Cuando el auto se detuvo frente al galpón donde se realizaría la sesión de fotos, Vanessa y Radu salieron rápidamente tras pagar el viaje; sus pasos rápidos resonando en el pavimento frente a los enormes galpones industriales. Radu escudriñó los alrededores con la mirada, notando la presencia del auto de Loey y de la camioneta de utilería de la compañía. Al cruzar el umbral, notaron que algo no estaba bien. El espacio amplio y vacío estaba lejos de ser el escenario preparado que esperaban encontrar. Los equipos de iluminación y fondos de tela estaban amontonados en un rincón, mientras que varios miembros del equipo de producción se apresuraban de un lado a otro con expresiones de preocupación. — ¡Vanessa! — llamó una mujer bajita y de cabello azulado. Por la cantidad de personas a su alrededor, estaba claro que ella era la encargada de coordinar todo el caos, pero su expresión de alivio al ver a la pelinegra dejó claro que su responsabilidad la sobrepasó—. ¡Esto es un desastre! ¿Qué
Emil observa a su hermana caminar de un lado a otro de la casa de su abuelo mientras arregla sus cosas dentro del armario. Habían regresado muy temprano esa mañana, y mientras estuvieron en compañía de Tatiana, su hermana se mostró tan amable y platicadora como siempre, pero tan pronto como la menor bajó del jeep y ellos mismos subieron al auto de Emil, el silencio se instauró dentro del auto; silencio que Ioana extendió incluso dentro del hogar de su abuelo.— ¿Me dirás qué pasa o seguirás aplicando la ley del hielo? — pregunta mientras se cruza de brazos y se apoya en el umbral de la puerta. — ¿Qué diablos fue lo que hice?— Si de verdad tienes que preguntarlo, entonces eres más idiota de lo que pensé. — responde mientras sigue sacando su ropa de su maleta para acomodarla en el armario.Emil enarca una ceja ante las palabras de su hermana. Hasta donde él puede recordar, no le ha hecho nada a Ioana como para que esta le ignore de esa manera. Tras rascarse la cabeza y hacer un gesto d
— ¿Qué crees que pase cuando lleguemos? — Radu observa el paisaje rural y al notar que están cerca de la casa no duda en expresar su duda. — ¿Crees que ya estén allí?— Seguramente.Vanessa se muestra nerviosa, es irónicamente divertido que en tan solo una semana sus sentimientos al venir a la casa de sus padres fuesen los mismos, miedo, incertidumbre y dudas. Acomodándose el blazer deja salir un suspiro. Cuando viene a casa, Vanessa evita marcadamente hablar o mostrar cualquier cosa de su trabajo, pues sabe lo incomodo que es el tema, por ello, llegar a su cena de presentación luciendo como una ejecutiva de revista no le es divertido, pero teniendo en cuenta que salió de la oficina directo al aeropuerto, no tiene más opciones.*— ¿En dónde está Vanessa? — Vaiana observa por la ventana de la cocina continuamente, casi como si así pudiese hacer aparecer a su hija mayor de un segundo a otro. — Primero deja a su hermana sola con su prometido en el lago, y ahora llega tarde a su cena de
Vanessa siente que el nudo en garganta viaja y cae hasta sentirlo en su estómago al darse cuenta de la presencia del Gerente de Marketing de VC Motors en la sala de su casa. La confusión y el desconcierto la invaden uniéndose a la tormenta de sentimientos que ya sentía.— Esto tiene que ser una broma...Es el susurro de Vanessa que Radu apenas si alcanza a medio escucha. Cuando los sonidos de pasos a su espalda se dejan escuchar, el rubio gira su rostro para ver de quien se trata y termina notando como Vaiana se acerca a ellos.— ¡Allí están! — escuchan todos exclamar a Nicolau. Colocándose de pie, el hombre mayor extiende su mano hacia su esposa, misma que sin poder decir o hacer nada sigue su camino, pasando de largo a Vanesa para tomar la mano de Nicolau. — Vaiana, con orgullo te digo que nuestra hija mayor ha encontrado propuesta de boda y según nuestra ley, esta fue aceptada.Escuchar aquellas palabras, clavan dagas en el corazón de Vanessa, pero ya no siente que le duela, cada d
El hecho de que Vanessa confirmara el compromiso establecido por su padre para Tatiana cae como un balde de agua fría sobre ella. Tatiana siempre admiró a su hermana y toda la determinación de Vanessa para seguir lo que quiere, y no lo que otros esperan de ella, es por eso que verla aceptar con resignación seguir un compromiso que no la hará feliz la deja descolocada. A diferencia de ella, que renunció a sus sueños para cumplir con lo que se espera de ella, pero Vanessa, ella no es así. Había estado esperando fervientemente que rechazara la propuesta de matrimonio.Cuando Marcus se acerca a ella para recibir la felicitación de su parte, Tatiana le dedicó una rápida sonrisa y aún más corta felicitación, pero cuando sus manos se estrecharon, Tatiana pudo sentir una leve descarga recorrer su cuerpo. Simplemente la ignora y, retirando su mano, se acerca a su hermana para llevarla a una zona apartada cerca de las escaleras desde donde quedan ocultas.— ¿Vanessa, esto es en serio? —preguntó
Emil se encuentra sentado a los pies de la cama; el vaso de whisky en su mano es la compañía con la que está compartiendo el cómo se siente. Manteniéndose en silencio, observaba fijamente el líquido de color ámbar, perdido en sus pensamientos. Durante el fin de semana, la noticia inesperada del compromiso de Vanessa lo había golpeado con fuerza, despertando un torbellino de emociones dentro de él. Por un lado, al saber que la mujer de la que secretamente se había enamorado desde el primer momento que la vio iba a casarse con otro hombre, le hizo sentir una marcada punzada de dolor en su pecho. Por otro lado, sabe que por más que desee evitar que esa boda suceda, al final del día, él también está comprometido, y no con cualquier mujer, no; su compromiso es con la hermana de la mujer que tiene su corazón en sus manos. ¿Acaso se puede estar más jodido que eso? El golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Colocándose de pie, observa la hora en el reloj de noche: son las 2:00 de
Vanessa bajó las escaleras con un paso lento, casi como si su subconsciente no quisiera que ella llegara al comedor, lugar donde tendría que enfrentar el comienzo de sus días llenos de compromisos y responsabilidades. El aroma del café recién colado flota en el aire, mezclándose con el sonido suave de los platos y el murmullo de las conversaciones tan típicas que se sostienen durante el desayuno. Sin embargo, antes de poder llegar a la cocina, Vanessa es interceptada en el pasillo por Emil.— ¿Podemos hablar un momento? — Pide, su voz, aunque serena, se siente cargada de una confusa mezcla de emociones.Vanessa se detuvo en seco en el momento que Emil trancó su paso. La pelinegra puede sentir un nudo en el estómago al ver a Emil frente a ella. Después de lo ocurrido el sábado en la noche, no se habían dirigido una palabra o tan siquiera una mirada, pero, dentro de ella sabe que no podría evitar esta conversación por mucho tiempo.— Emil, no creo que sea una buena idea hablar justo aho
Vanessa cerró la puerta del auto y se colocó el cinturón de seguridad, después de eso no pasó mucho para que el auto se pusiera en marcha. Con un suave movimiento de mano y una ligera sonrisa se despide de todos mientras Emil lleva el auto fuera de la propiedad, en ese momento su sonrisa muere y voltea a ver a Emil con una sonrisa incomoda y ligeramente molesta. — ¿No te parece que esto es algo bastante infantil? — pregunta en referencia de hacerla ir con él aun cuando ambos saben que lo de ver cosas para la boda es una excusa barata. — Se supone que la boda está pospuesta, entonces ¿Cuál es el sentido de sugerir algo tan estúpido? Emil mantiene la vista fija en el camino. Puede sentir como el pequeño espacio queda impregnado de incomodidad ante las palabras tan directas de Vanessa. Respirando hondo piensa bien sus palabras antes de responder. — No creo que sea infantil el buscar una oportunidad de arreglar todo lo que claramente está mal. Sabes que necesitamos hablar sobre lo que p