Fernando la ayudó a subir al auto, colocó su cinturón acercándose mucho a ella, Keila a pesar de estar borracha olió la fragancia tan varonil del hombre y suspiró sintiéndose calmada. En el camino ella tarareaba la canción que Vicky cantó. Fernando sonreía al escucharla, tenía una voz muy dulce, ella lo miraba de vez en cuando regalándole una sonrisa tonta. Llegaron a la gran casa, Keila abrió la puerta del auto, Fernando la ayudó a bajar. "Gracias". Estaba un poco más sobria. Ella observó alrededor y giró para verlo y preguntar. "¿Cómo sabes que vivo aquí? No te lo dije". Fernando le regaló una coqueta sonrisa. "Cuando algo me interesa investigo todo". Ella ladeó la cabeza, sin comprender mucho sus palabras, pero estaba algo borracha así que no dijo más. “Bien”. Keila bostezó. Fernando se acercó acomodando algo de cabello detrás de su oreja y no perdió la oportunidad de rozar su mejilla. “Descansa”. La observó entrar a la casa, mandó un mensaje de texto y tuvo como respuesta… "L
Gloria camino por la calle todavía algo incrédula, observó un restaurante donde tenían pantallas en las paredes como entretenimiento, estaban pasando la noticia de la boda de David y Roberta, se quedó escuchando cada palabra, era la noticia del siglo, la familia Estrada era muy famosa y querida en la ciudad. Ella se alejó llegando hasta sus oficinas, su asistente la esperaba, observó el rostro pálido de Gloria y sacó su teléfono mandando un mensaje. Minutos después llegó Keila casi corriendo. "¿Dónde está?". La asistente le dijo. "Está encerrada en el laboratorio desde hace mucho". Keila asintió y entró al laboratorio. Observó como Gloria caminaba de un lado a otro leyendo informes y examinado pruebas en el microscopio después hablaba a su computadora que registraba su voz y conversaciones en el sistema. "Gloria". Ella sin girar la saludo. "Hola". Parecía muy tranquila, se acercó a su computadora tecleando y buscando. Keila se acercó. "¿Estás bien?". Gloria giró para sonreírl
Keila observó detenidamente al hombre, era muy guapo y sus ojos eran muy atrayentes, pero aun así ella estaba inquieta, era muy extraño y sentía que sus palabras eran muy vagas o mecánicas, era como hacer un negocio, algo que ella no deseaba. Miranda interrumpió al joven que seguía muy animado. "Nosotros no somos de una familia tan acomodada como ustedes, ¿Porque sé interesaría por mi hija?". Miranda sabía que si les interesaba un matrimonio por conveniencia sería su sobrina Mar hija de Erick y Marina la indicada, el estatus de ambos era casi igual, pero no podía creerlo, las personas estaban aquí, buscando que su hija se casara con su familia. Bernardo y Lola miraron a Fernando para que les explicara. Fernando desde su lugar sonrió explicándoles a todos en especial a Keila. "Me interesas Keila… Desde la primera vez que te vi sabía que eras perfecta para mí, soy Cirujano pediátrico, tengo una carrera exitosa y puedo darte una buena vida si decides casarte conmigo”. La forma en cóm
David con su voz cortante les dijo. "No la protegí lo suficiente, no merezco estar a su lado". Marina se acercó tratando de persuadirlo, tomó sus manos mirándolo. "Lo que pasó no fue tu culpa". Gloria se quedó estática de pie en la puerta sin comprender lo que estaban hablando. Marina tomó a su hijo del brazo mirándolo. "¿Cómo ibas a saber que pasaría todo eso?”. David con dolor le decía. "Ma, no trates de convencerme, conocerá a alguien y la hará feliz, yo no puedo hacerlo". Marina suspiró. "Creo que las cosas se podrían arreglar y explícale todo, Gloria te ama y te perdonará". Gloria aturdida gimió cubriéndose su boca. No entendía de qué hablaban, ¿Que había pasado? Ella no lo recordaba. Bajo la mirada tratando de recordar, en eso escuchó un ruido y giró su cabeza encontrándose con la mirada de Roberta, que estaba de pie cerca. Roberta camino hasta ella diciéndole. “Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas”. Gloria negaba con la cabeza, tenía muchas cosas que pen
Después de un rato sintió que ya había bebido demasiado, pero Gloria se negaba a dejarlo, le quitó el teléfono buscando a quien llamar, leyó el nombre de David, pero después de todo lo que pasó se negó a llamarlo, más abajo en la lista estaba el de Adrián, ella marcó. “Hola”. “Hola, soy Keila, amiga de Gloria”. Adrián giro a ver a su amigo que tomaba una copa con él. “Hola Keila ¿Por qué tienes el número de Gloria?”. Keila le explicó. “Veras… Gloria no está muy bien, no deja de beber”. Adrián se levantó del sillón dándole señas a su amigo que lo acompañara. “Estaré ahí en un rato”. Colgó y le dijo a Fernando. “Debo recoger a Gloria y Keila se quedará sola ¿Quieres venir?”. Fernando asintió levantándose para seguirlo. Adrián llamó al ama de llaves. “Saldré un rato, por favor cuida bien de ella”. “Sí señor, no se preocupe”. Adrián y Fernando salieron de la casa, llegaron al bar y fueron directo a la sala donde les dijo Keila. Al abrir la puerta, Keila sonrió. “Gracias por venir”.
Fernando volvió a declararse. “Me gustas Keila”. Ella se giró para verlo. “Me crié en una familia extraña, mis padres vivían de su trabajo y en viajes, fui criado por nanas y maestros, siempre di lo mejor de mí estudiando y trabajando duro, nunca tuve la oportunidad de tener novias o una relación con alguna chica, solo… encuentros casuales, pero nada serio y muchas de las veces era por que ellas me buscaban, yo no tenía que hacer nada, tú eres distinta, vienes de una buena familia unida, tienes un trabajo estable y me gusta tu dedicación de ayudar la gente, eso me beneficia aún más en mi carrera al tener una esposa como tú ”. Keila fue franca con él. “Puede parecer tonto, pero yo busco un amor inolvidable, algo así como un príncipe azul”. Ella se burló mirando de nuevo el paisaje. “Alguien que esté conmigo, que crezcamos juntos, tomarnos de la mano y caminar por la playa, que sea detallista, que me ame por mis defectos y virtudes y desee estar conmigo para siempre, que en algún mom
El tomó el vaso colocándolo en la mesita y rápidamente se acercó besándola ardientemente, empezó a desvestirla mientras ella luchaba con la camisa de John. La cargó mientras ella rodeaba su cadera con sus pies y seguía besándola, camino con ella hasta la habitación sin dejar de acariciarla, ella disfrutaba repitiendo su apodo. “John…” Tirándola en la cama se quedó de pie quitándose los pantalones, ella sonrió esperando a que el hombre subiera encima de ella. John la castigaba con besos y mordidas mientras le repetía. “Eres mía, no quiero a nadie más cerca de ti”. “Esos hombres…, aléjate de ellos”. Ella solo reía y disfrutaba la tortura. La allanó agresivamente y ella gritó, mientras él se movía se escuchaba sus gemidos en la habitación… Más tarde, ella se levantó, buscando su ropa. Él estaba recargado en la cabecera mirándola caminar desnuda por la habitación, le pidió. “Quédate”. Mar se giró para observar el pecho del hombre. “Sabes que no puedo, debo volver a la casa de mis pa
Estaba a punto de levantarla para hacerla eructar cuando Gloria se la pido. “¿Puedo?”. Adrián se la entregó, Gloria la ayudó y al final la arrullo para dormir de nuevo. “¿Cuántos meses tiene?”. Adrián acomodo las colchas de la cuna. “4 meses”. Gloria estaba asombrada. “Es muy reciente… Lo siento”. Adrián sonrió. “Estoy bien… Rubí y yo crecimos juntos nuestras familias eran muy unidas, el matrimonio entre nosotros era inevitable, siempre nos vimos como amigos y cuando nos casamos seguimos igual, ella era hermosa e inteligente, pero sabíamos qué entre nosotros no había eso a lo que se le llama amor, la familia nos presionó con casarnos y después tener hijos nadie contaba con que ella nos dejaría”. Adrián se levantó notando la interacción de ambas, iré a pedir algo de comer para ti”. El teléfono de Gloria sonó, ambos giraron a verlo y Adrián le contó. “Ha estado sonando desde temprano”. Gloria se acercó mirando el identificador era su madre, Marina. Ella levantó el rostro y