— Lo siento —, murmura Emil, extendiendo una mano para ayudarla a estabilizarse del tropiezo.
Su voz es suave y llena de sorpresa al reconocer a Vanessa.
Vanessa acepta la ayuda de Emil, sintiendo la electricidad en el aire entre ellos. — No, fui yo quien no miró por dónde iba —, responde con voz temblorosa, sintiendo la intensidad de la mirada de Emil, una parte de ella deseando que el chico no la reconozca.
Un silencio incómodo se cierne entre ellos, cargado de las emociones no dichas que cada uno se encuentra experimentando.
Vanessa se siente atrapada, el torbellino de sentimientos que siente se vuelven aún mayores.
Por su parte, la mirada de Emil no disimula el placer que siente de haber encontrado a la pelinegra en ese lugar tan poco probable.
Emil rompe el silencio primero, una leve sonrisa haciéndose presente en sus labios. — Parece que nos encontramos de nuevo.
Vanessa asiente automáticamente, pero el saber que el desconocido la reconoce, solo hace crecer más el nudo en su garganta.
En ese momento, los sonidos de pasos se acercan desde el otro extremo del vivero, y la abuela Irina aparece entre las plantas, una sonrisa cálida y casi cómplice ante la imagen que se presenta ante ella y que implica a su nieta y al joven desconocido.
— Ah, querida, qué sorpresa verte aquí —, exclama, manteniendo su mirada fija en los dos menores.
Vanessa, no sabe cómo sentirse en primer lugar sobre la presencia de su abuela, pero cuando se recompone del todo, se aparta de Emil para acercarse a su abuela y abrazarla con fuerza.
— ¡Abuela! — exclama mientras da pasos hacia ella. — Mamá te está buscando —, dice mientras i***a a la mayor a caminar a la salida del vivero dejando a Emil tras de ellas mientras salen del lugar.
— ¿Abuela? — es la murmurada duda de Emil mientras mantiene una suave sonrisa al ver salir a las dos mujeres del vivero.
Según la conversación que acababa de tener con Arseniu, al hombre le estaba costando un poco encontrar información sobre la mujer dado a que su nombre no figuraba en ninguna de las listas de invitados de la fiesta, de lo que encontró, al parecer era una colada por lo que necesitaría unos días más para poder conseguir la información personal completa de la mujer. es bueno saber que no tendría que esperar tanto, y que por el momento, la chica no volvería a perderse de su vista con tanta facilidad.
“Dame toda la información que encuentres de la familia Iacobescu , la necesito en menos de tres horas.”
Cuando termina de enviar el mensaje, guarda su celular y camina a la salida del vivero. Es hora de conocer a su prometida.
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— ¡¿Cómo que está aquí?! — Radu, sorprendido observa a Vanessa mientras ella da vueltas por el patio de la cocina, pero ante las escandalosas palabras de su mejor amigo le dedicó una mirada asesina.
— Baja la voz —, se apresura a decir mientras se acerca a Radu y le lleva más lejos de la puerta trasera de la cocina. — Está en el vivero, ¿Sabes lo que eso significa?
— Sí, que te acostaste con el prometido de tu hermana. — Suelta sin reparo.
Vanessa no puede evitar dar un puñetazo en el del rubio ante su indiscreción.
— Eres un amigo de m****a, en estos momentos necesito que me ayudes a encontrar una solución, no a que empeores las cosas. — Dándole la espalda a Radu, Vanessa camina hasta dejarse caer en el columpio del patio. — Estoy jodida, no hay forma de arreglar nada de esto.
— ¿De arreglar qué? — pregunta Tatiana mientras entra al patio con una marcada sonrisa y se acerca a su hermana y al rubio.
Ambos amigos se miraron con nerviosismo y es Radu quien se acerca a Tatiana y la abraza por el hombro.
— Bueno, Vanessa confundió unos documentos que debe entregar su jefe mañana y no hay como arreglarlo. — Dice mientras acerca a la menor un poco más hacia él.
Si Vanessa se hubiera fijado un poco más, habría notado el fuerte sonrojo que invadía las mejillas de su hermana, y si Radu no hubiese estado tan centrado en ver a su mejor amiga, hubiese podido notar la ilusión en la mirada de Tatiana.
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— Entonces, ¿palabra de gitano? — pregunta el padre de Emil mientras se pone de pie y extiende su mano hacia el patriarca de la familia Iacobescu.
— ¡Palabra de gitano! — Es la respuesta de Nicolau al tomar la mano de Xavier, un gesto que termina de sellar el pacto entre ellos y el compromiso de sus hijos.
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— Tatiana, Vanessa ¡rápido! — son las palabras de la tía al entrar en el jardín. — Su padre ya cerró el trato, el compromiso de Tatiana está seguro.
Esas palabras captan la atención de los tres ocupantes del patio.
Viéndose fijamente, las hermanas se dan una sonrisa mutua. Tatiana es la primera en levantarse e ir con su tía para luego entrar en la casa y ser recibida por aplausos y las felicitaciones de todos.
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Emil entró en la casa cuando su padre le avisándole que el compromiso estaba concretado. Dando un profundo suspiró, tomó las flores que estaban en el auto y se preparó para entrar a conocer mejor a su prometida, al final de todo, tal vez no sería tan malo.
Cuando Emil entró en la casa, el ambiente de la familia es de celebración y alegría, todos aplauden y cantan mientras rodean a dos mujeres, Emil reconoce a una de ella como su ya no tan desconocida, escurridiza compañera de cama, la otra es una chica con un parecido razonable, pero si se fija bien, puede ver que, aunque linda, no despierta su interés como si lo hace la pelinegra.
Ante su presencia, los aplausos y cantos se detienen por un momento y todos fijan su mirada en él. Xavier se apresura en acercarse a su hijo y llevándole cerca de las dos mujeres, se prepara para hablar.
— Es un honor para mí, que mi hijo se una a una familia como esta, que su futura esposa sea una gitana honrada.
Extendiendo su mano hacia las dos mujeres, Tatiana mira emocionada a su hermana para luego acercarse a su futuro suegro y tomar su mano.
Emil tarda un momento en procesar lo que está pasando, al entrar a la casa y ver que aquella chica que tomó la mano la mano de su padre y la pelinegra eran las que estaban rodeadas por todos, pensó que sería la pelinegra quien sería su prometida, pero, al parecer, el destino sigue burlándose de él.
Xavier acerca a Tatiana a Emil y de inmediato la peli castaña se muestra tímida y sonrojada al estar junto al apuesto hombre. Sin dejar notar sus dudas, Emil le entrega las rosas y esta las toma dándole un suave agradecimiento.
— Bienvenido a la familia, Emil. — Son las palabras de Nicolau al acercarse y estrechar su mano. — Espero que hagas muy feliz a mi hija.
— Lo haré. — Responde totalmente convencido, solo que du mirada no está en Tatiana ni en Nicolau, su mirada está en la pelinegra. — Seré un buen esposo para ella.
— ¿Cómo que se quedarán aquí? — Vanessa siente que el agarre que tiene sobre la bandeja de bebidas se debilita al escuchar las palabras de su madre. — Pensé que se marcharían después de la fiesta de mañana.— Pues ya ves que no, tu padre los invitó a quedarse aquí —, sin darle mucha importancia a su hija mayor, Vaiana toma la bandeja de sus manos y le indica que ella lleve la bandeja de bocadillos. — Además, la boda será en un mes, hay mucho que preparar y será más fácil si Tatiana y él se conocen mejor antes de ese día. — Sin decir más, la mayor sale de la cocina y deja a Vanessa sola.Al encontrarse sola, Vanessa se apoya en el mesón de la cocina y deja salir un suspiro de frustración. Si Emil se queda allí, sería casi imposible evitarle; aunque, tal vez podría aprovechar esa oportunidad para saber qué fue lo que pasó durante la fiesta, pero esa idea muere tan rápidamente como llega en el momento que reacciona sobre que se trata del prometido de su hermanita.::— ¿Dónde está Vanes
Vanessa siente cómo el rubor sube a sus mejillas ante la pregunta directa de Emil. Trata de mantener la compostura, pero su corazón late con fuerza, casi ahogando el sonido de su propia voz al responder:— Yo... eso, no sé de qué estás hablando.Su respuesta suena débil incluso a sus propios oídos, y Emil levanta una ceja con una sonrisa traviesa, casi como si estuviera sintiendo placer ante la situación y la negativa de la pelirroja.— ¿No lo sabes? — murmura, acercándose aún poco más, hasta que su aliento a menta choca con Vanessa. — ¿O quizás huiste porque no querías que te detuviera? ¿No será que estabas huyendo de mí y de lo que ocurrió?El corazón de Vanessa da un vuelco ante la intensidad de la mirada de Emil, y lucha por mantener la calma mientras busca una respuesta convincente, una que salga con seguridad y que no la haga desbordar finalmente en llanto.— Emil, por favor... — dice intentando mantener la calma, pero siente cómo el nudo que se forma en su garganta la ahoga.Ca
Emil se dejó caer en la mullida cama y cerró sus ojos. Disfrutando del silencio que envuelve la habitación, se deja ir en sus pensamientos, no se sorprende cuando al igual que la noche anterior, lo primero que aparece en su pensamiento es el recuerdo de esa hermosa sonrisa y brillante mirada.*En ese punto, el bullicio de la fiesta lo hace sentirse abrumado, esto por las risas forzadas y las conversaciones superficiales que lo rodeaban. Él no es ajeno a ese mundo, pero en ocasiones le resulta demasiado agotador.Caminando entre los invitados con una copa en la mano, responde con cortesía a los saludos y los múltiples intentos de iniciar una conversación sobre negocios que se le presentan. Sin embargo, ninguna de las interacciones logra despertar su interés genuino, las insinuaciones de las mujeres que se aceran a él en esa ocasión las siente fuera de lugar. la idea de marcharse se torna en una decisión firme en su cabeza una vez que establece que nada allí llama su atención, o por lo
Vanessa se despertó sobresaltada por el bullicio que resuena desde el exterior de la casa. El sonido de motores rugientes y voces animadas la arrancó bruscamente de su sueño. Parpadeando somnolienta, se frotó los ojos y se incorporó lentamente en la cama.El sol apenas comenzaba a filtrarse a través de las cortinas, eso le dio una noción de la hora que podría ser. Levantándose acomoda su pijama luego de estirarse. Aunque no viene tan seguido como le gustaría, la casa de sus padres siempre está llena de un aire familiar y acogedor que la hace sentir segura, y aunque ya está acostumbrada a la ciudad al ritmo que esta le pide, ama toda la tranquilidad que le brinda el campo.Siguiendo el ruido, Vanessa salió de su habitación y recorrió el pasillo, guiada por el delicioso aroma que se filtraba desde la cocina. Al llegar, encontró a su madre y su tía moviéndose con gracia entre los fogones, preparando un desayuno abundante.—¿Qué está pasando afuera? —preguntó con voz aun adormilada, frotá
Vanessa se sintió horrible ante el tono usado por su abuela; lo único que deseó es que el suelo se abriera bajo sus pies. La tensión en el ambiente era palpable, y su corazón latía con fuerza en su pecho mientras enfrentaba las miradas acusatorias de su familia. Se mordió el labio inferior, luchando por encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que acababan de presenciar. Emil, por su parte, se frotó la mejilla donde Vanessa lo había golpeado, su expresión una mezcla de sorpresa y confusión. —Papá, abuela —comenzó Vanessa, intentando mantener la compostura—. Yo… puedo explicarlo, verán… Su padre la interrumpió, con una mirada severa que la hizo estremecerse. — ¿Explicarlo, Vanessa? Trataste de forma grosera al prometido de tu hermana —dijo con firmeza—. Esto es vergonzoso y completamente inaceptable. Los abuelos de ambos permanecieron en silencio, observando la escena con gestos serios. Vanessa se sintió aún más angustiada ante su mirada penetrante. — ¡Fue mi culpa! —son
El auto dio una fuerte sacudida cuando pasó sobre el bache, por lo que ambos ocupantes se movieron de forma tosca en sus asientos. Emil había guardado silencio hasta ese punto, pero al notar la intención de la pelinegra de tomar el próximo bache en el camino, se giró para verla.— ¿Estás consciente de que tu auto es el inocente que en verdad está pagando las consecuencias de tu rabieta? — suelta con un poco de molestia en su voz. Los dos primeros baches estuvieron bien, hasta el cuarto le pareció divertido, pero si siguen así, el berrinche de la mujer podría costarles un mal rato o quedarse varados a la mitad de la nada. — Aunque no voy a negar que sería divertido quedarnos a la mitad de la nada por falta de uno de los cauchos, eso nos daría más tiempo a solas. Pero tambien está la posibilidad de terminar envueltos en un accidente graveLa intención de Vanessa se vio cortada por esas palabras; ni loca quiere quedarse en medio de la carretera con él o terminar volcando su amado auto. E
— ¿Entonces, está todo listo? — Emil sostiene la puerta para que Vanessa salga del banco.— Sí, por lo menos, yo estoy lista.Al salir del banco, Vanessa guarda las facturas de la hipoteca familiar y luego observa su reloj; ya pasaban de las tres y su estómago no tardó en hacer acto de presencia.— Creo que alguien necesita comer. — Son las palabras burlonas del peli castaño.Vanessa pasa a su lado sin decir nada, pero el marcado sonrojo en sus mejillas deja en claro lo apenada que se encuentra ante la situación. Solo alcanzó a dar un par de pasos lejos de él cuando siente el agarre en su mano; al bajar su mirada, nota que es Emil quien la sujeta.— ¿Qué haces? — Pregunta con un tono que deja claro el que le preocupa que algún conocido pueda verlos o lo que las personas puedan llegar a pensar.— Te invito a comer.Sin esperar respuesta, Emil simplemente jala con suavidad a Vanessa y la anima a caminar. Cuando llegan, habían alcanzado a ver un restaurante con una buena vista a las mont
Cuando el auto se estacionó frente a la casa, lo primero que captó la mirada de ambos fue la presencia de un grupo de hombres mayores en la parte externa de la casa; ninguno necesita mayor explicación sobre quiénes son, porque ellos lo saben bien: el consejo de mayores. Al bajar del auto, Radu se extraña al ver que Vanessa lo hace del lado del copiloto; ella nunca deja que un extraño maneje su auto.— ¡Llegaron! ¿Todo está arreglado con la modista? — Son las palabras de su madre una vez que se encuentran dentro del porche de la casa.— Sí, la modista nos espera a todos a primera hora el viernes — es Emil quien se adelanta a responder, ganándose una mirada encantada por parte de su futura suegra.— Pero es mala suerte que el novio vea el traje de su novia antes de la boda.Las palabras de su padre llaman la atención de Emil; de verdad no le causa ninguna gracia que aún se tenga esa creencia tan absurda, además, él ya tiene claro que no permitirá que nada ni nadie le evite casarse.— No