CAP 3 PROMETIDA

Marina apretó su mejilla. "Vamos a comer, los gemelos y tu padre ya deben estar ahí, Ismael está en entrenamiento no volverá hasta tarde".

Los hijos de Marina eran unos gemelos idénticos, Mar y Luka eran muy parecidos a Erick, pero llevaban los mismos ojos que su madre, azul profundo como el mar, Ismael era el pequeño de la familia, estaba completamente dedicado al fútbol soccer, había sido seleccionado para un equipo profesional apenas unos meses atrás.

Se escuchó un ruido abajo. Marina fue al baño y se lavó las manos, al salir y secarlas tomó la mano de Gloria diciéndole. "Vamos creo que ya llegaron todos".

Juntas bajaron, los gemelos estaban entrando junto a su padre. Ellos trabajaban en la empresa, ambos eran muy exitosos y ayudaron a Erick a levantar todo el imperio después de que David se fuera.

Ismael todavía joven entró con su bolsa de deportes acababa de terminar un entrenamiento y pidió un permiso para estar en casa y ver a su hermano David.

“Hola mamá”. Saludo a sus padres y a sus hermanos. “Pedí permiso para estar aquí cuando llegara David”.

Marina feliz abrazó a su hijo. “Es bueno tenerlos a todos en casa”.

Mar se acercó a su madre y apretó su mano feliz, Marina había sido una gran mamá en todos estos años, Gloria era parte de la familia y los quería a todos por igual.

Todos se fueron juntos al comedor. Platicaban amenamente casi al terminar se escuchó la puerta.

Marina levantó la mirada viendo a Gloria y después Erick quien asintió hacia ella. Estaban seguros que era David.

El ama de llaves José avisó. "El joven David ha llegado".

 En la puerta apareció un hombre alto de tez clara y cabello negro, peinado hacia atrás, sus ojos eran azules como el mar profundo, llevaba un traje negro y corbata gris, sus zapatos era de cuero.

Marina se levantó y estaba a punto de caminar hacia su hijo cuando vio a una mujer joven caminar con David, él la tomó de la cintura y le sonrió…

Marina estaba desconcertada, frunció el ceño y le dijo. "David… hijo".

David miró a su madre y se acercó a ella abrazándola y besando su mejilla. "¡Ma!".

Se escuchó su voz profunda repetir el seudónimo que siempre tuvo para su madre.

Saludo a su padre con un asentamiento. Y regresó con la mujer tomándola de la mano acercándose para que todos la vieran.

"Familia, ella es Roberta Álvarez, mi prometida".

Todo se quedó en silencio por unos segundos…

Los gemelos e Ismael giraron a ver el semblante de Gloria que estaba pálida.

Marina observó a Gloria por unos momentos, Erick frunció el ceño.

Ismael que estaba algo extrañado le dijo. "¿Prometida? Desde cuándo están juntos, no sabíamos que tenías novia".

El también miró a Gloria cabizbaja respiro profundo, el observo como ella apretó las manos aguantando el dolor, todos conocían los sentimientos de Gloria hacia David, al igual que los de David que siempre procuraba a Gloria, no entendían qué pasaba.

La mujer sonrió.  "Hola, un gusto al fin conocerlos…"

 Ella miró a David con dulzura. "David me ha hablado mucho de ustedes".

Marina preguntó.  "¿Álvarez?".

Ella asintió. "Si. Soy la hija de Carlos Álvarez, él vivió aquí hace años".

Erick miró a David de manera expectante, David lo ignoro sabía lo que pensaba su padre. Roberta era la hija de Carlos, el antiguo novio de su esposa.

Sabían que David había ido a Suiza a estudiar algunos cursos especiales de medicina, pero no se imaginaron que él tenía contacto con Carlos.

Marina se acercó a la chica para no ser descortés, todos estaban incrédulos con lo que pasaba, David adoraba a Gloria y siempre pensaron que ellos algún día se casarían.

"Un gusto Roberta, bienvenida".

Roberta avergonzada le sonrió diciéndole. "Gracias señora… bueno suegra".

Ella río mirando a David que también le daba una pequeña sonrisa.

"Bueno deben venir cansados y tener hambre". Marina le pidió al ama de llaves servir a la pareja mientras todos saludaban y David los presentaba.

Tocó el turno de Gloria, David se acercó junto con Roberta y fríamente la miró diciendo. “Ella es Gloria… mi hermana”.

Roberta le sonrió a Gloria dándole la mano. “Hola, un gusto”.

Gloria tomó su mano tratando de estar tranquila y no estallar en lágrimas. “Hola”.

El ama de llaves sirvió la comida para los recién llegados, en la mesa se escuchaba la voz de la linda mujer, platicaba lo que vivió con David en el extranjero, al parecer ellos tenían una relación de varios años, estaban juntos en los cursos de medicina y se especializaron en lo mismo. "Cardiología".

Gloria escuchaba con dolor lo que la mujer contaba mientras jugaba con su comida, el apetito se había perdido desde que vio como David la abrazaba y estaba atento a lo que ella necesitara en la mesa.

Su teléfono sonó y agradeció por ello. "Disculpen es una llamada importante".

Se levantó y salió de la casa rápidamente, David solo la miró de reojo y siguió comiendo, Roberta miró a David de forma extraña y siguió con su comida.

Afuera las lágrimas de Gloria cayeron sin control se alejó lo más que pudo de la casa, necesitaba llorar, gritar, necesitaba desahogarse, había un nudo grande en su garganta que la sofocaba y dolía fuerte.

Se calmó un poco perdiéndose por los jardines del lugar y miró la pantalla de su teléfono. Ella devolvió la llamada. "Hola".

Del otro lado de la línea, Karina su asistente le dijo. "Gloria, el inversionista está aquí, llegó de improviso y quiere verte".

Gloria checo la hora, eran casi las cinco de la tarde, suspiró cansada, no estaba preparada para volver a la casa y ver a la feliz pareja. "Está bien, arregla todo en un buen restaurante para la cena y mándame la dirección, lo veré ahí".

Colgó el teléfono y caminó hacia una pequeña casa donde ella vivía sola, Erick y Marina se la habían regalado de cumpleaños, ella vivía feliz ahí esperando a que David volviera.

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