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Capítulo 4 Una cita, un desastre.

Narra Camille

Me encierro en mi habitación y me recuesto en mi cama soltando un gran suspiro. Aun no termino de creer que a donde quiera que yo vaya, me encuentro al guapo del dr. Logan Coleman y eso pues me tiene muy feliz.

—Sólo espero que en verdad ya no esté con la pesada esa.

¡Dios! Sólo de pensar que fue quien me empujó para subirse al taxi que yo detuve.

<<Pero ve el lado positivo, de haberte subido a ese taxi, no te habría traído a tu casa. >>

Buen punto. Bien dicen que por algo pasan las cosas.

¿será que estoy destinada a Logan?

¡Rayos! Puede que sí.

Al Dr. Coleman lo conocí el día que hospitalizaron a mi padre y desde ahí sentí que me habia enamorado. Esperen un momento… si la pelirroja del antro es su novia, entonces ¿Quién era la mujer que salió un día de su consultorio? Esa que le dio un beso a lo descarado.

¿Será que es un mujeriego?

¡No! Bueno, espero que no lo sea, porque realmente me interesa y me gustaría ser mas para él, que la hija de ahora un difunto paciente.

—Así que el doctorcito te anda rondando. —Tiene que ser una broma.

—Mamá… —Le doy una mala mirada por chismosa y ella sólo sonríe.

—¿Qué tiene de malo? Además, es muy guapo. — Trágame tierra y mándame a China.

—Pues no es como ustedes piensan, sólo fue amable al traerme a casa. Es todo. —¡Dios! Siento como mis mejillas se calientan.

—Camy, eres una muchacha muy guapa, y podrías tener al hombre que quisieras. —Interviene mi hermano, Marcus.

—Oh, se me hace tarde para la entrevista. Nos vemos, los amo. —Les mandos besos y me voy.

Estaba trabajando en una cafetería, pero gracias a Penélope, me corrieron. Esa mujer no tiene corazón.

—Nosotros le llamaremos. —O sea, no.

—Muchas gracias. —Le agradezco con amabilidad y salgo del restaurante, con los ánimos por los suelos.

Se suponía que mi exjefe me daría referencia, pero me ha estado dando largas.

Y ahora veo por qué.

Ahí está con esa víbora, sonrientes y beso a beso.

—Idiotas.

Me giro y choco con alguien, sentí que caería al suelo, pero eso nunca pasó.

Abro los ojos y ahí está mi ángel de la guarda.

Que digo ángel, es todo un dios griego.

—Cuidado. —Tiene esa sonrisa que hace que me derrita.

—Logan… —Me le quedo mirando y todo lo de mi alrededor desaparece.

—¿Cómo estás? ¿Qué haciendo por aquí? —Me pregunta sin dejar de mirarme.

—Yo… —Alguien me interrumpe y sé de quien se trata.

Me suelto de las manos de Logan y giro para ver a esa desagradable mujer.

—Penny, cuanto tiempo. —Finjo una sonrisa.

—Vaya, mírate. ¿Qué has hecho? —Tiene que ser una broma.

—Bueno, yo… —Siento como me abraza Logan y siento que me desbarato.

—Cielo, es hora de ir a comer, mu3ro de hambre. —Me toma de la mano y sé que me está sacando de esta situación tan incomoda. Un momento… dijo ¿Cielo?

Nos alejamos de esos dos y la verdad que le debo agradecer por ello.

—Logan, tengo que agradecerte por… —Me cayo al ver que niega con la cabeza.

—No lo hagas. Pero acéptame una invitación a cenar esta noche. —¿Qué dijo? ¿cenar? ¿con él?

Lo miro y aun está esperando por mi respuesta.

—Claro que sí. —Le digo sin pensarlo dos veces.

—Muchas gracias, Camy. Nos vemos entonces esta noche. —Me da un beso en la mejilla y se va con unos colegas que ya lo estaban esperando.

Mi madre está eligiéndome un “hermoso” vestido para mi cena con Logan y ya le he dicho hasta el cansancio que no es necesario, que sólo es una cena.

—¿Una simple cena? ¿en serio? No mi pequeña, es una cita con tu futuro esposo. —¡Dios! Eso quisiera yo.

—Ma… —Me interrumpe.

—Nada. Y ya entra a ducharte, que aun debo maquillarte y peinarte. ¡Vendito divino! Has escuchado mis plegarias. —A veces pienso que exagera.

Me encierro en el baño y me miro en el espejo recordando ese bello rostro que tiene Logan. ¿Le gustaré también?

Ya estaba lista con el vestido que eligió mamá. Es muy bonito, pero dudo que Logan me lleve a un lugar elegante. Digo, sé que lo podía pagar, pero…

Suena el timbre y comienzo a ponerme nerviosa.

Marcus abre la puerta y saluda a mi doctor favorito.

<< ¿Tienes otro a parte de él?>>

Prefiero ignorar esa voz interior que a veces es molesta.

—Buenas noches. —Se para corredor y mi madre y su esposo lo saludan con amabilidad.

—Hola, Logan. —Le saludo tímidamente y se queda sorprendido por verme, y ahora puedo notar que también está elegante. Vaya, mamá parece adivina.

—Hola, Camille. —Dice reaccionando y no pude evitar sonreír.  

—No vayas a traer tarde a mi hermana, por favor. —¿Cómo se atrevió a pedirle algo así? Está loco.

—No te preocupes. —Se estrechan las manos y Logan y yo salimos de la casa mientras me despido de mi familia.

Llegamos a un hermoso restaurante y me ayuda a sentarme y toma asiento frente a mí.

—Es muy lindo el lugar. —Digo sin dejar de observar a mi alrededor.

—Sabía que te iba a gustar. —Lo miro y me mira con ¿amor? No, debo de estar alucinando.

Llega el camarero y nos entrega el menú. Pero Logan no lo mira por mucho tiempo y pide una langosta con mantequilla y ensalada y para beber, vino tinto.

Y me dio a elegir el postre que fue pastel imposible.

—No sabes que ganas tenía de estar en una cita contigo. —¿Qué dijo?

—¿En verdad? —Debo de estar soñando.

Y justo cuando estaba por responderme, una mujer nos interrumpe, la miramos y es su exnovia.

—Así que por esta es que ya no te quieres casar conmigo. —¿Casarse? ¿se iban a casar?

—Sam… —La mujer le da una fuerte cachetada y eso me enfureció

—¿Cómo te atreviste a pegarle? —Le digo y le regreso la bofetada y chilla sorprendida.

—Desgraciada. —Estaba por regresármela, cuando Logan la detiene.

—Ni te atrevas. —Nunca lo habia visto tan molesto, frio si, pero como lo estoy viendo en estos momentos, no.

Veo a un camarero pasar con una bandeja de bebidas y tomo una y se la aviento en la cara y todos se quedaron sorprendidos.

—¡Idiota! Esta me la vas a pagar. —Toma su cartera y se aleja de nosotros y no pudimos evitar reír de la situación.

Si que fue una cita, una desastrosa.

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