«¿Qué diablos acababa de pasar?, ¿Acaso Derek se molestó porqué ella no aceptó su insinuación? Que infantil o que tonta, solo el tiempo le daría la respuesta»
El día le parecía tan largo y extrañamente agotador. Decidió que no iba a pensar más sobre eso así que después de asearse, se acostó a dormir, mañana pintaba como un día por completo interesante.
En su recámara Derek no estaba molesto, solo frustrado y no con Liesel sino con él y sobre todo con su monstruo, las cosas no podían ser tan fáciles, un par de palabras bonitas después de desaparecer por días y una insinuación terrible no harían que Liesel cayera a sus pies. Ella necesitaba más, y él acostumbrado a lo fácil no estaba del todo seguro en cómo tratarla, pero se
Derek la tomó por la cintura, acercándola a su cuerpo, y la colocó frente a él; Liesel contuvo el aliento mientras los labios de Derek se iban acercando. Cuando él tocó su piel con los labios no fue para besarla, por lo menos no en la boca, Derek fue depositando una estela de tiernos besos desde las comisuras de su boca, bajando hasta su cuello. Sus manos también la recorrían con presteza, a Liesel se le puso la piel de gallina cuando Derek fue bajando su mano por la espina dorsal hasta llegar a la dulce redondez de sus nalgas, la respiración se le agito y no pudo evitar echar los brazos alrededor de su cuello.Finalmente, los labios de Derek se posaron sobre los suyos, para ese entonces ella ya no estaba segura de nada, solo quería que él siguiera tocándola, besándola con esa maestría con que la besaba.Cuando Derek vio la respuesta de
Por un breve instante se limitó a observarlo, la perfección hecha hombre, los músculos bien marcados de su cuerpo pétreo, lo hacían parecer un dios griego. Derek poseía un cuerpo atlético, pero a la vez tenía una agilidad y fuerza que la sorprendía. Su rostro parecía cincelado, sus labios no muy gruesos, pero bien marcados, la habían besado con avaricia, y por donde sus manos la habían tocado dejaban una estela de fuego que solo la hacían desearlo más.—¿Por qué estás tan nerviosa? —La sacó de sus pensamientos.—No lo estoy.—Pues lo pareces. —insistió, la sonrisa seductora no abandonó sus labios.—Te aseguro que no es así. —Mintió, y se mantuvo firme mientras sostenía su penetrante mirada.—Puedo olerte Liesel, —acerc&oacu
Liesel aprovechó que Derek había tenido que revisar algo sobre una situación en el perímetro para llamar a Jacob. Marcó el número y esperó a que su amigo respondiera.Jacob atendió la llamada luego del segundo timbre, estaba que no se lo podía creer.—¿Liesel, eres tú? —se notaba la ansiedad en su voz.—Hola Jacob. —Y, por el contrario, ella se sentía algo tímida, no había hablado con él desde que se fue, con todas las prisas hacía casi un mes.—Cariño que gusto saber de ti, he deseado tanto tener noticias tuyas, y escucharte es magnífico.—A mí también me alegra escuchar tu voz y saber de ti.—Te he extrañado como no tienes idea. —La melancolía de su voz fue algo que no pasó desapercibido para Liesel, que se iba sintiendo
Tenía remordimiento por engañar a Jacob, pero debía recordar que sus días estaban contados y no precisamente por los secuestradores, el problema en su corazón tenía corriendo el reloj marcha atrás desde su nacimiento. Debía tomar una decisión, hacer realidad su más grande anheló o respetar la palabra dada a Jacob. Se suponía que la decisión debía ser fácil, pero a Liesel le costaba engañar y sobre todo herir a las personas que apreciaba, de primera mano sabía lo que ese tipo de dolor podría causar.Después de pensarlo, llegó a una decisión, nadie viviría su vida ella y nadie moriría en su lugar, así que por más que le causará pesar por Jake, en esta ocasión iba a seguir a su corazón.Busco a Derek y lo encontró en el centro de video vigilancia.—¿Necesitas algo?—Yo… ¿Estás ocupado? —aún no sabía que iba a decirle.—¿Es urgente?—No —se apresuró a responder —Dame un par de minutos y enseguida estoy contigo, de acuerdo.—Te espero en el jardín.—Enseguida estoy contigo.Liesel nunca
La mirada de Derek reflejaba su preocupación por Liesel, tan importante era lo que ella quería decirle y no se atrevía, acaso le tenía miedo.—¿Estás bien? —preguntó tan pronto hizo la conexión —puedes decirme lo que sea Liesel no voy a molestarme.—Yo quiero… quiero… no puedo Derek, no puedo —Liesel se zafó de su abrazo y se alejó de él.—Oye, nada puede ser tan malo para no querer contarme, puedes confiar en mí.—Tengo miedo —respondió sincera.—No tienes por qué tenerlo, vamos cuéntame y verás cómo después de eso te sientes mejor.Liesel inhaló y exhaló un par de veces intentando calmarse. Estaba por dar un paso decisivo y que cambiaría su vida para siempre.—Yo… quiero intentarlo.—¿Qué? —no es que no la hubiera escuchado es que no se lo creía. Derek tardó dos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo, cruzó la distancia que los separaba y la todo en sus brazos, se demoró otros tantos segundos es mirarla a los ojos y acariciar su mejilla, le dedicó una de esas sonrisas que a Li
Derek sacudió la cabeza, no se dijo no la tomaría aún, quería que la tensión creciera un poco más, pero lo que si podía hacer era acariciarla, hacerla disfrutar con su boca, con sus manos que fuera un preámbulo para que Liesel supiera lo que le esperara cuando ellos hicieran el amor, cuando por fin su cuerpo penetrara la suavidad y la calidez de su carne.Derek tocó la carne humedecida antes de introducir un dedo en la oscuridad de su cuerpo, la escuchó gemir al sentir la intromisión. Ella estaba apretada «oh, dios» él se imaginó cómo sería cuando fuera su miembro el que se abriera paso por ese oscuro túnel y casi es él quien termina corriéndose. Sacudió la cabeza para alejar la imagen que se instaló en su cabeza y comenzó a mover dentro y fuera el dedo que estaba dentro de ella mientras seguía mord
Al escuchar su voz, su cuerpo se relajó, sabía que con Derek estaba segura, y solo entonces se dio cuenta hasta qué punto había llegado a confiar en él, y eso la asustó un poco.—¿Qué estás haciendo aquí?Derek ignoró su pregunta por qué estaba molesto con ella, por estar afuera de la casa, exponiéndose.—Creo que eres tú quien debe responder eso. —Derek se cruzó de brazos esperando la respuesta de ella, no estaba nada contento con que Liesel hubiera salido de la casa en medio del ataque.—No estabas, así que…—Decidiste desobedecerme, así de simple, todo lo que hacemos para mantenerte segura y tú qué haces, sales de la casa y te expones —la interrumpió, estaba realmente molesto.—Yo no…—Regresa a la casa Liesel.—¡N
Ahí estaba de nuevo, la sensualidad de su voz, el deseo de sus ojos. «Oh joder, estaba frita, cómo resistirse a todo esto», ella lo miro de arriba abajo, debía ser fuerte y no caer tan fácil en la tentación, su infierno personal aquí y ahora.—Vamos Liesel, discúlpame por favor, no fue mi intención, no creí ni una sola de las cosas que pude haber insinuado fui un estúpido, pero en mi defensa soy un neófito en esto de tener celos.—Bienvenido a mi mundo Steiger.—Como odio que me llames así, ya lo sabes.—La costumbre —le sonrió —ya lo sabes.Con cada palabra Derek se fue acercando un poco cada vez, hasta que por fin estaba frente a frente.—Lamento mucho todo lo sucedido, lo que dije, lo que no dije, pero, sobre todo, lamento mucho si te hice sufrir, nunca es ni será mi intenci&oacut