Era una mañana gris y fría para los inicios del otoño, una leve llovizna hacía que el clima fuera hasta un poco lúgubre. Liesel se había cambiado con la ropa de la noche anterior y Derek se preparó para el trabajo, con su habitual traje echo a medida de color gris Oxford.
—Estarás bien con eso —quiso saber Derek, ya que ella estaba poco abrigada para el clima que esperaba fuera del apartamento.
—Solo es un poco de viento y agua —respondió restándole importancia.
Eso le recordó a él sobre la plática que habían tenido está mañana. Ambos subieron al coche y Derek la llevó hasta su casa.
—¿Te veo está noche?
Ella lo pensó un par de veces antes de responder.
—Está bien.
Liesel bajó del carro sin decir nada más, sin siquiera un fr&iacu
Derek no podía creer lo que estaba pasando, durante mucho tiempo deseo que ella lo olvidara, que lo alejara de su vida para siempre, que incluso buscara a alguien más para que pudiera ser feliz, pero ahora que estaba sucediendo precisamente eso, que él tanto había querido, era como si el mundo se le venía encima. Él intentó convencerla, hacerle ver que ellos eran el uno para el otro, pero Liesel ya había tomado una decisión.A Liesel se le estaba rompiendo el corazón, y en partida doble porque, por un lado, la angustia que le provocaba la separación del hombre de ojos negros, aunado al sufrimiento que le estaba causando a él, le dolía más que su propio dolor. No se lo merecía, no era justo que ella lo hiciera pasar por eso, ella menos que nadie debía causarle tal dolor, pero lo hacía por su bien, por su seguridad, no podía exponerlo a que
Derek decidió que llenaría su tiempo entre el trabajo de la empresa, la manada y la reunión de los clanes, con eso apenas si tenía algo de tiempo para dormir, aunado a eso la búsqueda de Gerónimo D'angelo no había cesado, y así entre un parpadeo y el siguiente hacía casi dos meses que no tenía noticias de Liesel.Ese día tenía iba a ser la reunión de los clanes, así que solo fue a la oficina para firmar unos papeles, había un vuelo que debía tomar si quería llegar a tiempo. Estaba por irse cuando llegó su hermana.—Qué bueno que te veo, sabía que aquí te podía encontrar.—Ahora no Tatiana, no tengo tiempo.—Ni siquiera si se trata de Liesel.Derek se detuvo un poco pero el tiempo apremiaba, esa reunión también era importante
Uno a uno los alphas de las manadas dominantes se pusieron de pie y votaron a favor, en otro momento habría resultado hasta cómico que las manadas más vulnerables fueran las que aún no tomaban la decisión.—¿Y ustedes? —Derek quería conocer la razón de la negativa, eran los más vulnerables para ser cazados por la Hermandad y ahora se negaban a recibir el apoyo que esta unión les ofrecía.—Nosotros —el alpha de las ratas fue el que dio la cara por los demás —Derek, tienes que entender.—Que carajos quieres que entienda Enzo, pretendes que me quede con los brazos cruzados o que les dé la espalda cuando los centinelas vengan por ustedes.—No es eso.—¿Entonces qué es?—Cualquiera de ustedes son el premio mayor para la Hermandad, si nos asociamos en el sentido que sea, vendrán por n
Derek estaba molesto. Molesto con la situación que había permitido que se le fuera de las manos, con Liesel por ser tan terca al querer mantenerse alejada de su lado, pero sobre todo con él, por haber esperado demasiado para hacer su reclamo. Él era Derek Von Steiger, CEO de una de las empresas más grandes del país y alpha de la manada de lobos Dark Night, él protegía a su gente, cuidaba de los suyos, pero con Liesel había permitido que se la arrebataran y ese error le había costado la vida a su hijo, era algo que no se perdonaría nunca, pero dejarla ir, permitirle marcharse, eso jamás. Ella era suya, suya para amarla y cuidarla, protegerla y adorarla y ahora ella sabría lo que era ser amada por un lobo alpha.Derek había escuchado el rápido latido de su corazón, sabía que Liesel estaba despierta, pero no entendía por qué seguía acostada.
Derek la besó con ternura, ahora que se habían reconciliado podía ser paciente, tenían toda la vida para amarse, pero quería que está noche fuera especial, entonces comenzó a bajarle los tirantes de la bata que llevaba puesta y acariciar su piel.—No sabes cuánto tiempo llevo deseando esto, cuántas veces he soñado contigo. —Sus manos no podían dejar de tocarla. —Te deseo.—Yo también te deseo, y también he soñado con esto, cada noche —El tiempo separados solo había logrado que lo deseara más. Liesel comenzó a desabotonar la camisa.Él la besó en el cuello y acercó su boca al oído.—Te amo más que a mi vida Liesel, ahora y para siempre.—Y tú eres mi vida.Un segundo después, Liesel tenía ante sí
Liesel frunció los labios y le tiró un beso. —Sí. —Su consentimiento lo llevó a ascender por su cuerpo para darle un beso pausado y sensual que la hizo gemir en su boca. Ella se frotó contra él tal como había imaginado, incitándole, dándoles placer a los dos. Él deslizó las manos bajo su trasero. —Esto fuera. —Estaba demasiado absorta besándole para no escuchar nada. Él le mordió el labio inferior y ella le correspondió de igual modo. Fue una lucha muy sensual, pero ganó él… porque también ella quería sentir la piel de Derek contra la suya. Por todas partes. Desligó las piernas de la espalda de Derek, alzó el trasero y dejó que él trazara con el dedo los bordes de encaje de sus braguitas. Separándole las piernas, le lamió la parte interna de un muslo. Liesel se aferró a un cojín mientras su cuerpo se retorcía con un placer más intenso del que jamás había sentido. Entonces él lamió el otro muslo y aquel placer se propagó con una fiebre. Pero en todo momento fue consciente de él, de
Ya era media mañana cuando Liesel despertó de nuevo, llamó a Derek, pero este ya se había ido, solo encontró un mensaje en su celular."Te invito a almorzar"Liesel se dejó caer de nuevo sobre el colchón recordando las caricias y sensaciones que el hombre de ojos negros le había hecho sentir la noche anterior. Agitó la cabeza y se puso de pie, debía prepararse si quería llegar a tiempo para el almuerzo con Derek.Cuando Liesel llegó al restaurante, Derek ya la estaba esperando. De inmediato se puso de pie y fue hasta ella, entonces él hizo algo que ella no se esperaba. Derek tomó su rostro entre sus manos y la besó, un beso suave y tierno que terminó cuando él mordió su labio inferior.—Hola —dijo en forma de saludo mientras la ayudaba a sentarse.—Hola —Liesel sonrió mientras se llevaba las manos a las mejillas que sentía calientes.Los demás comensales murmuraban y susurraban, seguramente comentando lo que acababan de presenciar. Derek Von Steiger y Liesel Dunham. Estaban seguros de
Natasha llegó con su invitado a la casa de seguridad que habían preparado, Liam ya la estaba esperando, solo faltaba que Derek hiciera acto de presencia para comenzar con el interrogatorio.—¿Le llamaste a tu novio? —Quiso saber Liam. Una sonrisa velada en sus labios.—Si por novio te refieres al minino, —ella hizo un gesto con la mano para restarle importancia a su pregunta —si le llame. Pero por favor no me difames, que van a pensar los soldados, que he perdido mi buen gusto.Ambos rieron la broma y se dispusieron a esperar el arribo de su alpha.Derek dejó a Liesel en su casa, no quería tener que despedirse de ella, pero Liam le había mandado un mensaje para informarle que el invitado estaba en la casa, así que había asuntos que atender.—¿Te veo esta noche? —hizo la pregunta solo por educación, porque independientemente de la respuesta iba a venir por ella.—Claro que sí —ella se puso sobre las puntas para darle un beso en los labios.—¿Toco el timbre o espero a que se hayan dormi