Italy WilsonNo había vuelto a ver a Hudson desde la tarde. Y cuando había preguntado por él me habían dicho que se encontraba trabajando. Solo le pregunté a la empleada que me había servido el almuerzo. Y aunque intenté irme a la cama después de cenar me había quedado en el sofá sentada mientras observaba a Daven dormir en la oscuridad.Pero cuando dieron al menos las doce de la noche comencé a escuchar risitas en el pasillo y voces amortiguadas por la puerta.Mi cuerpo se tensó al enterarme de que era la voz de una mujer y de Hudson y algo se apretó en mi pecho.Claramente no habíamos acordado que el matrimonio sería real. Esto era solo una forma de proteger a la madre de su hijo, así que no entendí por qué me afectó saber que probablemente estaba llevando a una mujer a su habitación.Pero cuando los pasos se detuvieron justo frente a mi puerta mi ceño se frunció.La puerta se abrió lentamente y vi una cabellera larga y oscura ingresar por el pequeño espacio que se había abierto. Y
Italy WilsonHanna había hecho exactamente lo que había prometido y había estado detrás de la puerta cuando la abrí ya lista para el desayuno a la mañana siguiente.Su sonrisa suave y desenfadada me alegró la mañana en un santiamén. Y tras desayunar juntas fui conociéndola un poco más. Y por alguna razón podía ver lo empañada que estaba su personalidad divertida por algo de tristeza. Tal vez había sido por la forma en la que sus ojos se centraron en Daven y trató de no llorar.Luego del desayuno me vi en la obligación de escuchar como una mujer hablaba acerca de todos los preparativos que estaba haciendo para la boda. Ella lucía tan arrogante y ni siquiera había preguntado nada al respecto, solo contabilizaba y hablaba de colores y cosas de las cuales solo entendía la mitad, pero a ella no parecía importarle. Ni siquiera parecía importarle que fuera yo la que se casaría y ni siquiera se molestó en cuestionarme nada.Pero todo aquello era solo un mero espectáculo. Solo me casaba porque
Hudson ToscaniTenía cinco hermanos adoptivos en total.La menor era Hanna con veintisiete años y a ella le seguía Nial, luego estaban mis demás hermanos, Capone, Pietro y Liliano.Ciertamente no llevaba una buena relación con ninguno de ellos excepto con Hanna y estaba claro que había sido porque padre me había dado el puesto de jefe de la familia a mí. No era mayor que todos, pero si tenía más capacidad que ellos para hacer salir adelante a la organización.Pietro estuvo a cargo de ella durante dos años, esos dos años en los que papá enfermó y terminó rompiendo más acuerdos de los que yo podría contar. Por eso nadie confiaba en él para eso. Liliano simplemente le importaba una mierda quien gobernara mientras él tuviera dinero y Capone era un jugador obsesivo que enviaría a la familia a las ruinas si osaba tocar el poder. Y Nial, pues, él era un prepotente que nadie querría poner al mando. Era probable que por no ir a la guerra besara los pies de cualquiera ensuciando nuestro nombre.
Italy WilsonHabía llegado hace un par de días con solo una mochila y la ropa que llevaba puesta, por esa razón una de las de servicio me había estado prestando sus prendas que me quedaban un poco grandes, pero esa tarde Hanna fue hasta la terraza en la que me encontraba sentada con Daven y tomó al bebé en mis brazos para salir de casa mientras me indicaba que la siguiera. Por supuesto que lo hice, tenía mucha curiosidad por saber a dónde iríamos.Solo que no me esperé que tres vehículos nos siguieran y que estos estuvieran llenos de soldados para protegernos. Pero debí suponerlo considerando que yo tenía en brazos al heredero de la mafia italiana.Al llegar al centro de la ciudad observé con ojos bien abiertos todas las tiendas de marcas alrededor de toda la calle. Este era el paseo de la moda y solo había estado ahí un par de veces acompañando a mujeres de élite cuando Raian me lo había pedido. Mi ropa era elegida específicamente por él para mantener la imagen que él quería en mí, p
Italy WilsonMe medí unos diez vestidos de fiesta y cada uno era mas revelador que el otro. De tirantes, con escote en ambos lados, cortos, semitransparentes y todos me los probé y se los modelé tanto a Hanna como a las dependientas y a los guardias. En muchas ocasiones los escuché silbar y aunque estaba sonrojada totalmente fue divertido ver como Hanna se emocionaba con cada cosa que me ponía.Luego le siguieron los pomposos vestidos largos y luego los vestidos de mujeres de élite y clase.No hubo un solo traje y lo agradecí, así que tuve que tomar faldas y blusas y combinarlas para hacer mis propios trajes que no fueran de chaqueta y amé que los colores fueran fuertes como el rojo, el negro, el azul oscuro, el verde y otros que hacían resaltar mi piel pálida y me hacían ver como una reina cruel en vez de una líder dulce.Una vez todas las prendas estuvieron seleccionadas Hanna me llevó a una tienda de ropa interior y me sonrojé cuando noté a uno de los guardias intentando no burlars
Italy WilsonAl llegar a casa Hanna se excusó para irse a su habitación y ducharse antes de cenar y yo me tuve que quedar con Hudson quien se encontraba en la sala cerca de la entrada.Los guardias comenzaron a llevar las cosas que había comprado y sentí que me avergonzaba mientras iban pasando con bolsas tras bolsas.Hudson estaba sentado en su lugar cruzado de brazos mientras me observaba atento.—Tu cabello se ve increíblemente brillante, Italy.No creí que se fuera a fijar en eso, pero que lo hubiese hecho enviaba oleadas de satisfacción por todo mi cuerpo por alguna extraña razón.—Disculpa por todas las cosas que he comprado, es que Hanna me dijo…—No me molesta que gastes mi dinero consintiéndote, Italy. Me satisface saber que mi dinero puede ayudarte a pasar un día increíble. Básicamente si cada vez que salgas y gastes mi dinero te verás de esa forma, pues hazlo todos los días si quieres.Me sonrojé, realmente lo hice y traté de disimularlo enfocándome en Daven que se encontra
Italy WilsonHanna durante los últimos días se había vuelto básicamente una amiga. Siempre me acompañaba para el desayuno la comida y la cena al igual que Hudson, pero en la tarde siempre encontrábamos algo para hacer. Como caminar por el jardín, salir a tomar un café aunque fuéramos con diez escoltas a nuestro alrededor.Pero esa tarde en específico estábamos haciendo algo no tan divertido.Me estaba probando vestidos de novia. O al menos esa era la idea, porque ninguno de los vestidos que me estaban mostrando me gustaba realmente.—Oh, vamos Italy. Si saliéramos de la sección de vestidos de la temporada pasada tal vez encontrarías algo mejor.Yo me quejé y negué.—Están muy caros.Ella rodó los ojos y me miró como si estuviera loca.—Cariño, Hudson te ha depositado medio millón de dólares en esta tarjeta solo para vestido de bodas, zapatos y el velo y me dijo que si hace falta más solo necesitamos hacerle una llamada y todo estará resuelto.Pero ahí estaba el problema. Todo esto era
Hudson ToscaniSe podía sentir la energía que vibraba en todo el lugar en el momento en que Hanna y Italy entraron a la casa. Ambas llevaban una sonrisa enorme en sus rostros y Italy parecía más resplandeciente y brillante y me pregunté si por un instante a Hanna se le ocurrió darle estupefacientes.Al notar que los ojos de ambas estaban claro me di cuenta de que solo se trataba de lo que habían hecho en la tarde de hoy mientras yo me quedaba con Daven.Ciertamente pasé una tarde increíble con el niño y Italy había dejado un biberón lleno de leche materna para él para cuando tuviera hambre y mentiría si dijera que no quise pegarme para ver a qué sabía su leche, pero concordé conmigo mismo que lo haría en otras circunstancias y directamente de la fuente.Italy se acercó a mí conservando la sonrisa y tomó a Daven de entre mis brazos con cuidado.—Le daré un baño antes de la cena —dijo suavemente mientras se alejaba, pero ni siquiera pudo mirarme a la cara.—Necesitas hablar con ella —in