Una pregunta rondaba últimamente por su cabeza y se posaba en esta con manera más asidua de la que deseaba y esta era la cuestión: ¿Existe algo peor que la soledad? Personalmente la consideraba el peor sentimiento después del dolor o la muerte, que como diría Alina, era absoluta; y siendo un poco imparcial debía admitir que esta pelaba con uno que muy poco cruzaba por su vida, es decir, el remordimiento.
La cuestión era que la soledad no era su sentimiento predilecto, no, todo lo contrario. Cada hora que pasaba Abril se sentía más triste, ya que los días previos a la llegada de Travis fueron buenos y los subsiguientes hasta cierto punto decentes. Salvo alguna por alguna indirecta emitida por aquel personaje con ínfulas de superioridad - Aunque debía reconocer que esa faceta iba dirigida espec&iacut
Después del repentino un ataque de valentía, le sobrevino su real cobardía y podía sentir el corazón latiendo desbocado, las manos le sudaban y el miedo se instaló en su cabeza nuevamente. ¿Y si la tomaba por loca, o la rechazaba? No lo soportaría, moriría de la vergüenza, al imaginar qué pasaba justo por la cabeza de Santos en ese preciso momento. Hacía diez minutos exactamente tenía en sus manos una caja entera de chocolate blanco y exquisito, pero siendo honesta consigo misma, esa, no había sido la única razón por la que se encontraba allí. Tenía que hacerlo – Se dijo a sí misma - o desechar esa absurda idea de una vez por toda, pero se le acababa el tiempo entonces... ¿Qué era lo correcto?Santos por un instante pensó que saldr&
Un nuevo día les dio la bienvenida, bueno, más bien medio día, porque, por primera vez desde que era adolescente se permitió descansar hasta altas horas de la mañana – Algo inusual en su rutina habitual, ya que esta no le permitía darse el lujo de desperdiciar tiempo valioso en simple ocio – pero ese día era diferente; porque sí, era cierto que permanecía acostado en su cama, pero esta vez con una compañía envidiable.Justo a su lado descansaba Abril, su esposa, quien dormía plácidamente después de una noche bastante intensa. Por más que intentaba asimilar todos los hechos ocurridos la noche anterior, no daba crédito a lo que decían sus recuerdos. En primer lugar, Abril que lo buscaba para "dialogar" justo a él - Cuando a duras penas si lo toleraba en
Los días subsiguientes a aquella noche, fueron relativamente normales. Por decisión de Abril esta regresó a su antigua habitación, alegando que de esa manera se sentiría más cómoda, ya que, le resultaba un incordio el hecho de enfrentar la nueva realidad abruptamente, después haber protagonizado todo un escándalo en sus primeros días.Santos por su parte, deseaba hacerla sentir lo mejor posible en su compañía, por lo que no tuvo más opción que respetar sus deseos; aunque, no podía decir a ciencia cierta si ella aún conservaba un poco de temor hacía su persona o si tan solo lo había utilizado para un fin – del que obviamente participo activamente, a todas estas – el caso era que anhelaba poder hacer las cosas lo mejor posible y de esa manera lograr el equilibrio perfecto, para asombro de su familia
Joe regresaba después de dos largas semanas fuera de casa y quizás, lo único que anhelaba con todas sus fuerzas era poder descansar. Pero no, por lo visto aquello parecía imposible en ese lugar, dado el terremoto se situaciones que le dieron la bienvenida a su hogar. Se encontraba furioso, indignado, sería la mejor palabra que definiera lo que cruzaba por su cabeza en ese preciso momento. ¡Por todo lo sagrado! ¿Es que nunca acabarían sus problemas? Porque a últimas fechas la vida de su familia era un completo desastre, primero cuando recibió esa llamada de Santos - ya entrada la madrugada - donde le informaba sobre el desafortunado accidente; después, cuando decidió unir su vida con una mujer inconsciente bajo el chantaje de Bárbara Llorís y el consecuente embarazo, sumado al desprecio que Abril sintió por su hijo... Y como la cereza de
No, eso no podía ser cierto... Abril estaba estupefacta, su rostro lívido daba cuenta de ello ¿Por todo eso había tenido que pasar Santos? ¡Dios! Era la vida de un ser humano, un bebé inocente que había perdido la posibilidad de existir gracias a los escrúpulos irrisorios de su propia madre ¡Diablos! Ese sí que debió ser un golpe duro para el pobre, aun no lo podía creer, es que era simplemente ¡Inconcebible! ¿Cómo existían personas tan desalmadas? Y luego la muy zorra tuvo el descaro de venir y plantarle cara, pretendiendo que Santos... Observó su rostro contraído y el reflejo de sufrimiento que revivir esa historia traía a su vida y simplemente no lo soportó, parecía tan herido, perdido y ese solo hecho echó por la borda cualquier temor de que esa mujer por muy bella que fuera le inspiras
Abril se removía entre las sabanas a media noche con la incomodidad haciéndola presa de su poder, sentía un fuerte dolor en su abdomen y de inmediato el miedo la hizo estremecer con sus mortíferas garras colonizando su cuerpo ¡Dios, no! ¡Estaba perdiendo al bebé, su pequeño se estaba muriendo y no sabía cómo salvarlo! Empezó a lloriquear en medio de su tortura, incluso trató de incorporarse de la cama pero no tenía fuerzas ¡Que alguien la ayudase! No concebía perder su bebé-- ¡Santos, ayúdame! - Pronunciaba entre quejidos incoherentes, pero sentía que nadie la escuchaba, ya se temía lo peor cuando de pronto escuchó una voz que le susurraba palabras de aliento al oído - ¡Mi bebé, mi bebé! – continuó pronunci
Cada minuto trascurrido era un auténtico suplicio para Santos y después de dos horas desde que su mujer ingresara a aquel estudio la preocupación empezó a hacer mella en su sistema, y la ansiedad embargaba a escalas inimaginables, entraría – decidió – que más daba todo, ya no podría soportar un segundo más de aquella tortura. ¿Qué tanto tenían que hablar ese par? ¿Sería capaz de convencer a Abril de abandonarlo a la primera? ¿Acaso no le demostró que lo quería, cuando se mostró celosa de Ximena? ¡Ahhj! Estaba a punto de cometer una locura, como entrar a la fuerza para tomar a su mujer e hijo en brazos y ocultarlos en el fin del mundo de ser necesario; muy poco le importaba que su familia lo tachara de cavernícola, cuando por defender su familia se trataba era incluso más territorial
Horas más tarde regresó Joe trasmitiendo un parte tranquilizador, aunque debía reconocer que era prácticamente un milagro que Abril no hubiese presentado antes una complicación en su embarazo – si tenían en cuenta la montaña rusa en que se había convertido su vida después de despertar de su inconsciencia – pero gracias al cielo podía afirmar que su nieto estaba a salvo, pese a los cuidados extremos que ambos padres deberían tener para mantener la estabilidad emocional de la madre gestante, eso si en verdad querían disfrutar de su familia completa, lo cual desde ya incluía su hijo. Por su parte Abril se sentía en vilo y pese a poner lo mejor de sí para mantenerse calmada, ya que los nervios y el estrés fueron los causantes de aquel efecto contraproducente en su embarazo, no podía olvidar las escenas de aquel su