Para el amor que me sonríe a la vuelta de la esquina.
SINOPSIS
Abraham amó a Sara desde la primera vez que la vio, desde que la escuchó reír y la vio bailar en la fiesta del mes de Julio. Ella sabía del amor del joven, pero más de una vez se había burlado de sus sentimientos, ¿cómo es que un muchacho de quince años podía amarla? Ella era una joven que en menos de un año se casaría, y Abraham un niño que tal vez en la mañana de otoño, amaría a otra mujer.
Años después, Abraham sigue esperándola, en la casa de la esquina y los domingos en la plaza donde juegan al bingo. No se ha casado, ni siquiera ha tenido una relación seria porque dice seguir amando a una mujer que solo lo miró como un hermano pequeño. Ahora ella vuelve, pero su corazón roto no está listo para amar, y mucho menos a alguien tan joven que apenas empieza a vivir.
EPÍGRAFELleva los pantalones rotos, el corazón a punto de explotar y el celular en la mano. Ella nunca lo llamó, pero él ha activado el mapa para ir en su búsqueda. El amor puede doler a veces, el amor puede romper corazones.Pero el amor trae felicidad, el amor trae esperanza y el amor es la luz entre tanta oscuridad.El canto del gallo de la vecina era su alarma cada mañana, aunque a diferencia de otros días; los fines de semana no trabajaban. Tiró de las cobijas y miró hacia un lado, viendo como el sol trataba de filtrarse entre las cortinas y quiso reír, hoy no amigo, hoy me quedo en casa. Sus ojos viajaron desde la ventana, al reloj y luego hasta la vieja fotografía que descansaba en la mesa de noche, se acomodó en la cama y tomó el retrato reconoci
A las cinco de la mañana Sara abrió los ojos por las pesadillas, por un momento creyó que seguía en el departamento, que a su lado estaba Eder aferrándose a cuerpo, con aquellos labios rosados entre abiertos y murmuraba un; vuelve a dormir amor, yo le cambiaré los pañales. Sí, eran pesadillas, porque nada de eso volvería; porque él era un espejismo.Sara se puso de pie, sus pies estaban fríos y terminó metiéndolos dentro de sus pantuflas negras que le había dado su mamá y encendió la estufa, era demasiado temprano provocando que las temperaturas fueran bajas, pasada de las nueve volvería a estar fresco o demasiado caliente, era un pueblo; ahí siempre parecía verano.Tiró de la chaqueta negra y se asomó por la ventana, vio los burros pasar y también las ovejas, los perros ladrando mientras los due&ntil
Eres tan maravillosa, ¿Qué hice en mi otra vida para merecerte?Por favor no vayas a huir, quédate y descubre que entre tanta oscuridad los luceros te van a encantar. Abraham se despidió y volvió aceptar la siguiente llamada, saludó y la voz lo hizo sentir inquieto, nervioso por alguna extraña razón. ―Hola, Abraham ―la forma en la que dijo su nombre solo hizo que se removiera en el asiento incomodo―. ¿Qué sucede cuando ese amor tan grande ya no es sano? Dices que el primer amor y tal vez el ultimo no se olvida; ¿tampoco se olvida las noches donde él estuvo ausente? ¿Las noches donde hizo llorar? ¿O las noches donde le dijo que era insuficiente? ¿Eso no se olvida? 
Y se portaba mal, muy mal. El príncipe se convirtió en una bestia mientras marcaba su piel, el príncipe le dijo mentiras y ella le creyó. La escondió en el castillo y la princesa se apagó. La música urbana sonaba en casi todo el pueblo pero con más fuerza en la plaza, Yesmin estaba enviándole mensajes ya que él pasaría por ella porque sus padres no irían al bingo, se irían a comer solos. Así que desde temprano tuvo que bañarse, terminar de arreglar la ropa de trabajo para el lunes e ir a darle de comer a las ovejas.Cuando estuvo listo, tomó las llaves y el celular pasando por la casa de Manuel, pero todo estaba oscuro, así que ellos ya debían estar en la plaza. El hombre ni bien tocó la puerta su hermana salió disparada, arreglándose y él sonr
¿Es malo soñar con el amor? ¿Es malo crear un mundo dónde esa persona está siendo feliz a tu lado? Abrió los ojos al escuchar risas en la parte baja de la casa, tan estruendosas que provocó una sonrisa en los labios del moreno. Talló sus ojos y se sentó en la cama, tomó la chompa y se la puso, esa mañana parecía más frías como ninguna, y podía escuchar como los arboles bailaban ante el fuerte viento que corría a esas horas.Bajó las escaleras y se sorprendió al ver a Sara con una de sus camisas puesta, con Bianca en la cocina y el pequeño Jimi sentado en la mesa sosteniendo su taza de leche, éste al verlo dejó el recipiente en la mesa estirando sus manos hacia Abraham, que aún perplejo no dudó ni un solo segundo en tomarlo en sus brazos recibiendo un cálido abrazo.Sara se giró ri
Las melodías más hermosas siempre provienen de los corazones más heridos. James A.Abraham controló desde su planta el ultimo riego en las hectáreas, desde su puesto pudo ver como lentamente se abrían para regar, y los trabajadores recorrían cada centímetro de esas tierra verificando que todas funcionaron perfectamente. Después de una hora, uno de los que estaba a su mando habló diciendo que todo estaba correctamente, y Abraham cerró todo, tecleó en la laptop mandando el informe diario, la cantidad de agua y las pocas perdidas que habían tenido por la intensa lluvia.Pasada de las tres cerró todo y dio por finalizada su jornada, hoy por más tiempo, él mismo se tomó el tiempo de admirar la caña de azúcar, la gente trabajando y el sol en el punto más alto, ¿quién pod&iacu
Le sonríe al mundo diciendo que es valiente y sus noches son eternas, ahí, envuelta en una cobija llora por que la valentía se ha quedado en la puerta. Porque es cobarde y él otra vez rompe su espíritu. Y él vuelve a romperla. Sara gimió haciéndose un ovillo en la cama, trató de cerrar los ojos, de dormir, pero esa noche no podía, el corazón le latía con fuerza y aunque había logrado escapar de Eder, en los sueños la visitaba para robarle la valentía, o para asegurarse que ya no quedaba nada de la Sara que enamoró.Las noches y las mañanas eran las más frías, y más esa noche que estaba lloviendo, sin electricidad y sin estufa. Había escuchado a Jimi llorar, pero ella no se había movido de la cama, no se había querido mover ni un solo centímetro, se odiaba, estaba odiando ser ese tipo de mujer q
Sara ahogó un gemido cuando lo sintió acostarse a su lado, pesado y oliendo a licor, seguramente había estado tomando, ella con cuidado se giró, abrazándose; rogando en silencio que él no despertara, que esa noche sea tranquila.Aunque deseo volver a dormir, aunque lo suplicó, ya no pudo, más cuando Jimi se levantó llorando, Eder se quejó y con dulzura, esa que casi no veía dijo en un murmuro:―Sigue durmiendo amor, iré yo ―Sara se sorprendió y lo vio ponerse de pie, ir al baño y mojarse el rostro, luego salir mientras despeinaba aún más su cabello color castaño. Ella, con cuidado se puso de pie y lo siguió, asustada de lo que pudiera hacerle algo a su bebé, pero no, esa noche parecía que él estaba sorprendiéndola de mil formas diferentes.Eder sostenía en sus enormes brazos al pequeño Jimi, tan c