Derek iba distraído rumbo a la casa de su madre, ver a Liesel con otro hombre que representara una verdadera amenaza en alejarla para siempre de su lado lo tenía pensativo y preocupado; y Grace era la única capaz de calmarlo en un momento como ese.
«No podía perderla, no iba a perderla»
Tanto era su apatía que estuvo a punto de pasar desapercibido el vehículo deportivo color blanco que estaba estacionado en el lateral de la calle; frenó en seco en cuanto lo reconoció.
«¿Qué carajos estaba haciendo ella ahí?»
Se bajó del auto furioso, estaba dispuesto a gritarle un par de cosas, estaba molesto con ella por atreverse siquiera a intentar olvidarlo, desechar lo que fuera que tenían, pero cuando se acercó al vehículo sus instintos más primitivos se pusieron en alerta.
Liesel parecía… ¿
Ella malinterpretó sus palabras, para nada Derek intentaba burlarse de ella. Sino todo lo contrario, era la decisión que él acababa de tomar. No la iba a dejar escapar, no esta vez, basta ya de ser hacerse el bueno cuando su naturaleza era completamente salvaje, un monstruo que con derechos o no reclamará a Liesel como su mujer, porque ella era la única a la que él había querido siempre.Derek quiso gruñir de pura satisfacción, ella estaba alterada, él la afectaba casi tanto como ella a él, todavía tenía oportunidad. El celular de Liesel comenzó a sonar sacándolos a ambos de su pequeña lucha de miradas. La de Liesel fría y la de Derek, decidida. Muy decidida.—¿Si?—Liesel, ¿estás lista?—Sí. Te veo en la recepción.—¿Vas a salir con Tatiana?—Eso no es de tu incumbencia Steiger.—Como quieras.Para sorpresa de Liesel, Derek le sonrió como nunca antes lo había hecho. Ese simple hecho hizo que su corazón dejara de latir unos segundos para después hacerlo como si acabase de correr un m
Liam estaba un tanto ansioso, el vehículo había dejado de pasar frente al restaurante, pero casi estaba seguro de que los habían mirado, para nada quería involucrar a Liesel y Tatiana, ellas eran inocentes en todo esto.—¿Cariño estás bien?—Sí, solo que he recordado que no mande unos informes a los japoneses, me temo que tendré que volver a la oficina.—¿Qué, de verdad?, ese informe no puede esperar hasta el lunes.—No, cielo. El cambio de horario no me lo permite.—Liam, pero si lo estamos pasando tan bien. —Lo tomo de las manos.—Lo sé, pero trabajo es trabajo. —Liam se puso de pie, no podía permitir que las chicas estuvieran expuestas de esa manera.—Te odio —Tatiana se puso de pie mientras hacía pucheros a su novio, en clara señal de disgusto. «¿Có
Poco más de veinticuatro horas habían pasado desde que Derek la dejara en la puerta de su casa ese viernes por la noche que para nada fue lo divertido que ella esperaba, tener a Derek dentro de su espacio personal no era llamase un fin de semana relajado.Liesel tenía ganas de salir, la noche anterior se habían frustrado sus planes por el energúmeno de Steiger, así que de nueva cuenta llamó a Tatis.—Hola, dime que por favor no tienes planes de solo Liam y tú esta noche.—No, ¿Por?—Quiero salir, ir a bailar y pasarla bien ¿es acaso mucho pedir?—Estás en todo tu derecho amiga.—¿Entonces?—Me apunto y Liam también.—Ok, pero Tatis no se te ocurre incluir a tu simpático hermano en los planes de acuerdo.Tatiana se echó a reír, sabía que Liesel aún segu&iac
Como un acto reflejo Derek salió disparado hacia la posición de Liesel, ella era suya y ese mal nacido no tenía derecho a tocarla como lo estaba haciendo. Quien se creía que era para tocar así a su mujer, para abrazarla y susurrarle quien sabe que sarta de estupideces al oído.La expresión dura de su cara alertó a su hermana y a Liam de que Derek estaba fuera de sí.—Calma ese cólera hermano.—Sal de mi camino.—Derek, detente aquí.—Pero es que ella…—Ella está bailando con un hombre que sí le presta atención, que no juega a jueguitos de estira y afloja, que no se hace el macho orgulloso y arrogante, y que la puede hacer feliz.—Pero si apenas lo conoce.Tatiana río y él solo pudo contemplarla. Acaso Liesel y ese hombre… No quería ni imaginarlo. Tal vez era un
Al volver a casa, Liesel se encontró con la noticia de que Derek les envió una invitación con motivo a su festejo de cumpleaños número 32.«Vaya que le siguen gustando los eventos aburridos y estirados, —pensó para sí misma. —Si fuera yo estaría divirtiéndome en una isla del caribe»—No iré. —Soltó de lo más despreocupada, después de haber visto la invitación que le extendió su madre.—Pero Liesel, los Von Steiger son socios y amigos de la familia desde hace muchos años y su hermana es tu mejor amiga.—No me importa mamá, no voy a ir a esa fiesta. —Se cruzó de brazos.—Tendrás que hacerlo.—No. No iré porque no estaré aquí para ese día.—Liesel, no puedes irte.—Mamá, yo no quiero
Derek iba distraído rumbo a la casa de su madre, ver a Liesel con otro hombre que representara una verdadera amenaza en alejarla para siempre de su lado lo tenía pensativo y preocupado; y Grace era la única capaz de calmarlo en un momento como ese. «No podía perderla, no iba a perderla» Tanto era su apatía que estuvo a punto de pasar desapercibido el vehículo deportivo color blanco que estaba estacionado en el lateral de la calle; frenó en seco en cuanto lo reconoció. «¿Qué carajos estaba haciendo ella ahí?» Se bajó del auto furioso, estaba dispuesto a gritarle un par de cosas, estaba molesto con ella por atreverse siquiera a intentar olvidarlo, desechar lo que fuera que tenían, pero cuando se acercó al vehículo sus instintos más primitivos se pusieron en alerta. Liesel parecía… ¿dormida?, pero eso no podía ser, la situación se estaba poniendo de lo más extraño. Golpeó la ventanilla y no obtuvo respuesta, intentó abrir la puerta, pero tampoco funcionó, tenía colocado el seguro. —
Habían pasado dos días desde que Derek encontrará a Liesel desmayada dentro de su auto, habían sido los dos días más largos desde que tuviese memoria.Liesel había sido ingresada en la muy privada clínica del Dr. Müller, y se encontraba en un área restringida de la clínica, a la cual solo tenían acceso unos cuantos enfermeros y otro doctor, todos de la más alta confianza de George.—Estas hecho un asco, —soltó Tatiana —tienes labarba crecida, el cabello despeinado, ¿has comido algo? —en ocasiones no tenía reparo en decir las cosas, pero era porque le importaba su familia; se acercó a él y lo olió, —creo que apestas Derek, a ella no le gustará verte en este estado de abandono.Derek no respondió, se limitó a mirar a Tatiana fijamente hasta que ella decidiera
—De qué demonios estás hablando Steiger, por favor explícate que no te entiendo. —Liesel no quería creer en las palabras de Derek, no podía ser verdad, cómo es que él decía amarla, así de pronto.—No hay mucho que explicar Liesel, es solo que ya no estoy dispuesto a alejarme de ti nunca más.—Así de pronto dices… ¿Qué? ¿amarme? No creo que eso sea verdad—No es de pronto Liesel, te he amado desde siempre, desde la primera vez que te vi en el jardín de mi casa, parecías un ángel esa noche, desde la fiesta de mi cumpleaños, recuerdas… te he amado desde entonces. —Derek se acercó hasta ella y tiernamente colocó un mechón de cabello detrás de su oído.Días antes Liesel hubiera estallado de felicidad, por cuánto tiempo esper&