo una forma de proteger a la madre de su hijo, así que no entendí por qué me afectó saber que probablemente estaba llevando a una mujer a su habitación.Pero cuando los pasos se detuvieron justo frente a mi puerta mi ceño se frunció.La puerta se abrió lentamente y vi una cabellera larga y oscura ingresar por el pequeño espacio que se había abierto. Y
Italy WilsonHanna había hecho exactamente lo que había prometido y había estado detrás de la puerta cuando la abrí ya lista para el desayuno a la mañana siguiente.Su sonrisa suave y desenfadada me alegró la mañana en un santiamén. Y tras desayunar juntas fui conociéndola un poco más. Y por alguna razón podía ver lo empañada que estaba su personalidad divertida por algo de tristeza. Tal vez había sido por la forma en la que sus ojos se centraron en Daven y trató de no llorar.Luego del desayuno me vi en la obligación de escuchar como una mujer hablaba acerca de todos los preparativos que estaba haciendo para la boda. Ella lucía tan arrogante y ni siquiera había preguntado nada al respecto, solo contabilizaba y hablaba de colores y cosas de las cuales solo entendía la mitad, pero a ella no parecía importarle. Ni siquiera parecía importarle que fuera yo la que se casaría y ni siquiera se molestó en cuestionarme nada.Pero todo aquello era solo un mero espectáculo. Solo me casaba porque
Hudson ToscaniTenía cinco hermanos adoptivos en total.La menor era Hanna con veintisiete años y a ella le seguía Nial, luego estaban mis demás hermanos, Capone, Pietro y Liliano.Ciertamente no llevaba una buena relación con ninguno de ellos excepto con Hanna y estaba claro que había sido porque padre me había dado el puesto de jefe de la familia a mí. No era mayor que todos, pero si tenía más capacidad que ellos para hacer salir adelante a la organización.Pietro estuvo a cargo de ella durante dos años, esos dos años en los que papá enfermó y terminó rompiendo más acuerdos de los que yo podría contar. Por eso nadie confiaba en él para eso. Liliano simplemente le importaba una mierda quien gobernara mientras él tuviera dinero y Capone era un jugador obsesivo que enviaría a la familia a las ruinas si osaba tocar el poder. Y Nial, pues, él era un prepotente que nadie querría poner al mando. Era probable que por no ir a la guerra besara los pies de cualquiera ensuciando nuestro nombre.
Italy WilsonHabía llegado hace un par de días con solo una mochila y la ropa que llevaba puesta, por esa razón una de las de servicio me había estado prestando sus prendas que me quedaban un poco grandes, pero esa tarde Hanna fue hasta la terraza en la que me encontraba sentada con Daven y tomó al bebé en mis brazos para salir de casa mientras me indicaba que la siguiera. Por supuesto que lo hice, tenía mucha curiosidad por saber a dónde iríamos.Solo que no me esperé que tres vehículos nos siguieran y que estos estuvieran llenos de soldados para protegernos. Pero debí suponerlo considerando que yo tenía en brazos al heredero de la mafia italiana.Al llegar al centro de la ciudad observé con ojos bien abiertos todas las tiendas de marcas alrededor de toda la calle. Este era el paseo de la moda y solo había estado ahí un par de veces acompañando a mujeres de élite cuando Raian me lo había pedido. Mi ropa era elegida específicamente por él para mantener la imagen que él quería en mí, p
Italy WilsonMe medí unos diez vestidos de fiesta y cada uno era mas revelador que el otro. De tirantes, con escote en ambos lados, cortos, semitransparentes y todos me los probé y se los modelé tanto a Hanna como a las dependientas y a los guardias. En muchas ocasiones los escuché silbar y aunque estaba sonrojada totalmente fue divertido ver como Hanna se emocionaba con cada cosa que me ponía.Luego le siguieron los pomposos vestidos largos y luego los vestidos de mujeres de élite y clase.No hubo un solo traje y lo agradecí, así que tuve que tomar faldas y blusas y combinarlas para hacer mis propios trajes que no fueran de chaqueta y amé que los colores fueran fuertes como el rojo, el negro, el azul oscuro, el verde y otros que hacían resaltar mi piel pálida y me hacían ver como una reina cruel en vez de una líder dulce.Una vez todas las prendas estuvieron seleccionadas Hanna me llevó a una tienda de ropa interior y me sonrojé cuando noté a uno de los guardias intentando no burlars
Italy WilsonAl llegar a casa Hanna se excusó para irse a su habitación y ducharse antes de cenar y yo me tuve que quedar con Hudson quien se encontraba en la sala cerca de la entrada.Los guardias comenzaron a llevar las cosas que había comprado y sentí que me avergonzaba mientras iban pasando con bolsas tras bolsas.Hudson estaba sentado en su lugar cruzado de brazos mientras me observaba atento.—Tu cabello se ve increíblemente brillante, Italy.No creí que se fuera a fijar en eso, pero que lo hubiese hecho enviaba oleadas de satisfacción por todo mi cuerpo por alguna extraña razón.—Disculpa por todas las cosas que he comprado, es que Hanna me dijo…—No me molesta que gastes mi dinero consintiéndote, Italy. Me satisface saber que mi dinero puede ayudarte a pasar un día increíble. Básicamente si cada vez que salgas y gastes mi dinero te verás de esa forma, pues hazlo todos los días si quieres.Me sonrojé, realmente lo hice y traté de disimularlo enfocándome en Daven que se encontra