Derek ayudó a Liesel a subir al coche, pero no lo hacía solo por su buena educación, la verdadera razón era porque no podía mantener sus manos alejadas de su cuerpo.
—Te apetece ir a cenar o prefieres hacer otra cosa.
—¿Qué tienes en mente?
A él se le ocurrían muchas cosas y sobre todo muchas posiciones sobre lo hacer esa noche. Así que solo le dedico una sonrisa maliciosa llena de intención.
—Creo que me gusta más tu idea —Liesel había captado su indirecta.
Derek manejó hasta su apartamento y subieron hasta el penthouse, sus intenciones no eran llevarla a su casa sino ir a cenar así que no tenía nada preparado.
—Se te olvida que soy Cheff.
—Para nada.
—Déjame ver qué puedo hacer con lo que tienes —Liesel dejó su bolso de diseñador en la
Las sensaciones palpitaron por su cuerpo y reclamaron una liberación. Comenzó a rotar las caderas mientras él la acariciaba, extendiendo las piernas para experimentar mejor el poder de su hábil contacto.—Dios —murmuró él.Liesel volvió a adelantar los pechos, pero se echó para atrás en el instante en que los labios de él los tocaban. Derek gimió como un animal y le lanzó una mirada que rodeaba lo pecaminoso.—Eh —murmuró, la boca abierta buscando todavía el pezón. —No es justo…—Las damas primero —replicó ella de forma casi inaudible.Era delicioso y decadente tener ese control. Ponerse en primer lugar.Se masajeó los dos senos, observándolo mirarla, al tiempo que rotaba las caderas más deprisa contra la mano de Derek a medida que unas sensac
Liesel se separó de Derek, y fue a sentarse frente a él; necesitaba mirarlo a los ojos y ver la expresión en ellos mientras le contaba todo lo que sucedió mientras estuvo en la Hermandad.—Mi tiempo en el laboratorio fue lo más terrible que recuerdo haber experimentado nunca, aún no tengo todos los recuerdos de mi vida pasada, pero dudo que me hubiera sucedido algo más terrible que eso.Derek se tuvo que morder los labios para no decirle, para no contarle sobre la pérdida de su hijo.—No recuerdo cómo fue que llegue ahí, así que, si tú lo sabes, te agradecería que me lo contarás, tampoco recuerdo los primeros días dentro de ese lugar.Derek le contó que ellos tuvieron una diferencia mientras estaban cenando en un restaurante de la ciudad y que ella salió corriendo.&
Era una mañana gris y fría para los inicios del otoño, una leve llovizna hacía que el clima fuera hasta un poco lúgubre. Liesel se había cambiado con la ropa de la noche anterior y Derek se preparó para el trabajo, con su habitual traje echo a medida de color gris Oxford.—Estarás bien con eso —quiso saber Derek, ya que ella estaba poco abrigada para el clima que esperaba fuera del apartamento.—Solo es un poco de viento y agua —respondió restándole importancia.Eso le recordó a él sobre la plática que habían tenido está mañana. Ambos subieron al coche y Derek la llevó hasta su casa.—¿Te veo está noche?Ella lo pensó un par de veces antes de responder.—Está bien.Liesel bajó del carro sin decir nada más, sin siquiera un fr&iacu
Derek no podía creer lo que estaba pasando, durante mucho tiempo deseo que ella lo olvidara, que lo alejara de su vida para siempre, que incluso buscara a alguien más para que pudiera ser feliz, pero ahora que estaba sucediendo precisamente eso, que él tanto había querido, era como si el mundo se le venía encima. Él intentó convencerla, hacerle ver que ellos eran el uno para el otro, pero Liesel ya había tomado una decisión.A Liesel se le estaba rompiendo el corazón, y en partida doble porque, por un lado, la angustia que le provocaba la separación del hombre de ojos negros, aunado al sufrimiento que le estaba causando a él, le dolía más que su propio dolor. No se lo merecía, no era justo que ella lo hiciera pasar por eso, ella menos que nadie debía causarle tal dolor, pero lo hacía por su bien, por su seguridad, no podía exponerlo a que
Derek decidió que llenaría su tiempo entre el trabajo de la empresa, la manada y la reunión de los clanes, con eso apenas si tenía algo de tiempo para dormir, aunado a eso la búsqueda de Gerónimo D'angelo no había cesado, y así entre un parpadeo y el siguiente hacía casi dos meses que no tenía noticias de Liesel.Ese día tenía iba a ser la reunión de los clanes, así que solo fue a la oficina para firmar unos papeles, había un vuelo que debía tomar si quería llegar a tiempo. Estaba por irse cuando llegó su hermana.—Qué bueno que te veo, sabía que aquí te podía encontrar.—Ahora no Tatiana, no tengo tiempo.—Ni siquiera si se trata de Liesel.Derek se detuvo un poco pero el tiempo apremiaba, esa reunión también era importante
Uno a uno los alphas de las manadas dominantes se pusieron de pie y votaron a favor, en otro momento habría resultado hasta cómico que las manadas más vulnerables fueran las que aún no tomaban la decisión.—¿Y ustedes? —Derek quería conocer la razón de la negativa, eran los más vulnerables para ser cazados por la Hermandad y ahora se negaban a recibir el apoyo que esta unión les ofrecía.—Nosotros —el alpha de las ratas fue el que dio la cara por los demás —Derek, tienes que entender.—Que carajos quieres que entienda Enzo, pretendes que me quede con los brazos cruzados o que les dé la espalda cuando los centinelas vengan por ustedes.—No es eso.—¿Entonces qué es?—Cualquiera de ustedes son el premio mayor para la Hermandad, si nos asociamos en el sentido que sea, vendrán por n
Derek estaba molesto. Molesto con la situación que había permitido que se le fuera de las manos, con Liesel por ser tan terca al querer mantenerse alejada de su lado, pero sobre todo con él, por haber esperado demasiado para hacer su reclamo. Él era Derek Von Steiger, CEO de una de las empresas más grandes del país y alpha de la manada de lobos Dark Night, él protegía a su gente, cuidaba de los suyos, pero con Liesel había permitido que se la arrebataran y ese error le había costado la vida a su hijo, era algo que no se perdonaría nunca, pero dejarla ir, permitirle marcharse, eso jamás. Ella era suya, suya para amarla y cuidarla, protegerla y adorarla y ahora ella sabría lo que era ser amada por un lobo alpha.Derek había escuchado el rápido latido de su corazón, sabía que Liesel estaba despierta, pero no entendía por qué seguía acostada.
Derek la besó con ternura, ahora que se habían reconciliado podía ser paciente, tenían toda la vida para amarse, pero quería que está noche fuera especial, entonces comenzó a bajarle los tirantes de la bata que llevaba puesta y acariciar su piel.—No sabes cuánto tiempo llevo deseando esto, cuántas veces he soñado contigo. —Sus manos no podían dejar de tocarla. —Te deseo.—Yo también te deseo, y también he soñado con esto, cada noche —El tiempo separados solo había logrado que lo deseara más. Liesel comenzó a desabotonar la camisa.Él la besó en el cuello y acercó su boca al oído.—Te amo más que a mi vida Liesel, ahora y para siempre.—Y tú eres mi vida.Un segundo después, Liesel tenía ante sí