~•⊰ Sandy ⊱•~Terminamos de recorrer ese lugar de ensueño, mientras caminábamos hacia el “Kasteel Keukenhof” (Castillo Keukenhof), que es una mansión de campo de estilo clasicista, construida en mil seiscientos cuarenta y uno, muy conocida de la Edad de Oro de la República Holandesa.Por supuesto, el castillo es precioso, pero quedé maravillada por la cantidad de Dalias que hay en sus jardines, encontrando incluso mis favoritas de color anaranjado.Con refinados muebles y una exhibición de un gabinete con porcelana china y japonesa, pudimos apreciar cómo vivían los holandeses, en la Edad de Oro.—Insisto, calzas a la perfección en un paisaje como este —dijo Mike, abrazándome por la cintura.—Calzo perfecto, pero contigo —respondí segura. Lo miré de reojo y sonreí triunfal, al ver su cara de desconcierto. Se aclaró la garganta.—Bueno, sí —respondió—. Pero, en serio, eres como una princesa y este castillo queda perfecto contigo —explicó.—Estoy lejos de ser una princesa —contesté—. So
~•⊰ Mike ⊱•~Sabía que lo que le había pedido a Sandy, era injusto. Ella no necesitaba sentirse insegura, y postergar esa conversación la haría sentir así, pero necesitábamos pensarlo mejor, haciendo a un lado las emociones, por muy difícil que fuera.No había mentido en lo que le dije: ella me había vuelto el alma al cuerpo. Me devolvió las ganas de amar una vez más. Me mostró con su propia experiencia y sabiduría, que debía pasar página y seguir adelante con mis sueños.Cuando la escuché sollozar, la abracé a mi cuerpo con todas mis fuerzas, como intentando evitar que se rompiera de alguna forma. La conexión que teníamos era tal, que sentíamos los mismos miedos, la misma impotencia por la distancia y el tiempo, pero hacer como si nada ocurriera, era tan o más doloroso que ignorarlo.Limpié sus lágrimas y tras el beso más dulce que pude darle, dejándole saber que el sentimiento era mutuo, esa vorágine de emociones que nos invaden al estar juntos, se apoderaron de los dos. En cosa de
~•⊰ Mike ⊱•~Al llegar al hotel, subimos a nuestra habitación, donde, entre besos y caricias, terminamos haciendo el amor en la ducha, matando dos pájaros de un tiro. Nos vestimos a la velocidad de la luz y arreglamos nuestro equipaje, checando que todo estuviera en orden y así bajar a la recepción, para hacer el checkout. —Grupo, acérquense, por favor —Pidió Román—. No se dio la oportunidad de despedir a Lindsay y Jonathan como lo hemos hecho con todos, pero les deseamos un buen regreso a casa y por supuesto, decirles que fue un placer conocerlos —dijo, dándoles la despedida a la pareja.—Fue un gusto conocerlos a todos —dijo Lindsay.—Lo pasamos muy bien —agregó Jonathan—. Muchas gracias a todos y que disfruten mucho París —señaló.Sandy me quedó mirando con cara de pregunta y me encogí de hombros, pues que ellos estén o no, ya no influye en nada para nosotros y es lo que habíamos dejado claro la noche anterior.—Fue un gusto conocerte, Sandy —dijo mi ex, acercándose a nosotros, pa
~•⊰ Sandy ⊱•~Comencé a desperezarme, cuando siento la nariz de Mike, inhalando con fuerza el perfume de mi cabello. Al parecer, era algo que le gustaba mucho hacer y a mí, me encantaba que lo hiciera, pues me hacía sentir especial y sabía que le provocaba cosas.—Buenos días, pequeña —Su voz por las mañanas, era capaz de encenderme por sí sola. Profunda y ronca.—Buenos días —Volteé y me abracé a su pecho, dejándome consentir por sus caricias y aferrándome a él, como si quisiera fundirme a su cuerpo—. ¿No podemos quedarnos aquí? —Me quejé, pues era tan temprano, que ni siquiera salía el sol.—Qué más me gustaría, pero estamos en París, justo donde querías estar —respondió.—Lo sé, pero es muy tempranoooo —Lloriqueé. Su risa hizo eco en su pecho.—Vamos, pequeña, te aseguro que valdrá la pena… Hasta ahora, los chicos no me han decepcionado —señaló.—Tienes razón —bufé—. Pero qué perezaaaa —Me volví a quejar.—Vamos, ¡arriba! —Mike comenzó a hacerme cosquillas, así que exploté entre ri
~•⊰ Sandy ⊱•~Por suerte, viene incluido un seguro médico con el tour, así que, tras abordar un taxi, llegamos al hospital más cercano al hotel, pues lo más lógico era que volviéramos allá, después de mi atención.Entré con Román a la consulta, donde me tomaron radiografías, descartando un daño mayor. Diagnóstico: esguince de primer grado, el cual contuvieron con una venda elástica de un hermoso color turquesa, que fue el que más me gustó.—Dice el doctor, que por hoy, hagas reposo, pero a su vez, no inmovilices por completo el pie —tradujo Román, ya que no le entendía nada al doctor, que hablaba muchísimo en francés y yo sin comprender nada.—¿Entonces debo moverlo? —pregunté. Asintió y confirmó con el doctor.—Movimientos suaves, a menos que sientas dolor —explicó—. De ser así, continuar con los antiinflamatorios, las compresas frías y el descanso.—Gracias, Román —Le hice un asentimiento al doctor—. ¿Podré ir con ustedes mañana? —Román le consultó una vez más al doctor.—Sólo si no
~•⊰ Mike ⊱•~Cuando vi lo que le sucedió a Sandy en el galpón donde tocaba esa banda, no dudé en correr a ayudarle. Todos mis instintos sobreprotectores se activaron y no pude evitarlo. Incluso con Megan me ocurrió igual, cuando me contó sobre su embarazo y ahora que se trataba de Sandy, estaban aún más alertas.Me encantaba saber que, a pesar de todo, Sandy insistía en su autovalencia, pero aunque sea una testaruda, lo que más deseaba era cuidarla; hacerle saber que no era malo dejarse mimar y delegar.Ver su mirada de decepción cuando pensó que nuestra cena se cancelaría, mi corazón no dudó en dar un vuelco en mi pecho, al decirle que no se preocupara, que tenía un as bajo la manga, y era ahora que daba gracias porque cada vez que escribía se concentrara tanto, porque no se dio ni cuenta cuando hablé con uno de los encargados del hotel, ya que tenía planeada una sorpresa para ella y no quería que sospechara nada.Pasamos una tarde tranquila en la piscina. Si bien notaba las ganas qu
~•⊰ Mike ⊱•~Apenas abro los ojos, noto el cálido cuerpo de Sandy pegado al mío. Inhalo con fuerza el olor de su cabello y la abrazo por la cintura, deseando despertar muchas otras veces de esta misma forma junto a ella.No te vayas por ese camino, Mike —Pienso.—Buenos días, dormilona —susurré sobre su cuello, haciendo a un lado su pelirrojo cabello.Sandy se remueve entre mis brazos, despertando cada parte de mi cuerpo, que, a pesar de haber hecho el amor hasta entrada la madrugada, no se cansa de ella.—Cinco minutitos más —Se quejó, tomándome la mano y haciéndome abrazarla más, lo que me hace reír.—Quiero saber cómo sigue tu pie, pequeña —murmuré sobre su cuello y puedo notar cómo su piel se eriza por completo.—No me hables así… —Pidió, por lo volví a sonreír.—Vamos, pequeña… arriba —La animé, intentando moverla, pero se aferró a mis brazos, emitiendo una suave risilla—. No me obligues a usar otras tácticas para despertarte —dije divertido.—¿Qué tácticas? —preguntó curiosa.—N
~•⊰ Sandy ⊱•~Decir que estaba ansiosa, era poco. Después de la maravillosa cita que planificó Mike para nosotros, me sentía realmente especial y sabía o quería creer, que teníamos una oportunidad luego de este viaje y ahí estaba el origen de mi ansiedad, sabiendo que faltaba tan poco para podernos sentar y poner los puntos sobre las íes.Íbamos en trayecto hacia el “Quartier Latin” (Barrio Latino), donde se supone que almorzaremos y nos despediremos de esta hermosa ciudad.—¿Quieren saber por qué se le llama Barrio Latino? —preguntó Román, a lo que todos asentimos—. En el medioevo, cuando los habitantes de la zona eran en su mayoría estudiantes de todas partes del mundo, el único idioma que tenían para comunicarse era el Latín —explicó.—Era materia obligatoria en “La Sorbona”, la histórica universidad de París —complementó Xavier—. Heredera de una costumbre humanista secular, es una universidad de letras y humanidades —agregó.—Y no sólo es la Universidad más importante de París, si