Apenas Doña Tilita le arrojó un balde con agua fría y trocitos de hielo a Josefa, ella se puso a gritar desesperada.— ¡Saquenme de aquíííííííí ! ¡Ayudenmeeeee ! — decía en tanto temblaba del frío y su piel se erizaba completamente.Blanca, al escuchar los escandalosos gritos se acercó corriendo al gallinero, mientras Doña Tilita la veía con rareza, pues no esperaba que volviera tan pronto a casa.— ¡Mamá! ¡¿porqué está Josefa ahí adentro?! ¡¿quién hizo ese agujero tan profundo en el gallinero?! — Blanca estaba muy confundida, no sabía lo que pasaba.— Yo te dije claramente hija, que iba a capturar al ladrón de las gallinas, y mira quién vino a caer en la trampa.— Decía en tanto señalaba a Josefa con sus dos manos.Josefa, sintió mucha ira al ver a Blanca reirse de ella, y empezó a gritar mucho más fuerte, a tal punto, que Paty (que andaba cerca) la escuchó y también se acercó.— Blancaaaa... Doña Tilitaaaaa... He escuchado la voz de Josefa, venía de esta dirección, ¿ella está aquí ve
Antes de ir a visitar a Don Cheto, los tres (Tamara, Andrés y Paola) hicieron un acuerdo, y este fue, no llevar ninguna tarjeta de débito, para evitar que alguna se les fuera a extraviar; así que, el dinero en efectivo, era el único del que podían disponer estando en el pueblo, por esto Tamara se preocupaba tanto.— Relájate madre, en casa te espera mucho más que eso para gastar.— habló Andrés, en tanto pensaba que ella no se podía enterar que él lo había gastado en las vacas de Don Juan.— Lo sé, pero ví una casa muy bonita, frente a la plaza del pueblo y quería comprarla, para no estar molestando a Cheto cada vez que vengamos, pero claro ahora eso va a tener que esperar, y además quiero saber quien lo agarró sin avisar, esto no debería ser un misterio, Andrés.Paola, quien no le estaba prestando atención a su madre sino al celular, recibió un mensaje de una de sus amigas de la ciudad, y empezó a reir, despertando sospechas en Tamara.— Ajá, fuiste tú Paola, seguro te recordaste que
El tono de voz que usó Josefa para llamar a Andrés, lo alertó sobre un reclamo; así que, él prefirió seguir caminando como si no la hubiese escuchado, pero esto no le sirvió de nada, porque ella corrió y gritó aún más fuerte.— ¡Hey, Andrés! ¿No piensas detenerte?— Sin ganas de disimular su enfado, Josefa se agachó y recogió unas conchas de mango podridas, que estaban tiradas en el piso y se las pegó por la espalda, manchando su camisa.Andrés, se detuvo en el acto y volteó a ver a Josefa, en tanto se limpiaba su espalda con la mano.— ¿Qué te sucede Josefa? ¿te estás volviendo loca? — habló extrañado como si desconociera el motivo de su molestia.Paty, muy nerviosa por la situación, empezó a pedirle a Josefa que se fueran, pero ella se negaba en hacerlo, y solo se alteraba más cada segundo que pasaba, creando así un gran espectáculo.— ¿Por qué me dejaste sola en el gallinero, despues de haber pasado la noche juntos? ¿No se supone que eres todo un caballero?— Gritó Josefa y todos los
Al entrar a la cocina, Blanca observó como Andrés trataba de conversar con Tamara, pero ella solo lo ignoraba, mientras se servía un té tibio para calmar sus nervios.— Andrés, vete de la cocina por favor, necesito hablar a solas con Blanca.— Tamara miraba hacia el suelo, muy desilucionada, en tanto él se retiraba; y con su mano, señaló a Blanca la silla para que tomara asiento.— Dígame señora, ¿qué es lo que quiere conversar conmigo?Tamara sacó una pastilla de su brassier y la introdujo en su boca, para luego hablar más calmada.— Andrés me tiene preocupada Blanca, yo vine a este pueblo con la intensión de pasar un rato agradable, pero él está haciendo que pierda la paciencia, yéndose por ahí a hacer no sé qué cosas, con las marginales de este pueblo.— ¡Señora, yo no puedo opinar sobre este asunto!— Sé que no es lo más adecuado, pero él no me deja más remedio que mantenerlo vigilado. A partir de ahora, quiero que vayas a donde él vá, que comas lo que él come, que seas su sombra e
Al continuar manejando en la carretera, Andrés dudó en regresar directo a la casa de Don Cheto; así que prefirió detenerse frente al viejo bar del pueblo.— Aquí hay mucha gente, no debes tener miedo, Blanca. Estamos fuera de peligro.— ¿Miedo yo?, ¿de qué hablas Andrés? Eras tú, quien por poco se lleva un ganado entero en la carretera jajaja.Molesto al sentir que Blanca lo llamaba cobarde, Andrés se bajó del carro y aprovechó de echar un vistazo a las llantas; sin darse cuenta de quien estaba parado frente a la entrada del bar.— ¡Muchacho! ¿Qué haces aquí? ¡Que sorpresa!— Dijo uno de los viejos ganaderos del pueblo, en tanto se acercaba a él con una gran sonrisa, y extendiéndole la mano para chocarlas. — ¡Lo mismo digo, no esperaba verlo tan pronto!— Andrés, lo saludó con el mismo cariño, y por supuesto esto llamó la atención de Blanca.— ¿De dónde se conocen este par?— Dijo ella a voz baja, en tanto limpiaba el vidrio del parabrisas (con su vestido) pues estaba un poco empañado,
Andrés, no quería mostrarle la nota a Paola, pues él la conoce muy bien y sabe que de todo hace un enorme drama; pero, ella en el acto empezó a forcejear con él para obtenerla.— ¡¿Paola qué haces?!— Estiraba su brazo hacia arriba, mientras Paola saltaba para alcanzarla.— ¡Dame acá ese papel Andrés! Quiero saber quien fue el abusador que le hizo esto a tu carro, porque de seguro, tú sí conoces al tipo de la moto ¿verdad?.Entre tantos jalones y saltos bajo la lluvia, el papel terminó desintegrándose, dejando a Paola con la intriga.— ¿Ves lo que has hecho? ¡Hazte a un lado chismosa!— Furioso entró a la casa de Don Cheto, pues apenas había leído unas pocas palabras de la nota.— ¡Solo quería protegerte, Andrés!— Paola iba detrás de él, colmando aún más su paciencia.Tamara, estaba impresionada con lo que había ocurrido, pero al ver la reacción de Andrés hacia Paola, prefirió mantener la calma, y pidió a Blanca que entrara a preparar un poco de chocolate caliente para calmar las ansias
Sin tomar ningún tipo de precaución para no ser detectado, Pablo se acercó a la entrada principal de Paty, pues a un costado, estaban unos zapátos azules que eran idénticos a los que llevaba puesto el motorizado que había roto el vidrio de Andrés.— ¿Y este mequetrefe qué es lo que se cree?— Decía a voz baja, mientras se le acercaba y agachaba la cabeza, para no ser vista por las ventanas.Al voltear, y ver que Blanca se aproximaba, Pablo empezó a hacerle señas con las manos para que se retirara, pero ella hizo todo lo contrario, asomándose junto a él por la venta de la casa de Paty.— ¿Quién es ese hombre que está con Paty? ¿Y por qué te quedas aquí parado viéndolos? ¡Camina, aparte de tonto, eres un entrometido!— Decía Blanca con un tono de voz sutil, en tanto le jalaba la oreja.Pablo, instantáneamente le tapó la boca con sus manos, mientras le explicaba al oído lo que ocurría.— Haz silencio Blanca, ese hombre es el motorizado y quiero saber qué es lo que hace aquí.Al saber esto,
Don Cheto y Andrés, al escuchar el bullicio que había formado el burro a las afuera de la casa, no tardaron en salir, e inevitablemente reían al ver a Don Juan lidiar con el inquieto animal, que segundos después terminó tumbándolo en la calle de tierra.— ¡Caramba Juan! ¿Y es que ahora te da flojera caminar hasta acá?— Preguntó Don Cheto mientras lo tomaba por los brazos para ayudarlo a ponerse de pie, junto a Andrés.— ¡Ay Cheto! Como deseara que fuera realmente ese el motivo de mi salida en burro.— Habló en tanto se apresuraba en sostener al animal, para que este no se escapara.Viendo lo decidido que estaba Don Juan en contar todo, Polizon (muy pensativo) decidió marcharse, no sin antes despedirse de Tamara, con un beso en la mano, llamando así la atención de Andrés, y él no tardó en acercarse a su madre para interrogarla sobre Polizon.— ¿Y este lambiscón de dónde salió? ¡Si lo viera mi padre dándote besos en la mano, ya no tendría ni apellido!— expresó su enojo a voz baja, mientr