Los días subsiguientes a aquella noche, fueron relativamente normales. Por decisión de Abril esta regresó a su antigua habitación, alegando que de esa manera se sentiría más cómoda, ya que, le resultaba un incordio el hecho de enfrentar la nueva realidad abruptamente, después haber protagonizado todo un escándalo en sus primeros días.
Santos por su parte, deseaba hacerla sentir lo mejor posible en su compañía, por lo que no tuvo más opción que respetar sus deseos; aunque, no podía decir a ciencia cierta si ella aún conservaba un poco de temor hacía su persona o si tan solo lo había utilizado para un fin – del que obviamente participo activamente, a todas estas – el caso era que anhelaba poder hacer las cosas lo mejor posible y de esa manera lograr el equilibrio perfecto, para asombro de su familiaJoe regresaba después de dos largas semanas fuera de casa y quizás, lo único que anhelaba con todas sus fuerzas era poder descansar. Pero no, por lo visto aquello parecía imposible en ese lugar, dado el terremoto se situaciones que le dieron la bienvenida a su hogar. Se encontraba furioso, indignado, sería la mejor palabra que definiera lo que cruzaba por su cabeza en ese preciso momento. ¡Por todo lo sagrado! ¿Es que nunca acabarían sus problemas? Porque a últimas fechas la vida de su familia era un completo desastre, primero cuando recibió esa llamada de Santos - ya entrada la madrugada - donde le informaba sobre el desafortunado accidente; después, cuando decidió unir su vida con una mujer inconsciente bajo el chantaje de Bárbara Llorís y el consecuente embarazo, sumado al desprecio que Abril sintió por su hijo... Y como la cereza de
No, eso no podía ser cierto... Abril estaba estupefacta, su rostro lívido daba cuenta de ello ¿Por todo eso había tenido que pasar Santos? ¡Dios! Era la vida de un ser humano, un bebé inocente que había perdido la posibilidad de existir gracias a los escrúpulos irrisorios de su propia madre ¡Diablos! Ese sí que debió ser un golpe duro para el pobre, aun no lo podía creer, es que era simplemente ¡Inconcebible! ¿Cómo existían personas tan desalmadas? Y luego la muy zorra tuvo el descaro de venir y plantarle cara, pretendiendo que Santos... Observó su rostro contraído y el reflejo de sufrimiento que revivir esa historia traía a su vida y simplemente no lo soportó, parecía tan herido, perdido y ese solo hecho echó por la borda cualquier temor de que esa mujer por muy bella que fuera le inspiras
Abril se removía entre las sabanas a media noche con la incomodidad haciéndola presa de su poder, sentía un fuerte dolor en su abdomen y de inmediato el miedo la hizo estremecer con sus mortíferas garras colonizando su cuerpo ¡Dios, no! ¡Estaba perdiendo al bebé, su pequeño se estaba muriendo y no sabía cómo salvarlo! Empezó a lloriquear en medio de su tortura, incluso trató de incorporarse de la cama pero no tenía fuerzas ¡Que alguien la ayudase! No concebía perder su bebé-- ¡Santos, ayúdame! - Pronunciaba entre quejidos incoherentes, pero sentía que nadie la escuchaba, ya se temía lo peor cuando de pronto escuchó una voz que le susurraba palabras de aliento al oído - ¡Mi bebé, mi bebé! – continuó pronunci
Cada minuto trascurrido era un auténtico suplicio para Santos y después de dos horas desde que su mujer ingresara a aquel estudio la preocupación empezó a hacer mella en su sistema, y la ansiedad embargaba a escalas inimaginables, entraría – decidió – que más daba todo, ya no podría soportar un segundo más de aquella tortura. ¿Qué tanto tenían que hablar ese par? ¿Sería capaz de convencer a Abril de abandonarlo a la primera? ¿Acaso no le demostró que lo quería, cuando se mostró celosa de Ximena? ¡Ahhj! Estaba a punto de cometer una locura, como entrar a la fuerza para tomar a su mujer e hijo en brazos y ocultarlos en el fin del mundo de ser necesario; muy poco le importaba que su familia lo tachara de cavernícola, cuando por defender su familia se trataba era incluso más territorial
Horas más tarde regresó Joe trasmitiendo un parte tranquilizador, aunque debía reconocer que era prácticamente un milagro que Abril no hubiese presentado antes una complicación en su embarazo – si tenían en cuenta la montaña rusa en que se había convertido su vida después de despertar de su inconsciencia – pero gracias al cielo podía afirmar que su nieto estaba a salvo, pese a los cuidados extremos que ambos padres deberían tener para mantener la estabilidad emocional de la madre gestante, eso si en verdad querían disfrutar de su familia completa, lo cual desde ya incluía su hijo. Por su parte Abril se sentía en vilo y pese a poner lo mejor de sí para mantenerse calmada, ya que los nervios y el estrés fueron los causantes de aquel efecto contraproducente en su embarazo, no podía olvidar las escenas de aquel su
Meses después.Era feliz, no podía estar en un mejor momento de su vida, era amada por todos en la mansión – omitiendo claramente a Travis, su cuñado. Ya que este continuaba con su faceta odiosa y ni hablar de su mejor amigo, que de seguro era gay, en verdad no comprendía porqué su amiga Orianna estaba hasta los huesos por él, si ni siquiera era tan lindo – en especial por Santos, que definitivamente le hacía honor a su nombre; era un caballero en todo el sentido de la palabra, siempre atento, romántico y detallista con ella y adoraba a su pequeño con toda el alma. Juntos viajaron hasta donde su condición le tenía permitido, cada partido oficial lo acompañaba junto con Alina y Victoria, e incluso se tomó el trabajo de explicarle de manera paciente cada d
El tiempo se hizo humo entre sus dedos y para esas fechas, el parto estaba demasiado cerca, cada miembro de la familia estaba a la expectativa de qué sucediera en cualquier momento. Y siendo sinceros, Santos estaba muerto del miedo, es decir ¡En cuestión de una semana o de días sería padre! Y al mismo tiempo, sentía temor de que algo resultase mal o que Abril no se sintiera preparada para enfrentar semejante reto ya ineludible, esos pensamientos le robaban la tranquilidad al futuro padre y complicaban su vida aún más, siendo testigo de los malestares a los que la pobre mujer se veía sometida.Y es que, a últimas fechas se encontraba más irritable, sensible y con mayor incomodidad para descansar, por lo que no era raro pasar noches en vela intentando hallar acomodo – salvo en los brazos de él –
Tres meses del nacimiento del pequeño Kenneth las cosas no podían ir mejor Abril sentía una felicidad inmensa y en caso de que alguien cuestionara sobre el concepto de la palabra felicidad en sí mismo, bien podrían utilizar una imagen suya como referencia sin temor a equivocarse en absoluto. Su bebé era todo un angelito y su familia tanto como a su primer nieto, además tenía un esposo atento y amoroso, al cual su padre aceptó como a uno más de la familia. Claro que con Bárbara las cosas eran a otro precio, con ella aún no lograba olvidar todas y cada una de las cosas de las que fue capaz de incurrir con tal de obtener algo más de dinero, y si bien no era una mujer rencorosa sabía que recuperar la confianza en su madre tardaría mucho tiempo. Sin embargo, existía un pequeño lunar que lograba opacar toda esa felicidad, una p