Déjame amarte Domenico Conte habría la vida entera por poder disfrutar de la confesión de amor de Pilar, pero en su mundo un segundo podía hacer la diferencia, más cuando el enemigo estaba en casa. Ennio Di Monti había firmado su sentencia, ese hombre ya estaba muerto, solo que no se había enterado. Pero él no tenía ningún interés en hacérselo saber, por ahora.—Domenico —llamó Pilar desde la puerta del baño, el cierre de su vestido se había atorado y no tuvo más opción que pedirle ayuda a su esposo.Pilar aún temblaba como una hoja, luego de confesar sus sentimientos, pero esa noche había confirmado el negro corazón de Ennio, ese hombre que le importaba muy poco su vida y la vida de Mónica, con tal de salirse con la suya.—Dime —pidió él acercándose a ella, Pilar se giró para quedar de espaldas a Domenico.—Ayúdame con el cierre, por favor —solicitó, mientras un nudo se formaba en su garganta, esto era lo más cerca e íntimo que está sucediendo entre ellos luego de varias semanas de
No voy a dejarte aquíPilar se movió en su cama, buscó el cálido cuerpo de Domenico, sin embargo, el sitio que él debía ocupar estaba vacío. El corazón de Pilar dio un vuelco y no pudo evitar pensar en el pasado, en las noches que él acudía a ella y escapaba con el amanecer. Ella no estaba lista para caer de nuevo en la rutina.Pilar se armó de valor y abrió los ojos, para encontrarse con el rostro de Domenico sentado frente a ella, él solo tenía el pantalón del pijama y su pecho descubierto, Pilar tuvo que ahogar un gemido al ver la imagen de su esposo.—Buenos días, cara —saludó Domenico con una calidad sonrisa, que contradecía todo lo que estaba pasado por su cabeza en ese momento. Tenía muchas cosas que discutir con su equipo de seguridad, otras que debía hablar con Pilar, para asegurarse de que estuvieran a salvo, el problema es que él no estaba listo para alejarse de ellos.Domenico se negaba a dejarlo marchar, pero ¿qué opciones tenía? Si no alejaba a Pilar y Paolo de Italia,
Querido socio Mientras los restos del helicóptero cayeron al mar y el enemigo se retiraba. El ruido de una avioneta se escuchó sobrevolar los cielos de la Villa Malfa y varios autos entrar por la puerta principal, destruyendo todo a su paso.—¡Estamos bajo ataque, señor! —gritó uno de los hombres.Ennio se giró casi con violencia al escuchar las noticias.—¿Cómo que estamos bajo ataque? —preguntó incrédulo.—Hay una avioneta sobrevolando la villa y varios autos blindados, se dirigen al laberinto —expresó el hombre.Ennio palideció al darse cuenta de lo que eso significaba, venían por Mónica.—¡Respondan el ataque y no dejen que se la lleven! —gritó casi con desesperación.Ennio sabía muy bien que perder a Mónica en ese momento tan importante era perderlo todo. No había manera de hacer que Pilar estuviera de su lado si la perdía, lo que no se explicaba era quién había descubierto el sito.Él no tenía tiempo para pensarlo, tomó varias armas y corrió lejos de dónde su cabeza corriera pe
Vale oro Ennio Di Monti sin duda no había estado preparado para esto, él había creído ciegamente en un golpe de suerte, pensando que Domenico había cometido un error al atacarlo.—No sé de qué hablas —espetó tragado el nudo que se había formado en su garganta al ver cómo Alessio quitaba el seguro de su pistola.—Derribaron el helicóptero de Domenico sobre el mar —anunció Alessio.—¿Está muerto? —preguntó con un hilo de voz.—¿No te lo dijo el hombre a quién le diste la orden de derribarlo? —cuestionó Alessio, presionando el cañón sobre la piel del hombre a quién había considerado algo más que un socio.—No fui yo —refutó de inmediato, sabiendo que su vida podía terminar en cuestión de segundos si Alessio le disparaba.—Silvano —llamó Alessio.El piloto salió de detrás de los hombres de seguridad del Capo de la Cosa Nostra y enseñó las fotografías que había hecho del momento exacto que el helicóptero de la familia Di Monti se elevó en el aire y se dirigió a una distancia prudente has
Hermanos Ajeno a todo lo que en Italia sucedía con su familia, Paolo miró el cuadro familiar en la sala de la familia Montecarlo, aquella imagen fue la primera que captó su atención y la del chico que era unos años menor que él y que extrañamente se parecían. —¿Quién es él? —preguntó mirando a Paula con curiosidad, aún no podía creer que fuera su tía y no su madre. —Él es Alejandro y ella Leticia —respondió, señalando a los dos niños en el cuadro. —¿Él es tu esposo? —preguntó una vez, refiriéndose a Arturo. —Lo es —respondió ella. Paula no sabía exactamente como decirle a su sobrino que Alejandro era su hermano, sería una revelación delicada, pero no podía mantener oculta la verdad, ellos eran hermanos y debían conocerse. Saber que podían contar el uno con el otro. —¿Dónde están ahora? —Paolo estaba nervioso, pero también tenía mucha curiosidad por conocer a su familia materna, desde que nació estuvo aislado, ni siquiera conocía a su abuelo Alessio, no personalmente porque nadie
El diablo también sabe amar Un gemido ronco abandonó los labios de Pilar al sentir los labios de Domenico deslizarse por su cuello, ella ni siquiera sabía cómo habían terminado en la habitación y tampoco estaba interesada. De lo único de lo que era consciente era de tener su cálido cuerpo pegado al suyo, saberlo vivo y suyo era sin duda lo mejor.Domenico se olvidó de todo y de todos, en ese momento todo su ser era exclusivamente para Pilar, no quería que nada empañara su amor y su entrega. No cuando sentía en sus huesos el ronroneo de la muerte…Pilar gimió al sentir la rodilla de Domenico abrirse paso entre sus piernas, ella enredó sus dedos en los cabellos cortos de su marido y lo atrajo para profundizar el beso, mientras sus lenguas se enredaban.Pilar sintió el deseo correr por sus venas como lengüetas de fuego, como si la sangre se le convirtiera en lava volcánica y la consumiera en su calor, hasta derretirla por completo.Domenico tomó el cuerpo de Pilar y la hizo enredar sus
El hombre que te ha traicionado Pilar abrió los ojos, sintiéndose ligeramente desorientada, hasta que el recuerdo de lo que hizo con Domenico volvió a su mente, ella sonrió y tanteó el lado de la cama donde esperaba encontrarlo, sin embargo, ese lado de la cama se encontraba vacío y por lo frío que estaba, Domenico debió marcharse hacía mucho tiempo.El corazón de Pilar se estremeció, pero decidió confiar en Domenico, era así como ellos debían funcionar, en ese mundo cruel, llenó de traiciones y muertes, solo podían confiar entre ellos.Pilar se movió y apartó las sábanas de su cuerpo, el cual protestó a la hora que sus pies tocaron frío mármol, estaba dolorida. Deliciosamente dolorida, era una pena que no tuviera a Domenico con ella en esos momentos.Ella suspiró, se dirigió a la ducha para darse un baño e ir a su encuentro, por lo menos es lo que pensaba, pero media hora después de salir de la ducha y ver que él no aparecía, la preocupación se instaló en su pecho hasta casi ahoga
Vine por tiUn silencio sepulcral se instaló en la habitación, mientras los dos hombres se enfrentaron en un duelo de miradas.—¿Esperas que confíe en tu palabra? —Domenico tenía sus sospechas sobre Pietro, pero era su hermano y debía darle el beneficio de la duda. Lo último que necesitaba era meterse en una alianza equivocada, sin embargo, la verdad se reveló ante sus ojos cuando Esteban abrió el sobre y dejó verle su contenido.Fotos de Pietro reuniéndose con Theo y Filipo en Grecia, Domenico apretó el puño, su hermano le había hecho una cita con Esteban, una cita que no tuvo lugar, pero que hubiese sido malinterpretada por cualquiera de los dos líderes, Theo tendría una excusa para atacarlo o bien Esteban lo hubiese visto como un traidor.Sin embargo, eso no fue todo lo que Domenico pudo descubrir en esas fotos, también había fotos de Pietro reunido con Aarón Mondragón y las fechas coincidían con la muerte de Pía.¡Pietro la había mandado a matar!Domenico no podía describir el tip