Aunque por supuesto eso no lo diría Christrian nada sobre la fiesta donde Eros se había robado a su esposa, no quería que se escuchara como que todo era parte de una venganza, porque no lo era. El amor que sentía por el hijo de Eros, no tenía nada que ver con el pasado.—Si deseas una disculpa de mi parte no la vas a obtener— respondió Christian viendo a los ojos al padre de su prometido —no me disculparé por besar a mi prometido. Ni por extrañarlo. Por lo que me disculparé contigo será por colarme a tu fiesta sin que tú me invitarás.Eros estaba muy molesto con ese hombre, sobre todo porque, por un lado, lo odiaba tanto que se había empeñado en mantener la relación con Geraldine, perfecta.Solo para demostrar que todo había valido la pena, pero debía confesar que no había vuelto a tener un amigo como él, que a veces uno lo puede pasar, incluso peor por la pérdida de una amistad que por un amor.— No has cambiado ni un poco, jamás pierdes la razón, así no la tengas, tal vez si hubier
— Buenas noches, Christian le diré al servicio que prepare tu habitación — dijo para después girarse y caminar en dirección hacia la casa cruzando una mirada con su hijo que lo observaba de lejos, él cual asintió en aprobación.En ese instante, Eros pensó que definitivamente se estaba haciendo demasiado viejo.Christian lo tenía claro, su habitación sería la más alejada de todas las demás, sobre todo la más alejada de la habitación de Enzo. No tenía pruebas, pero tampoco dudas de que así sería.Enzo podía sentir la tensión entre su padre y Christian, los dejaría hablar, pero obviamente no se iría muy lejos de ellos. No permitiría que su padre le hiciera daño a la persona que amaba.Pudo observar algo extraño entre ellos, cierta tensión extraña que no lograba comprender del todo, por un momento le pareció observar a Eros contenido, pero no de atacar a su prometido, Christian, más bien de no acercarse a él.En ese instante supo que había mucho que no sabía de ellos, sabía que los dos se
Momentos después se inclinaba hacia Claire y Jareth y susurraba.—Yo también lo creo y no solo eso, les apuesto 10 dólares a que tras el mayordomo explicarle a su señor el problema, este se va a parar rápidamente haciendo algún tipo de exclamación.—No apostaría porque también sé que eso es lo que ocurrirá— murmuró Jareth hacia la mujer del italoamericano Martinelli.Efectivamente, tal y como ellos habían predicho, el anfitrión no tardó en maldecir en italiano observando a sus “invitados” porque en realidad a excepción de los Martinelli los otros se había auto invitado.— Por favor, lleva a los matrimonios Martinelli Y Mars a su habitación y asegúrate de que estén cómodos — pidió Eros a su mayordomo antes de salir a paso acelerado en dirección a la mansión.Jareth no sabía si reír o negar con su cabeza, que su padre en esos momentos se encontrara ocasionando problemas en lugar de algunos de sus nietos o de él mismo era algo raro, algo que jamás creyó que pudiera pasar.Pero bueno, er
— Creo que fue mutuo porque yo no podía dejar de tocarme en la quietud de mi habitación, pensando en ti — aseguró Enzo inclinándose hacia él y llevando los dedos a su trasero, entre las nalgas de su prometido y penetrándole con uno de ellos.Christian cerró los ojos disfrutando de la cercanía de Enzo, de volver a sentir su calor contra su piel, del olor de su aroma, adhiriéndose a su piel, mezclándose con su propio aroma, sus dedos recorriendo su piel hasta llegar a ese lugar que tanto necesitaba de su atención.—Enzo…— gimoteó el nombre de su joven amante aferrándose a sus hombros.— No paraba de pensar en como me follaste, jamás nadie me había follado y tú me hiciste disfrutar tanto, algo que supuse que no podría llegar a gustarme — murmuró Enzo en el oído de Christian para introducir un segundo dedo en su trasero y buscar masajear su próstata — por favor no dejes de tocarte.Christian tuvo no necesito más palabras que esas por parte de Enzo para volver a tocarse, para volver a repa
Si el corazón de Christian jamás se había sentido tan agitado como ahora, Él se sentía vivo, se sentía vigoroso, lleno de vida, sobre todo en esos momentos que sentía a su prometido poseerlo, reclamar su cuerpo de la manera que lo estaba haciendo— Te extrañé tanto, Christian… no pienso dejar que nadie me aleje de ti.—Yo no dejaré que nadie me aleje de ti…— gimoteo Christian, aferrándose aún más con sus piernas a la cintura de su amante, sintiendo, como su propio cuerpo buscaba, el ángulo perfecto, para poder sentirlo aún más adentro, sobre todo para que con la punta de su miembro Enzo pudiera llegar hasta ese punto dulce que lo hacía enloquecer aún más bajo su cuerpo.—Joder… sí sigues así cariño yo…En ese instante, Enzo acarició su piel descendiendo hasta la entrepierna de su prometido y cerró los dedos sobre su dureza, sintiéndola palpitar en la mano, deslizando los dedos sobre su miembro para masturbarlo mientras sus empujes se volvían más duros todavía, más instintivos y necesi
Jareth salió de la mansión saliendo al jardín, sus pasos se dirigieron hasta la mesa donde se encontraba Claire dejando un beso en su mejilla y sentándose a un lado de ella en la mesa que compartía con los Martinelli, por suerte todavía no había llegado Cleotilde con los niños. Sin embargo, quien salía de la casa en ese momento hacia el jardín era su madre.—Siento no haber estado aquí para el desayuno — se disculpó tanto con Claire, como con su hijo y los invitados.—No se preocupe, somos conscientes de que la fiesta se extendió hasta hace un par de horas, mucho más de lo que se acostumbra— mencionó Laura, la esposa del dios de Las Vegas y de la industria del vino ahí en ItaliaGeraldine se mordió la lengua para no decir nada venenoso sobre su exesposo, sobre todo con su hijo y nuera presenta. Pero esa forma de desaparecer con el hijo de su esposo, en medio de la noche, había sido de muy mal gusto.Aunque Eros, su esposo, había dedicado parte de la noche a buscar por toda la mansión,
No es que no deseara que su hijo fuera feliz. Solo se preguntaba ¿Qué tenía tanto el hijo de Eros y Claire? Como para que tanto su hijo como su esposo tuvieran la cabeza tan perdida que no pudieran hacer otra cosa más qué correr como idiotas enamorados tras sus parejasPorque era obvio el amor que su hijo le tenía a su esposa.Jareth se quedó callado escuchando a su madre, al escucharla hablar se dio cuenta de que su madre estaba enojada con su padre por no haber corrido tras ella, es más, podía apostar que seguía un poquito enamorada de él y que ahora lo que tenía eran celos que no podía dejar de tener.— Madre, ¿Tú todavía?— Jareth iba a preguntarle a su madre si todavía se encontraba enamorada de su padre; sin embargo, la llegada de Eros, su esposo y padre del prometido de su pareja, impidió que él le preguntara eso.Sin embargo, Laura no perdió el tiempo para susurrar un par de palabras a su esposo en su oído.Tiziano alzó una ceja y luego asintió, algo le decía a Jareth que de se
Aunque claro, tal vez era algo injusto al no saber la verdad sobre qué era lo que realmente había pasado entre su padre, su madre y Eros.—Bueno, no es igual, pero… si me enoje con su abuelito Christian.— A veces Henry se enoja conmigo y me quita los chocolates— Explicó Danielle.— Es solo cuando Danielle se acaba todas las fresas — se defendió el niño.De repente, una niña bastante más grande que aquellos dos pequeños, apareció algo sonrojada acompañada de la que debía ser su nana.— Señora, el profesor me dijo que le dijera que Alessandra está muy nerviosa y así no podían continuar con la clase, así que vendrá el próximo día para hacer doble clase.La chica bufó ante la idea de tener que hacer dos horas la próxima vez, pero aquello era mejor que seguir carcomiéndose por los nervios de conocer a sus sobrinos y su otro hermano.—Alessandra qué es lo que te ha pasado. Estás actuando como…—Como una niña de su edad debería de actuar.Alessandra no pudo evitar girar su rostro para ver q