Narra Camille.
Mi vida no podía estar más triste, perdí a mi padre anoche, y ahora lo estamos velando, amigos y familiares se encuentran aquí acompañando mi dolor.
—Lo siento mucho, hija. – es la voz de mi madre, al menos está aquí, ella casi no visitaba a papá.
—Hermanita. – mi hermano se sienta a mi lado y me abraza.
—Lo siento. – Carlos me da el pésame.
—Sería dado de alta, estaba feliz de pasar año nuevo con él, y ahora ya no está, se fue y me dejó sola. – Digo con una sonrisa triste, mientras que mis lagrimas bajan como un arroyo por mis mejillas.
—No estás sola, me tienes a mí y mamá. – Marcus me trata de dar ánimos.
—Buenas tardes. – esa voz, ¡es Logan! Todos miramos hasta donde esta él.
—Dr. Coleman. – digo con sorpresa, no lo esperaba aquí.
—Siento mucho tu pérdida. – se acerca a mi dándome el pésame.
—Muchas gracias. – me extraña su cambio nuevamente hacia conmigo, últimamente había estado serio conmigo y ahora esta como antes, amable.
—Cualquier cosa que necesites, estaré para ti. – puedo ver un brillo en sus ojos marrones.
—Gracias por su apoyo, Dr. – esta vez habla mi madre.
(…)
La gente aún permanecía en casa de papá, y yo seguía sin salir de mi trance, que parece más un sueño, Logan me había dicho que estaba estable, y que sería dado de alta, y no fue así al parecer, tuvo complicaciones.
—Hija, deberías venir a vivir con nosotros. – habla mi madre sacándome de mis pensamientos.
—Quiero estar aquí, no deseo dejar la casa de papá. – digo sin ánimos.
—No quiero que estes sola. – dice tomando mis manos en las suyas.
—Gracias, pero no lo estoy, Marcus está conmigo. – pero por ahora es lo que deseo.
—Lo sé, y por eso quiero que se vengan, esa casa sólo te traerá recuerdos tristes. – insiste.
—Lo voy a pensar. – digo para no discutir, no tengo cabeza ni ánimos para eso.
(…)
Los días pasan y no tengo ánimos de nada, no he comido, no he ido al trabajo, creo que ya hasta me despidieron, mi madre ha venido a vernos casi todos los días, nos preparan alimentos, para que no me enferme, a decir verdad, no tengo hambre. Tampoco sé nada del Dr. Coleman desde el funeral.
—Papá. – digo con tristeza mientras veo fotos y videos desde que era pequeña, se preocupaba más por mí, que por su salud. Por ahora me encuentro sola en casa, mi hermano ha estado trabajando, al menos alguien tiene que mantener la casa, porque si me despidieron, y pronto debo buscar trabajo
Suena mi teléfono, miro a la pantalla y es Marcus.
—Hola. – digo en tono triste.
—Hermanita. – su voz esta igual.
—¿A qué debo tu llamada? – pregunto con curiosidad.
—Quiero que me acompañes a un viaje. – sé que trata de animarme, pero no lo deseo.
—No lo sé. – digo desanimada.
—Por favor, te va a ayudar. – insiste.
—Está bien. – me rindo.
—Perfecto. Paso por ti mañana. – nos despedimos y colgamos.
(…)
Ya estaba lista para el viaje a Londres, Inglaterra, Marcus dice que es para levantarme los ánimos, en verdad que le agradezco que se preocupe por mí, aun es muy reciente el fallecimiento de mi padre, y sigo sin ánimos.
—Te voy a dar una sorpresa. – dice con una sonrisa y sólo asiento con la cabeza.
—Gracias. – me alegra tener un hermano.
—Por cierto, ¿Qué hay con el Dr. Coleman? - ¿a qué viene su pregunta?
—¿Por qué? – tengo curiosidad. No he vuelto a saber nada de Logan desde el velorio.
—Pues… desde que llevó el caso de papá, no ha dejado de mirarte, y estuvo en el velorio. – sólo de recordarlo me pongo roja.
—Él… tiene novia. – digo con un poco de desilusión.
—Pues lo que, si sé, es que le gustas y mucho. - lo dudo mucho.
Preferí cambiar de tema, estoy muy segura de que Logan ya ni se acuerda de mí. Tiene novia y muchas mujeres atrás de él, evidentemente nunca se fijaría en mí.
En nuestro viaje por Londres, mi hermano me llevó a Abbey Road, es una calle muy famosa, gracias a la portada con el mismo nombre del grupo británico The Beatles, al Big Ben, entre otros lugares muy bonitos.
(…)
De regreso a la Ciudad de Miami, mi madre terminó convenciéndome de vivir con ellos, pero le dije que no vendería la casa de mi padre, al menos rentarla, algún día tendría mi familia y me gustaría regresar ahí.
—Anda, vamos de antro. – dice Sofí, mi amiga, quien, por cierto, está enamorada de mi hermano.
—No tengo ánimos. – y es la verdad.
—Por favor…- insiste
—Está bien. – sino nunca me la quito de encima.
—¡Viva! – se alegra por aceptar.
(…)
Ya era sábado por la noche, y el lugar estaba a reventar, la música te dejaba sordo, pero lo único que importa es divertirse, al menos yo no, sólo porque mi querida amiga no quería que me perdiera de todo esto, la vida sigue adelante, es verdad, sólo que por ahora no lo deseo así.
Estoy aburrida aquí sentada sólo bebiendo soda, suena ridículo, ya lo sé, no quiero beber otra cosa.
—¿Srita. Anderson? – la voz de un hombre me saca de mis pensamientos, miro y es…
—¿Dr. Coleman? – lo miro asombrada, no creí que frecuentara este tipo de lugares.
—¿Qué anda haciendo por aquí? – me mira sin poder creer lo.
—Vine con una amiga, pero, a decir verdad, me estoy aburriendo. – digo con una mueca y él sonríe tiernamente.
—Aquí estas. – la pelirroja se acerca a él tomándolo del brazo.
—Sam. – la mira sonriendo.
—Cuídate. – me dice y se va con ella. Debe ser su novia, que decepción.
Como no veo a mi amiga, me levanto de mi lugar y salgo del antro, no tengo ánimos de nada. Camino hacia la calle a esperar un taxi, el frio comienza a pegar fuerte y yo sin nada que me cubra. De repente siento que alguien me coloca un saco sobre mis hombros, me giro para ver de quien se trata y no lo podía creer.
—¡Dr.! – digo con sorpresa. — ¿Qué pasó con mujer que estaba con él?
—¿Qué haces aquí tú sola? – me mira con curiosidad.
—Estoy esperando un taxi. – digo tímidamente.
—Pero ya es tarde, dudo que consigas uno. – me sonríe.
—Tal vez tenga suerte. ¡Ah, mire! – digo con alegría. Me quito su saco, se lo entrego, y antes de que suba, alguien me empuja haciendo que caiga al piso.
—¿Estás bien? — se acerca a mí con preocupación.
—¡¿Qué le pasa?! – dije avergonzada por la caída. Mientras que Logan me ayuda a levantarme.
—¿Te lastimaste? – se acerca a mi para ver si no tengo alguna lesión. Su cercanía me pone muy nerviosa, mientras el me revisa, mi cuerpo tiembla ante su tacto.
—Yo… mm… estoy bien. – me alejo un poco y lo veo sonreír algo apenado.
—Déjame llevarte a tu casa. – dice mirando a otra parte, nunca pensé que fuera algo tímido, eso que me lo deje a mí, yo soy la tímida aquí.
—No es necesario. – siento mi cara sonrojada por su caballerosidad.
—Por favor. – me mira esperando a que acepte.
—Pero… ¿y su novia? – digo recordando a la pelirroja esa.
—Ella ya no es mi novia, acabamos de terminar y… fue quien te empujó. – no me había dado cuenta de ello.
—¿En serio? – digo sin creerlo. Así que ya terminaron, eso me pone muy feliz.
—Discutimos y al ver que me acerqué a ti, salió furiosa y me disculpo por su comportamiento. — ¿Cuál pudo ser esa discusión como para que terminaran?
—Está bien, acepto su ofrecimiento de llevarme a casa. – me mira y sonríe.
Caminamos hasta donde se encuentra su carro, el cómo todo un caballero, me abre la puerta y yo me adentro del vehículo, el asiento es de piel suabe y se siente cálido aquí adentro. Él también se sube y le doy la dirección de mi casa.
—Y… ¿Cómo has estado? — titubea un poco, sé que quiere ser respetuoso en cuanto a lo de mi padre.
—He estado un poco mejor. Gracias por preguntar. — Estoy algo nerviosa, estoy junto al doctor más guapo de la ciudad.
—Me alegra escucharlo. — se escucha un poco nervioso, no entiendo el por qué.
Llegamos a la casa de mamá, las luces ya estaban apagadas, excepto la de la entrada, es muy considerada, además sé que se preocupa por sus hijos.
—Gracias por traerme. — le doy una sonrisa sincera.
—No tienes por qué darlas, es un pacer para mí. — ¡Dios! Muero por besarlo. No, olvídalo, tal vez al rato se contenta con su “novia” – ojalá que no. – desearía salir con él.
Esto fue un reencuentro muy agradable, ojalá lo pueda ver más seguido, y más que ya no tengo algún pretexto para ir a verlo al hospital, o sólo que… no tendría caso hacerlo, pensará que lo estoy atosigando.
Sale de su carro rodeándolo para poder abrir la puerta del copiloto, me ofrece su mano, la cual acepto, me ayuda a salir y veo una sonrisa ¿coqueta? Debo imaginarlo.
—Que tenga una excelente noche, hermosa señorita. — ok, lo admito, me está coqueteando.
—Igualmente, Dr. Coleman. — guiño un ojo del mismo modo coqueto y sonríe aún más.
Se regresa al carro y se va. ¡Dios! Pero ¡qué hombre!
—Es guapo. — la voz de mamá me saca de mi burbuja.
—¡Mamá! Me asustaste. — le recrimino por el susto
—No entrabas a casa, así que me asomé que estaba pasando. — lo dice como si nada.
—Él sólo fue el medico de papá. — lo mejor es no hacerme vagas ilusiones.
Lo vuelvo a decir, fue un lindo reencuentro y siendo realista, lo mejor es olvidarme de él.
Estaba en un antro con Samantha pasándola bien, o al menos de mi parte eso intentaba, no dejaba de pensar en Camille, es una bella mujer, y pensar que tenía novio, quien resultó ser su hermano, pero ¡que imbécil fui! Y mientras tanto yo haciéndola menos e ignorándola. Como desearía salir con ella y ser yo su novio.—¡Logan! — Sam me llama y se ve algo furiosa.—¿Eh? — estaba tan embobado pensando en aquella joven que robó mi corazón.—Te estaba preguntando que si nos vamos. — la verdad quisiera irme solo.—Si, está bien. — ella sonríe y se levanta para ir al tocador.Mientras que yo miro en todo el lugar, y ahí está ella, así que me acerco para saludarla.La llamo y Camille me mira sorprendida, creo que no esperaba verme aquí, no sé si sea casualidad o el destino quien nos ha hecho encontrarnos en este lugar.Me dice que esta con una amiga, y antes de que yo responda, llega Sam a mi lado poniendo sus manos en mi bazo, y fuerzo una sonrisa, me despido de Camille y nos dirigimos a la sa
Narra CamilleMe encierro en mi habitación y me recuesto en mi cama soltando un gran suspiro. Aun no termino de creer que a donde quiera que yo vaya, me encuentro al guapo del dr. Logan Coleman y eso pues me tiene muy feliz.—Sólo espero que en verdad ya no esté con la pesada esa.¡Dios! Sólo de pensar que fue quien me empujó para subirse al taxi que yo detuve.>Buen punto. Bien dicen que por algo pasan las cosas.¿será que estoy destinada a Logan?¡Rayos! Puede que sí.Al Dr. Coleman lo conocí el día que hospitalizaron a mi padre y desde ahí sentí que me habia enamorado. Esperen un momento… si la pelirroja del antro es su novia, entonces ¿Quién era la mujer que salió un día de su consultorio? Esa que le dio un beso a lo descarado.¿Será que es un mujeriego?¡No! Bueno, espero que no lo sea, porque realmente me interesa y me gustaría ser mas para él, que la hija de ahora un difunto paciente.…—
Narra Camille¡Dios! No pude evitar reírme de la expresión de esa mujer engreída. Pero ¿Qué querían que hiciera? Ella me ofendió, y no lo iba a permitir.—¿Estás bien? — Logan se acerca a mi y tiene la misma expresión que yo.—Si, no te preocupes, es sólo que… —Dejo de hablar cuando lo veo negar con la cabeza y sin dejar de sonreír.—No te disculpes. Ella no debió de molestarte. —En eso tiene razón.—Lo sé, pero no me gustó que te diera una cachetada, eso me molestó. —Digo muy apenada y sin mirarlo.De repente siento su mano en mi mentón para que lo mire.—Te lo agradezco, pero no lo vale. —Se acerca a mi y me da un beso en la mejilla.El mesero llegó con nuestro pedido y degustamos en silencio.Realmente me encanta Logan, es un hombre maravilloso.…Y así como lo prometió, me llevó a casa temprano y mi familia me estaba esperando en la sala de estar.—¿Cómo te fue? —Dice mi madre con una gran sonrisa.—Pues… bien. —Digo sonrojándome un poco.—Algo pasó, ¿cierto? —Me pregunta Marcus,
Narra CamilleAun no podía creer que Logan me estuviera besando, es como si estuviera en un sueño, pero sé que no es así, es muy real.Me deja de besar y ambos nos miramos, puedo ver en sus hermosos ojos un destello. ¿Qué podrá significar? Digo, nunca había visto algo así antes.—Camille, tú me… —Antes de que pudiera continuar, somos interrumpidos.—¿Logan? —Es una mujer muy guapa y siento que la he visto antes, pero ¿Dónde?—¿Alexa? —Le pregunta y esta sonríe.—¿Cómo has estado? —¿En serio?Se ponen a platicar como si yo no estuviera aquí. Miro a Logan y está muy sonriente con la presencia de esa mujer.—Todo bien. —Le responde sin dejarla de mirar. ¿será que tienen algo? Ay no, espero que no sea así.¡Dios! ¿en que momento pasé a segundo plano? Parece que Logan se ha olvidado de mí, porque se ve muy entretenido con esa mujer.¿Y ahora que hago? ¿Tomo un taxi?—¿Señorita Anderson? —La voz de un hombre me llama y volteo de donde proviene y al dar con el dueño de esa voz, se trata de m
Narra LoganNo podía creer el comentario de mi padre y lo peor, es que Camille lo escuchó. No quiero ni imaginar lo que debió pensar con ello, pero hablaré con ella y que no se preocupe por nada.—Camille ¿podemos hablar? —Le pregunto una vez que dejé a mi padre con los suyos. Sólo espero que sea grosero con ellos.—Claro. —Me toma de la mano y me guía hasta el despacho de su padre.—Dime. —Se escucha diferente su voz y no la culpo.—No quiero que te hagan sentir mal las palabras de mi padre, es sólo que estaba acostumbrado a Samantha y… —Me interrumpe.—Quizás no estamos a su “altura” y es por eso por lo que soy algo pasable. —¿Qué dijo?—No, amor. Él así. Pero una vez que te conozca cambiara fu manera de ver las cosas. —Tomo sus manos con las mías y dejo un casto beso en ellas.—No lo sé, Logan. —Se ve indecisa.—Camille, en verdad no te preocupes. Todo estará bien. —Le sonrío para tranquilizarla y al parecer funciona.—Logan… —Camille hace que quede pegado a su hermoso cuerpo y me
Narra CamilleNo les voy a negar que me sentí mal al escuchar esas palabras viniendo del padre de mi novio. Sin embargo, Logan es muy respetuoso y mas al tratar de justificar a su padre. Después de un beso muy intenso en el despacho de Carlos, regresamos al jardín con los demás y el señor ya estaba mas que contento con mi hermano y su padre. Al menos ya puedo estar mas tranquila.—Es padre del Dr. Coleman es muy agradable. —Dice mi madre con una sonrisa. Ja. si supiera lo que habia dicho en cuanto llegaron y me miró.—Eso espero. —No pude evitar hacer ese comentario.—Pero ¿Qué dices? Sólo míralos, ahí hablando de deportes. —No deja de sonreír.Fuimos con ellos y nos sentamos todos a disfrutar de unas hamburguesas y una buena platica.Aunque debo admitir que el padre de Logan se ha estado portando muy bien.…Lo bueno que la reunión no terminó tan tarde como esperaba, ya que debo descansar ya que mañana tengo que trabajar. Lo bueno que serán por unos 4 meses en lo que termino bien mi
Estoy más que nerviosa ¿Por qué? Porque el sr. Mauricio me buscaba y puedo imaginar la razón y estaba muy segura de que me iba a despedir.Me paro frente a la puerta de su oficina y doy unos toques y escucho la indicación de que entre.—Buenas tardes. ¿Me buscaba? —Pregunto tratando se estar tranquila.—Vi en incidente de hace unos momentos y siento mucho lo ocurrido. Esa mujer siempre ha sido así con mi personal. —Dice con seriedad y si le creo, esa mujer es capaz de cualquier cosa.—¿Por qué no le prohíben la entrada? —No pude evitar hacer la pregunta.—Porque, a pesar de sus malos tratos, nos deja buenas reseñas del lugar. —Aun así, no me parece que esa mujer se quiera sentir con poder sobre todos.—Sólo trata de evitarla para que no te vuelva a molestar. —Como si fuera tan fácil hacerlo.Estaba por decirle que es la exnovia de mi novio, pero eso ya es algo personal. Además, no creo que le interese saberlo.—Muchas gracias, señor. —Le digo y me pide que continue con mi trabajo.Sal
Narra LoganYa han pasado 4 meses desde que Camille y yo somos novios y creo que llegó el momento de pedirle que sea mi esposa. Y en cuanto a Samantha, ya entendió que lo nuestro terminó, además, le dejé muy en claro que dejara de humillar a mi novia en su trabajo. No le gustó mucho, sin embargo, terminó por aceptarlo.Pero eso no es importante, lo que realmente importa, es que al fin podré pedir su mano en matrimonio a Camille. La amo, realmente estoy muy enamorado de ella.En eso suena el teléfono de mi oficina y respondo.—¿Diga? —Pregunto al momento de responder.—Dr. Lo busca la señorita Alexa. — ¿Y ahora que quiere?—No tengo consulta con ella. —Creí que dejaría de insistir también al dar la noticia de que me casaría.Sólo estuve por impulso con ella creyendo que mi hermosa salía con alguien más.—Insiste mucho. ¡No puede pasar! —Lo que faltaba, otra obsesionada conmigo.—¡Loga! Dime que no es verdad que te casaras. —Me mira con lagrimas en los ojos.—Alexa, por favor… —Me interr