Como un acto reflejo Derek salió disparado hacia la posición de Liesel, ella era suya y ese mal nacido no tenía derecho a tocarla como lo estaba haciendo. Quien se creía que era para tocar así a su mujer, para abrazarla y susurrarle quien sabe que sarta de estupideces al oído.
La expresión dura de su cara alertó a su hermana y a Liam de que Derek estaba fuera de sí.
—Calma ese cólera hermano.
—Sal de mi camino.
—Derek, detente aquí.
—Pero es que ella…
—Ella está bailando con un hombre que sí le presta atención, que no juega a jueguitos de estira y afloja, que no se hace el macho orgulloso y arrogante, y que la puede hacer feliz.
—Pero si apenas lo conoce.
Tatiana río y él solo pudo contemplarla. Acaso Liesel y ese hombre… No quería ni imaginarlo. Tal vez era un
Al volver a casa, Liesel se encontró con la noticia de que Derek les envió una invitación con motivo a su festejo de cumpleaños número 32.«Vaya que le siguen gustando los eventos aburridos y estirados, —pensó para sí misma. —Si fuera yo estaría divirtiéndome en una isla del caribe»—No iré. —Soltó de lo más despreocupada, después de haber visto la invitación que le extendió su madre.—Pero Liesel, los Von Steiger son socios y amigos de la familia desde hace muchos años y su hermana es tu mejor amiga.—No me importa mamá, no voy a ir a esa fiesta. —Se cruzó de brazos.—Tendrás que hacerlo.—No. No iré porque no estaré aquí para ese día.—Liesel, no puedes irte.—Mamá, yo no quiero
Derek iba distraído rumbo a la casa de su madre, ver a Liesel con otro hombre que representara una verdadera amenaza en alejarla para siempre de su lado lo tenía pensativo y preocupado; y Grace era la única capaz de calmarlo en un momento como ese. «No podía perderla, no iba a perderla» Tanto era su apatía que estuvo a punto de pasar desapercibido el vehículo deportivo color blanco que estaba estacionado en el lateral de la calle; frenó en seco en cuanto lo reconoció. «¿Qué carajos estaba haciendo ella ahí?» Se bajó del auto furioso, estaba dispuesto a gritarle un par de cosas, estaba molesto con ella por atreverse siquiera a intentar olvidarlo, desechar lo que fuera que tenían, pero cuando se acercó al vehículo sus instintos más primitivos se pusieron en alerta. Liesel parecía… ¿dormida?, pero eso no podía ser, la situación se estaba poniendo de lo más extraño. Golpeó la ventanilla y no obtuvo respuesta, intentó abrir la puerta, pero tampoco funcionó, tenía colocado el seguro. —
Habían pasado dos días desde que Derek encontrará a Liesel desmayada dentro de su auto, habían sido los dos días más largos desde que tuviese memoria.Liesel había sido ingresada en la muy privada clínica del Dr. Müller, y se encontraba en un área restringida de la clínica, a la cual solo tenían acceso unos cuantos enfermeros y otro doctor, todos de la más alta confianza de George.—Estas hecho un asco, —soltó Tatiana —tienes labarba crecida, el cabello despeinado, ¿has comido algo? —en ocasiones no tenía reparo en decir las cosas, pero era porque le importaba su familia; se acercó a él y lo olió, —creo que apestas Derek, a ella no le gustará verte en este estado de abandono.Derek no respondió, se limitó a mirar a Tatiana fijamente hasta que ella decidiera
—De qué demonios estás hablando Steiger, por favor explícate que no te entiendo. —Liesel no quería creer en las palabras de Derek, no podía ser verdad, cómo es que él decía amarla, así de pronto.—No hay mucho que explicar Liesel, es solo que ya no estoy dispuesto a alejarme de ti nunca más.—Así de pronto dices… ¿Qué? ¿amarme? No creo que eso sea verdad—No es de pronto Liesel, te he amado desde siempre, desde la primera vez que te vi en el jardín de mi casa, parecías un ángel esa noche, desde la fiesta de mi cumpleaños, recuerdas… te he amado desde entonces. —Derek se acercó hasta ella y tiernamente colocó un mechón de cabello detrás de su oído.Días antes Liesel hubiera estallado de felicidad, por cuánto tiempo esper&
Dos días después de que Derek visitará a Liesel en el hospital, y que este le declarara su supuesto “amor”, fue dada de alta, el tiempo que pasó en el nosocomio le pareció eterno, estaba harta de estar ahí y solo quería irse a casa. En parte se sentía un poco desilusionada porque muy en el fondo esperaba ver de nuevo a Derek, pero él no había regresado y tal vez fuese mejor así, las cosas como eran, no más engaños ni desilusiones.La recomendación del doctor fue que siguiera descansando. Pero cómo podía perder el tiempo descansando, cuando tiempo era lo que menos tenía. Sentía que su fin estaba cerca y que por eso su madre se atrevió a contarle a Derek sobre su enfermedad, ni, aun cuando estuviera moribunda hubiese querido que él se enterara, prefería su desprecio antes de su lástima, porque ahora estaba má
Jacob llegó puntual a la hora en la que quedó de pasar por Liesel para ir a la fiesta, cuando la vio bajar por la escalera, se le iluminó el rostro, estaba hermosa con ese vestido, y le pareció más hermosa cuando le sonrió. Estaba seguro de que sería la envidia de muchos esta noche.Derek vio llegar a los Dunham, esperaba con ansias ver de nuevo a Liesel, no se había vuelto a acercar a ella desde que estuvo con ella en el hospital, le estaba dando tiempo, no quería presionarla; pero cuando no vio a Liesel con ellos… no quiso hacerse ideas erróneas, era mejor preguntar, así que se dirigió hasta ellos.—Buenas noches.—Oh, Derek. Buenas noches —respondió Lysa girándose, —muchas felicidades hijo, te deseo una larga vida y la mayor felicidad —lo abrazo.—Gracias. ¿Vienen solos? —Pregunto como n
Liesel intentó salir del sanitario, no debía quedarse a solas con él, no podía. Pero Derek bloqueó la puerta con su cuerpo impidiéndole salir. En una batalla cuerpo a cuerpo, era evidente que ella saldría perdiendo.—No quiero hablar contigo, así que déjame en paz. —No quería mirarlo. Así que lo evito.—Necesitamos hablar Liesel.—Tú lo necesitas, no yo.—Mírame… Liesel mírame —levantó su barbilla para instarla a verlo a los ojos. Cuando ella le regresó la mirada, solo pudo ver ira en los hermosos ojos verdes que lo atormentaban. Sin decir nada más Derek se hizo a un lado dejando la salida libre.Liesel tomó la oportunidad que se le presentó y salió casi corriendo, se había llenado de coraje al sentirse avasallada por Steiger, por querer imponerse.Cuando
Liesel no daba crédito de la situación, hasta donde llegaría su familia por hacerla feliz en sus últimos días de vida, porque si estaban armando todo este teatro, era porque a ella ya no le quedaba mucho tiempo.—¿No dices nada?—¿Qué quieres que te diga?—Que tú también me amas sería un buen comienzo de algo.—Hay por favor no seas pretencioso —se negaba a creer en sus palabras, no podía permitir que Steiger le endulzara el oído y caer rendida ante una mentira.—Yo sé que me amas Liesel, que me has amado desde siempre.Ambos guardaron silencio por un instante, tanto que pareció eterno.—Te amaba… —respondió al fin, una pausa antes de decir la mayor de las mentiras; pero de no hacerlo dejaría a su pobre y tierno corazón enamorado, listo para ser devor