~•⊰ Sandy ⊱•~Sonrío al sentir a Mike inhalar profundamente mi cabello y pasar suavemente su nariz por sobre mi cuello, erizándome la piel.—Buenos días, pequeña —saludó, al notar que ya había despertado—. ¿Cómo amaneces?—Con ganas de no moverme de aquí —Volteé y lo abracé, acurrucándome entre sus brazos, inhalando su aroma entre cítrico y amaderado, característico de él—. Hola —Dejé un beso sobre sus labios.—Hola —respondió con una sonrisa—. Me encantaría poder complacerte con eso, pequeña, pero no podemos —dijo entre risas, acariciándome con suavidad la espalda.—Me acabas de romper el corazón —bromeé.—¿Crees que lo logremos en cuarenta minutos? —preguntó, sin dejar de sonreír, cosa que me encantaba en él, pues tiene una sonrisa hermosa, la que dice mucho de él como persona.—¿Sabes cuál es mi segundo nombre? —respondí con otra pregunta. Negó—. Rápida y furiosa…Sonreí con malicia y me levanté de un salto de la cama. Corrí hacia el baño, pues mi vejiga estaba a punto de reventar
~•⊰ Sandy ⊱•~“Caminó inseguro hacia la habitación en la que se volvería a encontrar con Greta. Tragó el nudo que se instaló en su garganta y aún sin comprender por qué aquella refinada mujer insistía en verlo, golpeó la puerta.Al igual que la vez anterior, la guapísima Greta, lo recibía en una elegante bata de seda negra, una copa de champán en la mano y un cigarrillo en la otra. Le dejó un beso en cada mejilla y Mateo entró en silencio, siguiendo sus pasos.Sentía escozor en las palmas de sus manos, clara señal de que sabía que no debía estar en ese lugar, dejando al amor de su vida sola, en casa, pero algo más fuerte que él, lo llevaba a estar frente a esta mujer, que lo único que le pedía era un poco de compañía. La primera vez, él la escuchó por horas. Ella le habló de su vida, de sus amantes y de lo sola que estaba, pues todo quien se acercaba a ella, no era sólo por su belleza, sino por interés y aunque realmente no le dio más detalles, él sólo se limitó escuchar.Lucia, por
~•⊰ Mike ⊱•~Las puertas del elevador se abrieron y deposité a Sandy en el suelo, aferrándola a mí, pues sus piernas flaquearon al hacerlo.Sandy me miraba como si fuese un unicornio, sin borrar la sonrisa de su rostro, mientras lo que le respondió a Lindsay se repetía en mi mente una y otra vez: “Sería poco objetivo que te lo responda yo, Lindsay, pero espero darle todo el amor que alguien como Mike merece, pues como te lo dije antes, es un hombre maravilloso y a quien sé, amaré por el resto de mi vida”.¿Lo habrá dicho por sonar convincente o es que hay algo más? —Es la pregunta que quedó pululando tras escucharla responder a mi ex.Apoyó su cabeza sobre mi pecho y con los ojos cerrados, continuó el recorrido hasta la planta once, donde se encontraba nuestra habitación.Las puertas del elevador se abrieron y se tambaleó un poco al intentar avanzar, así que la tomé en brazos y caminé con ella, mientras se abrazaba a mí.—Encajamos tan bien… —murmuró y sonreí, pues tiene razón. Es com
~•⊰ Mike ⊱•~Después de que cada uno se arreglara y se vistiera, nos reunimos con el grupo en el lobby del hotel, donde Román y Xavier nos esperaban, con sus características sonrisas.Nos llevaron a desayunar al comedor del hotel, donde nos tenían preparado un desayuno bufet con todo lo que uno quisiera comer, pues según nuestros guías, necesitaríamos mucha energía para el largo día que nos esperaba.—Mmmm, prueba esto —dijo Sandy, al acercarme una cuchara con algo así como una mermelada, que realmente estaba muy rica—. Me comería un pote de esto —murmuró, mientras chupeteaba la cuchara. Sonreí como bobo, pues la simpleza y naturalidad en lo cotidiano con Sandy, era lo que más me gustaba de ella.—Es deliciosa —Le guiñe un ojo y sus mejillas se sonrojaron de inmediato, mientras terminaba mi omelette. Apenas terminamos de desayunar, nos dieron unos minutos para ir al baño. Al salir del hotel, nos sorprendimos al encontrar un montón de bicicletas, que esperaban por nosotros.—Espero q
~•⊰ Sandy ⊱•~Fue cosa de poner un pie dentro de la habitación y nuestras bocas se unieron cómo un poderoso imán. La ropa fue dejando un camino hacia la cama, donde finalmente dimos rienda suelta a toda esta vorágine de sentimientos que nos embargan, los que ambos insistimos en ignorar.Lo deseaba y lo necesitaba de una forma que me desesperaba, tanto, que estuve toda la tarde deseando volver al hotel para sentirlo una vez más y saber que éramos uno. Sabía que todo lo que estaba sintiendo, tenía que ver con la conversación que habíamos tenido la noche anterior y por lo mismo, había decidido estar un poco más distante durante el recorrido, pero con tan sólo saberlo cerca, esa necesidad aumentaba minuto a minuto, bajándome la guardia.Me senté a horcajadas sobre él y comencé a moverme con ímpetu, llenándome de él, dejándolo que tomara todo de mí.—Con calma, pequeña… —jadeó, mientras me tomaba la cintura, frenándome un poco.—Te necesito… —gimoteé.—Y yo, pero me estás volviendo loco —M
~•⊰ Sandy ⊱•~Apenas entramos a la discoteca, nos sorprendimos gratamente por su decoración marítima. Caminamos por unos pasillos, donde hay diferentes “escenarios” para tomarse fotografías y una vez llegamos al interior, vimos que había gente de todas las edades y la música, muy variada y para todos los gustos, aunque la mayoría en alemán.Nos fuimos a sentar a una zona donde hay mesas y sillas. Rápidamente nos atendieron y comenzaron a llegar las cervezas, que no podían faltar.—¡Ven, Sandy! ¡Vamos a bailar! —Stacy y las chicas me tomaron de la mano y me arrastraron a la pista, para comenzar a bailar, pues los chicos estaban enfrascados en una conversación sin muchas ganas de mover el esqueleto.A pesar que la música que sonaba estaba en el idioma local, nos dejamos llevar por el ritmo, mientras movíamos nuestros cuerpos al compás de la melodía. Por primera vez en el día, deje de pensar en el futuro con Mike y disfruté del momento junto a las chicas, que gritaban y bailaban sin para
~•⊰ Mike ⊱•~Habíamos abordado el tren hace unos minutos y esta vez, nos tocaron asientos separados, así que los señores Sherewood se sentaron en los que estaban antes de nosotros, por si se les ofrecía algo, los pudiésemos ayudar.—¿Vas a escribir, pequeña? —Sandy miraba por la ventana, mientras el tren salía de la ciudad. Volteó a verme y sonrió.—No tengo ganas —Hizo un puchero—. Escribí en la mañana y creo que he cumplido con mi cuota del día —Se excusó. Miró mis manos, donde sostenía el KindIe—. ¿Vas a leer? —Me encogí de hombros.—¿Tienes un plan mejor? —Se quedó pensativa unos minutos. Su sonrisa se ensanchó y sus ojos brillaron.—¿Juguemos “verdad o reto”? —Propuso con un entusiasmo al que difícilmente podría decir que no. Me hice el que me la pensaba, poniéndome serio—. Prometo no hacer preguntas incómodas… —dijo poniendo sus manos juntas como haciendo una súplica, lo que me hizo reír.—¿Entonces cuál es la gracia del juego? —pregunté. Sus ojos se abrieron como platos y me di
~•⊰ Mike ⊱•~Llegamos cerca de las diez de la noche a la ciudad de Ámsterdam, que nos recibía con una noche completamente despejada y estrellada, aunque bastante fresca. Nos reunimos en el andén, mientras terminaban de bajar todos del tren.Por suerte y para nuestra tranquilidad, la señora Sherewood no volvió a sentirse mal, así que el resto del viaje fue bastante tranquilo.—¡Atención, grupo! —dijo Román—. Espero que vengan con apetito, pues pasaremos a cenar antes de irnos al hotel —explicó, por lo que todos asentimos de acuerdo.—Por lo mismo, guardaremos nuestro equipaje en unos casilleros especiales que están habilitados dentro de la estación y nos iremos al restaurant, donde nos están esperando —agregó Xavier, comenzando a caminar para que lo siguiéramos.Una vez guardado todo, entramos al “Grand Café Restaurant 1e klas”, un restaurant muy bonito de estilo clásico, dentro de la misma estación, donde el olor a carne asada, inunda mis fosas nasales de inmediato, abriéndome el apet