No pudo evitar ponerse nerviosa, Derek nunca la había invitado a cenar, y aunque la cena fuera en medio de la nada para ella era toda una vida de sueños haciéndose realidad. Corrió hasta su habitación, no había llevado nada que ponerse para una cena, es más cómo se vestía la gente para cenar en el bosque con un tipo como él. Así que hizo lo único que podía hacer en ese caso, llamó a su mejor amiga Tatis. —Me tienes que ayudar —gritó al teléfono en cuanto Tatiana respondió la llamada. —¿Qué pasa? ¿Está todo bien, Derek, le pasó algo? —Sí, todo está bien no te preocupes, tú hermano está perfectamente —la tranquilizó —la única emergencia es que Derek me ha invitado a cenar, —Ahhhhh, —grito —que emoción, por fin. Ese tonto ya se había tardado. Y entonces ¿Cuál es la emergencia? —Que no tengo nada que ponerme, no sé qué se usa en estos casos, una cena en medio del bosque, ¿Qué me pongo? —Tranquila, aquí estoy para ayudarte, dime que tienes disponible en la maleta. —Nada más que Jea
La plática fue de todo y nada, recuerdos de su infancia, sus metas del futuro, Derek quería ser parte de ese futuro y así se lo hizo saber.—Quiero estar contigo Liesel, quiero que me des la oportunidad que yo mismo me negué por idiota, quiero ser parte de tu vida y que tú seas parte de la mía. ¿Qué dices?—Yo… sí —esa fue toda su respuesta y no necesito más.—Entonces creo que es mi turno de tomar el postre.Derek sintió el temblor que sacudió el cuerpo de Liesel cuando la levantó de la silla, deslizó las manos por las costillas hasta depositarlas en la tentación de sus caderas. La anticipación volvió sus ojos oscuros, el lobo al acecho, expectante, él también había esperado demasiado por este momento. Derek la llevó lentamente, beso a beso desde el jardín hasta su rec&aac
Cuando Liesel despertó a la mañana siguiente, tenía el cuerpo todo dolorido, y su piel aún llevaba las marcas de la pasión, el interior de sus muslos estaba rojo por el roce de su barba, pero nunca antes se sintió tan feliz, podía morir en ese preciso momento y se iría con una sonrisa en los labios. Recuerdos de los besos, caricias y piernas entrelazadas invadieron su mente, y su cuerpo se estremeció al recordar lo sucedido y se ruborizó cuando una oleada de pasión inundó todo su ser. Así que dio gracias por estar sola en la habitación. Quería gritar de felicidad.Acababa de salir de la ducha cuando Derek entró, llevaba puesto unos pantalones de mezclilla y una playera blanca, iba descalzo con el cabello alborotado, y aun así lucía como el hombre más sexi que ella había visto jamás. «¿Cómo carajo era eso posible?»Derek traía una bandeja llena de cosas deliciosas, su estómago gruño de hambre cuando inhalo el olor de los alimentos, pero sobre todo del café recién hecho. Él colocó la
Liesel estaba agotada, los días y sobre todo las noches al lado de Derek eran peor que hacer pesas en el gimnasio, aun así, no cambiaría esos días a su lado por nada en el mundo.Se había vuelto parte de la rutina diaria, despertar hasta media mañana, y desayunar juntos después de que él regresara de supervisar los puestos de vigilancia. Liesel había preguntado la noche anterior sobre cuánto tiempo más debían permanecer en la cabaña.—Mientras estés conmigo y sobre todo en mi cama, yo puedo quedarme aquí para toda la vida. —Derek se acercó a ella y colocó una mano sobre su mejilla para atraerla hacia él y besarla, por dios nunca se cansaba de besarla.Liesel se había estremecido de felicidad, pero pensar en “toda la vida” era algo muy relativo, ya que la vida de ella no iba a durar por mucho tiempo más. Había estado escondiendo unos dolores de cabeza que habían comenzado después del incidente con Jake, para no empañar esa nueva felicidad, pero cada vez eran más recurrentes, era como
Derek y Natasha llegaron al lugar que habían visto en el satélite durante la vigilancia, encontraron restos de personas ahí, pero nada que les proporcionará una información clara y contundente de que podía ser gente de La Hermandad.—Tienen que ser ellos, ¿Quién más?—Yo creo que tienes un informante en la casa, —la confesión de Natasha lo dejó perplejo —él había certificado a esos hombres, y le dolería saber que lo habían traicionado a él, pero sobre todo a la manda.Derek dio la orden de regresar a la casa, de ser ciertas las sospechas de Nat, Liesel ya no estaba segura en ese lugar.Lo primero que hizo al llegar fue ir hasta la recámara, se sorprendió al no encontrar las pertenencias de Liesel en la habitación que habían compartido, así que se dirigió a su antiguo dormito
Derek fue de tras de ella una vez más, pero en esta ocasión, dejó que su lobo se hiciera cargo, ya se había cansado de jugar limpio en esta persecución, Liesel sería cazada por un lobo alpha que no se encontraba de muy buen humor después de haberla perseguido por toda la montaña con ya amenaza sobre la cabeza de su mujer.Liesel corrió tan rápido como se lo permitían sus pies, pero estaba fatigada y hambrienta, pero, sobre todo, ya no tenía el ánimo para seguir luchando. Callo de rodillas y dejó que todo el cúmulo de sentimientos que la estaban intoxicando fluyera fuera de ella.Grito y lloró, lloro y grito y siguió llorando, debía sacarlo de su sistema a como diera lugar, se negaba a pasar sus últimos días sufriendo por un amor que nunca tuvo razón de ser.Derek la escuchó gri
Derek logró sostenerla antes de que Liesel cayera al suelo, por muy poco, su cuerpo también estaba débil, no obstante, sacó fuerzas para llevarla en brazos hasta el coche.—Vámonos de aquí.Natasha ordenó a los soldados una rápida toma de fotografías de la escena, lo que veían sus ojos no era algo normal.—Llama a Liam, necesitamos esa extracción lo más pronto posible y que avise a Müller que esté preparado para llevar a Liesel a la clínica.—¿Y tú?—Podrás curarme en cuanto lleguemos, la que me preocupa ahora es Liesel, cómo carajos es que pudo hacer eso.—Tendríamos que preguntarles a los científicos de La Hermandad, de seguro ellos tienen la respuesta, y tal vez sea por eso que ahora la quieran.—Tu teoría, por disparatada que suena, me pare
Los ojos de Derek eran los de un hombre desesperado, afligido por hacerla entender que ella era su todo, el centro de su universo.Liesel estaba hecha un ovillo en una de las esquinas de la cama, intentando acallar su corazón errante, e intentando disimular el ardiente fluido entre sus piernas, que era ambrosía para su alma.Derek se había colocado en la esquina más alejada, dándole espacio para que estuviera tranquila, él jamás la tocaría sin su consentimiento.—Puedo olerte Liesel, puedo oler el dulce néctar de tu deseo por mí; me siento abrumado por la desesperación con que te ansío y sé que tú sientes lo mismo, me lo dice el latido de tu corazón y tú aroma cargado de seducción imposible de olvidar.Algo dentro de la mente de Liesel hizo clic y encajó las palabras de Derek con toda