Transilvania, Reino de Hungría, Sacro Imperio Romano Germánico, año 1610 DC.
Sofía era una joven campesina inocente, que maldecía la hora en que fue enrolada como sirvienta en el Castillo Bathory. Contaba apenas 16 años, aunque no sabía su edad exacta, como no sabía leer ni escribir. Había trabajado durante cinco meses en el Castillo Bathory y ya había conocido el peor de los infiernos. Durante su estancia al servicio de la Señora Feudal había sido flagelada, quemada con tizones ardientes, golpeada, torturada, encadenada, azotada con picas espinosas y sometida a la lujuria sádica de su ama.
Es por esa razón que Sofía intentaba escapar desesperadamente de la demencia cruel de su ama, ahora que milagrosamente fue capaz de liberarse de sus cadenas gracias a que la falta de alimento la hizo enflaquecer lo suficiente como para que sus mu&nti
Como era usual, Astrid y el Dr. Krass se levantaban muy temprano, poco después del amanecer, y bajaron a desayunar, Tony por su parte dormía más tarde, usualmente hasta media mañana, y Saki seguía directo hasta el mediodía si no se le despertaba. Aquella segunda mañana que pasaban en el siglo XVII, Saki fue despertada a las diez de la mañana por un alboroto en la calle.La científica japonesa se asomó por la ventana de su habitación (en el segundo piso de la posada) y contempló como un grupo de gitanos eran expulsados del pueblo con violencia. El grupo consistía en una joven quinceañera, dos hombres adultos, una mujer adulta y una anciana quienes aparentemente habían llegado a comprar víveres y fueron sacados del pueblo con piedras y palos.—¡Pobre gente! —exclamó Saki.La anciana, como si hubiera escuchado lo
Habían pasado cuatro días desde que la Familia Karnstein enviara una carta a Viena solicitando la intervención del Imperio contra la Condesa Sangrienta después de haber escuchado las sórdidas historias relatadas por el Reverendo y los padres de Pola.Una siniestra carroza recorría los serpentinos senderos que se extendían a lo largo de las montañosas cordilleras de los Cárpatos, jalado por dos caballos que eran constantemente fustigados por el cochero para que apresuraran el paso. El vehículo parecía recorrer las enormes distancias a toda marcha con una premura frenética.Finalmente, el carruaje se detuvo una oscura tarde de cielo nublado en el centro de la aldea, y los caballos tuvieron un respiro. El carruaje negro crujió cuando una robusta figura emergió de él:Se trataba de un hombre fornido y alto, de casi dos metros, con una larga barb
Lugar desconocido, año 4332 D.C.La Esfera se había materializado en una extensa y exuberante zona boscosa al lado de la costa y rodeada por un archipiélago aparentemente igual de deshabitado. Hacía un clima tropical y soleado y las olas golpeaban la playa cercana.Recorrieron muchos metros buscando señales de vida o civilización, sin éxito, así que finalmente regresaron hasta donde había quedado la Esfera.—O esta zona es una especie de reserva biológica —especuló Saki— o estamos en alguna clase de futuro postapocalíptico en donde ya no hay seres humanos.—No tenemos forma de saberlo —declaró Tony.—¡Lo que nos faltaba! —rabió el Dr. Krass— quedar atrapados en un mundo desierto.—¡Ay no sea gruñón, Dr. Krass! —comentó Saki— nos ca
—Lamento la rudeza —dijo una voz femenina. El Dr. Krass salió de la inconsciencia percatándose que estaba en el suelo y abrió los ojos, encontrándose a una bella mujer de edad madura y cabello rojo frente a él. La mujer vestía un traje de látex negro y tenía una hermosura tan perfecta que estuvo boquiabierto un tiempo— no quise lastimarlo, pero los sistemas de defensa están programados para hacer eso.—¿Quién es usted?—Mi nombre es Mab.—¿Usted vive sola aquí?—No se deje engañar, soy una proyección holográfica, no soy una mujer real, pero sí soy una inteligencia artificial y mi labor es custodiar este lugar.—Habla mi lengua.—Puedo hablar todos los idiomas conocidos por la humanidad. Usted balbuceó algunas cosas cuando estaba inconsciente y así identifiqu
Los crononautas despertaron en lo que parecía ser la Alemania del siglo XX, más concretamente en los años ochentas. Se encontraban en medio de la ciudad de Berlín.—¿Dónde estamos? —preguntó Saki. La gente pasaba de lado y no parecían percibir su presencia.—Estamos conectados a los sistemas de realidad virtual de Mab, evidentemente —conjeturó Tony— nos está mostrando una nueva proyección. La pregunta es ¿por qué?—¿Es este un sueño provocado por esa bruja demonio? —preguntó Astrid.—Sí, algo así, es una forma de explicarlo —respondió Tony.—No es un sueño —corrigió el Dr. Krass— es un recuerdo. Un recuerdo mío más precisamente. En este edificio de apartamentos viví con mi esposa y mi hijo por muchos años
Norte de África, 1720—Estos beréberes fueron muy amables en ayudarnos —dijo el Dr. Krass quien, junto a los otros tres crononautas, viajaba sobre un camello atravesando las dunas del desierto africano. Les habían proporcionado ropa apta para el agreste y caluroso clima como turbantes y caftanes.Deambularon en la caravana beréber dejando una estela de huellas en la arena, hasta llegar al destino deseado; la ciudad de Melilla, en la costa rifeña cerca de Marruecos.Una vez allí se encontraron con un verdadero babel de pueblos y lenguas: árabes, beréberes, europeos, negros africanos y personas de todas las etnias comerciando y traficando en los grandes mercados de las plazoletas centrales. Se despidieron de los beréberes que les ayudaron y apartaron habitaciones en una posada local.—Estamos casi en bancarrota —le dijo Saki al Dr. Krass, tres días
—¡Yo soy un hombre libre! —gritaba Tony, pero sus alaridos eran ignorados por los esclavistas portugueses que le colocaban cadenas en sus muñecas y sus tobillos. Tony intentó resistirse solo para recibir un puñetazo en la cara. —¡Soy un hombre libre! —gruñó.Se encontraba lejos de Melilla, en la costa de Ceuta, donde sería embarcado junto a otros esclavos, como ganado, para ser llevado al Nuevo Mundo. Sus nuevos amos lo encontraron tan rebelde, que lo ataron a una viga en frente de los demás esclavos y lo azotaron con un pesado látigo que le desgarró la piel. En medio de gritos ensordecedores, Tony terminó susurrando, ya sin fuerzas: yo soy… un… hombre… libre…La noche cayó en el puerto de Melilla y el negrero árabe que había subastado a Astrid se sentaba en el suelo en la playa al lado de una fogata, junto a sus com
Port Rotal, Jamaica, Imperio Británico.La infame ciudad de los piratas había sufrido un terrible tsunami que mató a más de la mitad de la población en unos 20 años antes. Predicadores cristianos aseguraron que el hecho fue un castigo divino que buscaba destruir a una ciudad repleta de pecadores. Y aunque nunca se recuperó completamente de sus tiempos de gloria, Port Royal seguía siendo aún uno de los destinos favoritos de los piratas. La casi totalidad de la población estaba conformada por piratas, corsarios, bucaneros y prostitutas. Había un número indeterminable de tabernas y burdeles y el expendio de licor era mucho más frecuente que la venta de cualquier otro producto, incluyendo la comida.El barco de Calicó Jack y su tripulación atracó en el muelle, y pronto se difundieron entre la nutrida población de la ciudad port