NARRADORA En cuanto la puerta se cerró, Nathan se paró firmemente delante de Trinity, que solo miraba al suelo. El ambiente estaba tenso, rígido. Él sabía que ella estaba enojada, y le dolía tanto el corazón verla demacrada, tan vulnerable.Bajándose del jet privado, enseguida recibió la llamada de Juliana. Ella había hablado con otra trabajadora de la empresa de Haley.Se enteró de todo lo que le hicieron.La ira bullía en las venas de Nathan, estaba que veía en rojo. Ella debió sentirse tan humillada, devastada, sin apoyo.—Sé muy bien que eres inocente, nunca le harías eso a otra empleada —le dijo, intentando dar un paso adelante, pero Trinity dio un paso atrás y levantó sus ojos hinchados para mirarlo.Nathan frunció el ceño. La frialdad que desprendía su cuerpo, su actitud tan recelosa, le estaban preocupando demasiado.—Trinity, sé que estás furiosa. Lo que pasó fue horrible…—¿Qué sabes tú de lo que pasé? —le dijo con rabia. Sabía que no era su culpa, pero tanta impotencia
NARRADORA—Esto se trata del asunto del chantaje de Haley…—¡Esto se trata de que siempre soy yo la que salgo jodida en esta “cosa” que tenemos ambos! ¿Qué pasará cuando no puedan hacerme más daño a mí? ¡Irán a por mi hija!La atmósfera tensa se podía cortar con un cuchillo.Ambos enfrentados, llenos de pensamientos turbulentos, llenos de sus propias prioridades, los deseos de sus corazones y los intereses y sueños.—Te pregunto de nuevo, Nathan, ¿qué harás al respecto con tu madre? Ella sabe de lo nuestro, y es obvio que no me quiere. Tu preciado puesto de Alfa peligra. ¿Aun así, seguirás adelante o finalizamos aquí y ahora? Le dio un ultimátum.Nathan no quería… ¡Joder, no quería terminarlo! De solo pensar en separarse de ella, de no tenerla en su vida, ese agujero en el pecho que estaba logrando llenar se abría de nuevo.Blaze rugía dentro de su cabeza que no dejaría ir a su hembra, que si la alejaba lo haría pasar un infierno en la tierra.— Trinity, necesito tiempo. Las cosas n
NARRADORA—Ella… ella pidió un permiso para ausentarse por problemas médicos —la chica le respondió temblando, con la cabeza baja.—¿Problemas médicos? Je… ya veremos —Haley chasqueó la lengua con una risa sarcástica. Que esa mugrosa no pensara que se iba a librar tan fácil de todo lo que tenía hoy preparado.—¡Y ya deja de temblar, maldición! ¡Parece que alguien te va a comer! ¡Inútil! —caminó enojada hacia su oficina. Si algo odiaba, era a las débiles.Al menos en eso tenía que admitir que Miller tenía bastantes ovarios.Solo que Haley nunca se imaginó que la chica no temblaba por ella, sino por la persona dentro de su oficina.En cuanto la jefa abrió la puerta, se quedó rígida en el umbral al ver el rostro del hombre que la esperaba sentado detrás de su escritorio.—Pasa adelante y cierra la puerta —Nathan le dijo entre dientes, apenas aguantando la ira que sentía.Se había ido de la casa de Trinity hace un rato, casi la perdía y una de las culpables era esta víbora frente a él.
NARRADORAPor esa desgraciada, Nathan se había atrevido a tratarla así. No se lo perdonaría.Se levantó, aún con las piernas como gelatina, y tomó el móvil sobre el escritorio para marcar un número. La ira recorría sus venas.—Haley querida, ¿qué sucede? Necesitamos reunirnos para detallar qué hacer…—Su hijo ya sabe todo y vino a amenazarme en la oficina —interrumpió a Fiona groseramente. A estas alturas le daba lo mismo el protocolo.El silencio del otro lado del teléfono le indicó que la Luna tampoco sabía del regreso sorpresa de Nathan, mucho menos que se había enterado de sus maldades.—No le habrás dicho que yo estuve involucrada, ¿no?—No, pero si no me ayuda, Sra. Langford, puede que se me vaya un poco la lengua.—No tienes que amenazarme. Controla tu temperamento. Sé que estás preocupada y asombrada, por eso voy a dejar pasar estas formas tuyas, pero contrólate —Fiona le habló fríamente.Haley se dio cuenta de que no estaba siendo inteligente al desechar a su única aliada.
NATHANEscuchaba la charla casual de mi madre.Me preguntaba, asombrada, por qué había regresado tan repentinamente y dónde había estado.—Tuve unos negocios que atender. Todo quedó amarrado en Europa —le respondí fríamente, con ganas de decirle varias verdades.Me criaron en el respeto hacia mi Alfa y mi Luna, por mis padres, y siempre he tratado de mantenerlo, incluso con las arbitrariedades de mi padre.Sin embargo, con mi madre me dolía más, mucho más, porque sabía que ella lo hacía para ayudarme a conseguir el puesto de líder, pero sus acciones a mis espaldas me alejaban de ella y comenzaba a desconfiar de sus “buenas intenciones”.—¡¿Nathan, qué podía ser más importante que ese proyecto?! ¡Tu padre te lo confió sobre Logan, tú no…!—¿Me llamaste solo para eso? Estoy algo ocupado…—¡Espera! Espera, hijo, no me cuelgues. Bueno, no te enojes conmigo, caramba, qué malas pulgas —comenzó a querer suavizar las cosas.No sé si sospechaba que yo sabía que ella estaba involucrada en lo de
TRINITYDespués de arrastrarme hasta este barrio lleno de edificios modernos, de parques privados, porteros en cada entrada y un ambiente completamente de personas adineradas, Mónica me mostró este apartamento, que es más grande que nuestra casa… pasada.Y digo pasada porque, al final, accedí a vivir aquí. Siento que cada vez le debo más a Nathan. Dios, es que me está absorbiendo en su mundo de comodidades, donde todo se ve tan fácil.Mónica ha tenido que irse a trabajar, la niña en el colegio. Yo, ahora mismo, estoy desempleada. Decidí confiar en él y mandé la carta de renuncia pensando que Haley se opondría, incluso con algo de temor. Era obvio que tenía todo un sinfín de planes malévolos para joderme.Me asombró el hecho de que la desgraciada de Recursos Humanos me la aceptó sin problemas e, incluso, me pagaron el mes completo cuando solo trabajé la quincena. Sé que todo ha sido por la presión de Nathan.Aun así, vivo y muero con el susto de que la policía o Inmigración, no s
TRINITY Los tomo con los dedos un poco temblorosos. Él me acaricia cuando nuestras manos se juntan en la envoltura transparente del ramo. Siento mariposas revoloteando por todos lados. ¿Por qué este hombre puede echar abajo todas mis barreras de manera tan fácil? Es porque estoy enamorada. Estoy enamorada de Nathan Langford. —Pasa adelante —le digo en voz baja. Admito que estoy un poco nerviosa. ¡Qué tontería! Parezco colegiala por algunas galanterías. Es la falta de costumbre. —¿Te gustó el departamento? —me pregunta, pasando finalmente. Voy a la cocina a buscar dónde poner las flores. Él me ve desde la sala en este espacio abierto. —Sí, gracias, es muy hermoso y ya vi que incluso te buscaste una cómplice —le respondo poniendo los ojos en blanco. Dejando el ramo sobre la encimera y abriendo los closets llenos de vajillas que me dan hasta miedo tocar. Todo aquí es tan exquisito. —Los números para contactar con el mayordomo del edificio, el guardia de seguridad… to
TRINITYPosiblemente, tiene hasta ropa aquí y haciéndose el de «no subo el elevador si no me invitas»Voy a tomar agua bien fría del refri porque siento que me quemo por dentro. Abro y veo todos los comestibles. ¿Y si hago algo de comer? Ya es un poco tarde. En unas horas, James trae a Scarlett, aunque, de seguro, regresaremos a la casa hoy… no sé. ¡Diantres! Maldigo. No puedo concentrarme en nada. La braga empapada y mi mente calenturienta anhela esa cosota que se restregaba con mis nalgas.Ah, no. No, no. Es hora de mostrar quién es la que manda en esta casa.*****NATHAN—¡¿Estás demente?! ¡¿Por qué no montaste a nuestra hembra?! ¡Ella estaba receptiva, su coño estaba excitado! ¡Deberíamos haberla tomado! ¡La deseo!”Mi lobo me está rugiendo furioso, no ha parado de taladrarme el cerebro desde que tomé la estúpida decisión de parar."¡Estoy cansado de explicarte que deseo demostrarle que estoy dispuesto a ir más allá, que no solo es sexo! ¿No quedamos en eso? " le gruño un po