Italy WilsonEran las cinco con cincuenta cuando detuve el auto en el segundo pueblo que había cruzado esa madrugada. Lo detuve a la orilla de la entrada y me acerqué a la guantera para abrirla encontrándome con otra arma y un poco de dinero.Me guardé las dos armas que había tomado en la parte de atrás de la espalda, por la cinturilla del pantalón y las oculté con la sudadera, luego tomé la mochila y me la enganché y tomé la bolsa con comida.La carga que llevaba era pesada, pero las urgencias de irme lejos antes de que me interceptaran en terreno desventajoso.Caminé durante media hora hasta que me detuve en la estación y subí en el autobús que me llevaba directo a la ciudad.Mis manos estaban frías aun cuando estaba bien cubierta y el halo salía de mi boca con cada exhalación. Me encargué de no ser vista por ninguna cámara, por ello tenía la cabeza cubierta con la capucha de la sudadera además del gorro que había robado de uno de ellos.Fue difícil suspirar aliviada cuando aún esta
Italy Wilson—Mierda —susurré al escuchar que volvieron a tocar.Pisando suavemente me acerqué a la puerta y miré a través de la mirilla a los dos hombres frente a la puerta.Ambos vestían de traje, pero la mirada en sus ojos me dejó saber todo lo que necesitaba.Con una velocidad que me sorprendió a mí misma tomé a Daven de la cama y lo metí en el closet antes de correr de regreso a la cama y tomar las dos armas.—No pedí servicio a la habitación —grité sin acercarme a la puerta.—Traemos el desayuno de bienvenida, señorita.—Mentiroso —susurré para mí misma.Suspirando me acerqué a la puerta y miré nuevamente por la mirilla encontrándomelos a los dos uno al lado del otro, al conocer sus ubicaciones en la puerta me alejé.—Esta bien, ya voy, dame unos segundos para vestirme. Luego levanté el arma con silenciador y disparé cuatro veces a los puntos específicos que había memorizado en la puerta.Luego me pegué contra la pared por si fallaba y me disparaban, pero pasaron varios segundo
Hudson ToscaniGian entró en mi despacho azotando la puerta contra la pared y haciendo vibrar las paredes del despacho. Con un poco más de fuerza y lanzaba los libros al suelo.—¿Olvidaste como tocar?La sonrisa que tenía en su rostro era enorme, algo extraño si recordábamos que el hombre apenas sonreía, por eso dejé lo que estaba haciendo y enfoqué mi mirada en él.—¿Entonces? —cuestioné cuando se quedó en silencio.—Italy Wilson volvió a ser vista en el hotel Imperis en el sur de la ciudad.Por un segundo mi corazón se detuvo al escuchar sus palabras y entendí por qué la sonrisa que llevaba en la cara.—¿Dónde está ahora? —él se encogió de hombros.—Dos hombres de Renalti aparecieron muertos frente a la puerta de la habitación que ocupaba, aparentemente ella los mató a través de la puerta. Y es probable que regresara a la ciudad por estar huyendo de los hombres de Renalti. He estado investigando de camino aquí y hace dos noches fueron encontrados dos hombres muertos en una casa en u
Italy WilsonVolver a verlo me causó emociones que nunca creí posibles.Sería una mentirosa si decía que nunca había pensado en él en todo el tiempo en el que estuve lejos. Porque lo había hecho.Aunque nuestro único roce se reducía a una noche en la que me perdí en él sin restricciones, debía admitir que esa noche me marcó, no solo por el hijo que habíamos creado esa noche, sino también por las huellas que había dejado en mí.En muchas ocasiones podía recordar sus manos recorriéndome con reverencia y la forma en la que me trató, tan dulce pero tan posesivo y la vez tan, pero tan rudo. Era simplemente inexplicable.Y volverlo a ver hizo que todos esos recuerdos que me había esforzado por enterrar salieran a la luz y cuando su voz alta y clara resonó en todo el lugar me estremecí.—¿Qué quieres? —fue lo que preguntó mientras sus manos se mantenían en sus bolsillos y sus ojos me escaneaban como un depredador a su presa.Algunas cosas no cambiaban nunca aparentemente. Y algo que se había
Italy Wilson—Abran las puertas —ordenó con voz tensa y mis rodillas temblaron amenazándome con hacerme caer.El alivio que me recorrió fue tan enorme que no estaba segura de poder dar un par de pasos sin sentir que me desmayaba o caía.Todos los días de cansancio, de incertidumbre y de miedo descendieron sobre mí como un manto y tuve que pestañear un par de veces para evitar las lágrimas que intentaron escapar para recorrer mis mejillas.Cuando las puertas se abrieron pasé con paso rápido y las sentí cerrarse detrás de mí mientras me acercaba a Hudson.Su cuerpo estaba tenso y su postura no era para nada relajada, era meramente tensa y dudé cuando me detuve frente a él.Daven miraba hacia todos lados de forma curiosa y tenía tantas ganas de girarlo dentro de su mochila para que viera de frente a su papá, pero simplemente no me atrevía a moverme.—Entonces dices que es mi hijo —no fue una pregunta, fue una mera afirmación a las palabras que le había dicho minutos antes.—Lo es, puedes
Hudson ToscaniPodía ver el miedo en sus ojos y la incertidumbre grabada en cada uno de sus rasgos.Estaba en lo correcto con respecto a todo lo que dije, no era tan estúpido como para no notarlo. Ella solo había regresado porque se vio obligada a hacerlo y ahora quería cosas de mí, quería manipularme como Raian le había enseñado, pero lamentando el caso yo no era esa clase de hombres que ella podría manipular.Y mentí, mentí cuando le dije que no me haría cargo de su seguridad, pero ella debía entender que no podía hacerme las cosas que me hizo y regresar como si nada hubiese pasado. Le di mi protección y ella la rechazó sin pensarlo dos veces y eso claramente debía tener un castigo.Y aunque nunca me atrevería a ponerle un solo dedo encima era bueno que el miedo la envolviera y la incertidumbre se apoderara de ella. La haría mía, eso era seguro y también le daría el mundo y haría que los demás se arrodillaran ante ella.Pero no permitiría que jugara conmigo, nunca permitiría que cre
Italy WilsonMe encontraba dando vuelta tras otra en la habitación que me habían cedido.Una de las empleadas había ido a la sala y tras acercarse a mí me guió por las enormes escaleras y luego por los pasillos hasta llegar a una ala de la casa alejada de la entrada y me dejó frente a una habitación de puertas dobles.Cuando entré tuve que apreciar la simplicidad de la belleza del lugar. Las paredes eran blancas y en el centro había una cama con dosel y muy a mi pesar aprecié la elegancia y la comodidad de la cama cuando me senté en ella.Mis manos acariciaron las sábanas y suspiré con suavidad mientras mi mente evocaba las palabras de Hudson.Lamentablemente él era más astuto que yo. Podía leerme, y podía aparentemente saber cuándo estaba mintiendo y manipulando.Pero él me había visto en mi momento más vulnerable, él había visto como me deshacía por y para él. Sabía la verdad de mis expresiones y como era cuando era libre, sincera y sin restricciones.Debía ser algo que hubiese olvi
Hudson ToscaniEl rostro de Italy se quedó en blanco ante mis palabras y no contestó, pero tampoco parecía haberlas procesado.Ella alejó a Daven de su seno que se encontraba brilloso por la baba de mi hijo y luego lo guardó en su franela para poder limpiar a Daven con su sudadera y luego llevárselo a su hombro para sacarle los gases. Su sonrisa fue suave al escuchar el eructo de mi hijo y cuando determinó que estaba correcto lo acostó de lado en la cama.—Siempre que acabe de comer procura sacarle los gases —dijo tranquilamente —y cuando lo acuestes ponlo de lado, porque a veces suele vomitar después de comer y si está dormido puede ahogarse con sus vómitos. Una noche casi muero de susto ¿sabes? Suerte que dormía en mi cama, porque empezó a vomitar y se le iba por la nariz por estar boca arriba. Lloré como no tienes idea después de que lo coloqué en una mejor posición y lo limpié. En ese entonces me cuestionaba si sería una buena madre.Ella arropó al niño con las mantas con las que