— Debiste ver a Radu, casi se desmaya cuando vio la altura— Tatiana hace el comentario con tono de burla para luego beber de su copa. — Eso no es cierto, es solo que no esperaba que fuera tan alto. El comedor se encuentra en un ambiente alegre, todos hablan con tranquilidad, principalmente Tatiana quien es la más emocionada del grupo. Vanessa come de su plato mientras sonríe e intenta imaginar la cara de Radu por lo que le cuenta su hermana, sabe que Tatiana prestará mucha atención a cualquier cosa que tenga que ver con su rubio amigo. — Por lo menos yo no grité en el roller por creer que me caería. — Radu no se queda con las burlas y termina respondiendo de la misma manera hacia estas. — ¡El sistema sonó como si fuera a abrirse! — exclama en su defensa. — ¿Y tú que hiciste mientras no estuvimos? — Emil no tiene ningún interés en escuchar hablar sobre situaciones que él vio, prefiere saber qué pasó con la tarde de la pelinegra. — No mucho —responde en tono casual. — Solo dormí
A esas alturas de la madrugada, el sonido de risas resuena de forma alta en el aire, mezclado con los gritos y acusaciones de tres de los ocupantes de la casa. — ¡Vamos, Vanessa! — exclamó Ioana, con una risa juguetona—. Es tu turno. Dinos algo que nunca hayas hecho, porque nosotros no logramos hacerte beber.Vanessa se queda pensando qué decir; en realidad, sabe que nada de lo que ellos digan podría hacerla beber, solo Radu tiene esa oportunidad, pero su mejor amigo sabe cerrar la boca. Pensando en alguna tontería que decir, desvía su mirada hacia el ventanal. En algún momento de la noche había comenzado a llover y dentro de la sala se puede escuchar el arrullador sonido de la lluvia. Cuando la voz de su hermana la anima a hablar, regresa su atención al juego y termina por soltar lo primero que se le viene a la mente.— Yo nunca he... nunca he besado a alguien en la lluvia — dijo, desviando de nuevo la mirada hacia la ventana donde la lluvia golpeaba suavemente los cristales.Las tr
Cuando el sol comenzó a estar cerca de su punto más alto, Vanessa ya estaba de pie y con su bolso listo. Tan pronto como Radu despertara, le pediría que la llevara de regreso. Aun puede sentir cómo sus manos tiemblan debido a la molestia que recorre cada parte de su cuerpo, sus ojos rojos e hinchados debido a las lágrimas que estuvo dejando salir en varias oportunidades. Es solo que aún no entiende la verdadera razón por la cual las lágrimas se niegan a dejar de salir. Cuando los primeros pasos se escuchan fuera de su habitación, seca sus lágrimas y camina a la cama para tomar su bolso, pero el sonido de su teléfono capta su atención. Tomando el celular de la mesa de noche, contesta la llamada al ver que se trata de su jefa. — Puedo jurar que mi cabeza va a explotar. — son las palabras de Tatiana al bajar las escaleras y encontrar a Ioana y Emil sentados en la barra de la cocina, uno frente al otro en total silencio. — ¡Buenos días! — Buenos días, hay café. — ofrece la pelirroja mie
Cuando el auto se detuvo frente al galpón donde se realizaría la sesión de fotos, Vanessa y Radu salieron rápidamente tras pagar el viaje; sus pasos rápidos resonando en el pavimento frente a los enormes galpones industriales. Radu escudriñó los alrededores con la mirada, notando la presencia del auto de Loey y de la camioneta de utilería de la compañía. Al cruzar el umbral, notaron que algo no estaba bien. El espacio amplio y vacío estaba lejos de ser el escenario preparado que esperaban encontrar. Los equipos de iluminación y fondos de tela estaban amontonados en un rincón, mientras que varios miembros del equipo de producción se apresuraban de un lado a otro con expresiones de preocupación. — ¡Vanessa! — llamó una mujer bajita y de cabello azulado. Por la cantidad de personas a su alrededor, estaba claro que ella era la encargada de coordinar todo el caos, pero su expresión de alivio al ver a la pelinegra dejó claro que su responsabilidad la sobrepasó—. ¡Esto es un desastre! ¿Qué
Emil observa a su hermana caminar de un lado a otro de la casa de su abuelo mientras arregla sus cosas dentro del armario. Habían regresado muy temprano esa mañana, y mientras estuvieron en compañía de Tatiana, su hermana se mostró tan amable y platicadora como siempre, pero tan pronto como la menor bajó del jeep y ellos mismos subieron al auto de Emil, el silencio se instauró dentro del auto; silencio que Ioana extendió incluso dentro del hogar de su abuelo.— ¿Me dirás qué pasa o seguirás aplicando la ley del hielo? — pregunta mientras se cruza de brazos y se apoya en el umbral de la puerta. — ¿Qué diablos fue lo que hice?— Si de verdad tienes que preguntarlo, entonces eres más idiota de lo que pensé. — responde mientras sigue sacando su ropa de su maleta para acomodarla en el armario.Emil enarca una ceja ante las palabras de su hermana. Hasta donde él puede recordar, no le ha hecho nada a Ioana como para que esta le ignore de esa manera. Tras rascarse la cabeza y hacer un gesto d
— ¿Qué crees que pase cuando lleguemos? — Radu observa el paisaje rural y al notar que están cerca de la casa no duda en expresar su duda. — ¿Crees que ya estén allí?— Seguramente.Vanessa se muestra nerviosa, es irónicamente divertido que en tan solo una semana sus sentimientos al venir a la casa de sus padres fuesen los mismos, miedo, incertidumbre y dudas. Acomodándose el blazer deja salir un suspiro. Cuando viene a casa, Vanessa evita marcadamente hablar o mostrar cualquier cosa de su trabajo, pues sabe lo incomodo que es el tema, por ello, llegar a su cena de presentación luciendo como una ejecutiva de revista no le es divertido, pero teniendo en cuenta que salió de la oficina directo al aeropuerto, no tiene más opciones.*— ¿En dónde está Vanessa? — Vaiana observa por la ventana de la cocina continuamente, casi como si así pudiese hacer aparecer a su hija mayor de un segundo a otro. — Primero deja a su hermana sola con su prometido en el lago, y ahora llega tarde a su cena de
Vanessa siente que el nudo en garganta viaja y cae hasta sentirlo en su estómago al darse cuenta de la presencia del Gerente de Marketing de VC Motors en la sala de su casa. La confusión y el desconcierto la invaden uniéndose a la tormenta de sentimientos que ya sentía.— Esto tiene que ser una broma...Es el susurro de Vanessa que Radu apenas si alcanza a medio escucha. Cuando los sonidos de pasos a su espalda se dejan escuchar, el rubio gira su rostro para ver de quien se trata y termina notando como Vaiana se acerca a ellos.— ¡Allí están! — escuchan todos exclamar a Nicolau. Colocándose de pie, el hombre mayor extiende su mano hacia su esposa, misma que sin poder decir o hacer nada sigue su camino, pasando de largo a Vanesa para tomar la mano de Nicolau. — Vaiana, con orgullo te digo que nuestra hija mayor ha encontrado propuesta de boda y según nuestra ley, esta fue aceptada.Escuchar aquellas palabras, clavan dagas en el corazón de Vanessa, pero ya no siente que le duela, cada d
El hecho de que Vanessa confirmara el compromiso establecido por su padre para Tatiana cae como un balde de agua fría sobre ella. Tatiana siempre admiró a su hermana y toda la determinación de Vanessa para seguir lo que quiere, y no lo que otros esperan de ella, es por eso que verla aceptar con resignación seguir un compromiso que no la hará feliz la deja descolocada. A diferencia de ella, que renunció a sus sueños para cumplir con lo que se espera de ella, pero Vanessa, ella no es así. Había estado esperando fervientemente que rechazara la propuesta de matrimonio.Cuando Marcus se acerca a ella para recibir la felicitación de su parte, Tatiana le dedicó una rápida sonrisa y aún más corta felicitación, pero cuando sus manos se estrecharon, Tatiana pudo sentir una leve descarga recorrer su cuerpo. Simplemente la ignora y, retirando su mano, se acerca a su hermana para llevarla a una zona apartada cerca de las escaleras desde donde quedan ocultas.— ¿Vanessa, esto es en serio? —preguntó