Nunca, no te voy hacer llorar, nunca — prometió Andollini —te quiero,te quiero mucho. Anabella sonrió, en verdad se sentía protegida por aquel hombre, por Jean Carlo Andollini, hasta hacía unos meses, nunca llego a imaginar todo lo que comenzaba a vivir, recordaba que odiaba a Jean Carlo, más que odiarlo lo despreciaba. Pero ese hombre era alguien muy diferente, era cariñoso y super atento, no sabía en qué momento Jean Carlo había cambiado bastante, o es que esa fachada de hombre odioso era solo eso, o es que ese hombre el dulce y enamorado era su verdadero rostro. Llegaron al cine, pero los pensamientos de Anabella se encontraban en otro lado, sentía la mano de su esposo sobre la suya, a lo mismo que la mirada de él, recordaba todo, su primera vez con él, su boda, sus labios, todo. FLASHBACK Anabella no sabía que estaba haciendo, sentía una excitación y deseo, tenía que calmarlo, si bien tendría que hacerlo con él durante un año, mejor que adelantar una parte del contrato, fue d
No te preocupes, Annie — el hombre le sonrió — ya tendremos otra oportunidad, lo más importante es que ahora puedo ver tu hermosa mirada y tus lindos ojos. al llegar a casa, la mujer ya se encontraba menos dispersa, al parecer tomar el café y comer algo dulce le sentó de maravilla, al parecer todo se encontraba tranquilo, el señor Andollini padre ya se encontraba descansando en su habitación. Eso es algo bueno — comento Jean Carlo — ¿quieres cenar algo? — pregunto a su esposa —el hombre miro a su esposa — podría ser algo ligero, ¿una ensalada? —cuestiono él. No tengo mucha hambre, pero sé que, si me voy a la cama sin comer, después a media noche tendré hambre y bajare a comer algo muy pesando, creo que tengo ganas de una ensalada. Entraron en el comedor y había los platos colocados para la cena — hay que llamar al servicio — dijo ella — quiero una ensalada con queso de cabra y nueces, ¿tú con que la vas a querer? — pregunto ella, mientras tocaba una campana que se encontraba colo
al día siguiente, Andollini, salió muy temprano de su casa, llevo a su padre al hospital y espero a que le hicieran muchos análisis y demás cosas, se encontraban esperando los resultados, su padre estaba en una habitación del hospital para la comodidad de este. Jean Carlo, se encontraba enviando algunos mensajes por el celular, era un investigador privado, él mismo que había dado con la doctora de Anabella,estaba hablando acerca de Ethan Smith, necesitaba encontrar a ese hombre y ponerle un alto acerca de las amenazas con respecto a su esposa. Mensaje de Jean Carlo Andollini dirigido al investigador privado. Necesito que busques a Ethan Smith, es abogado, graduado de la escuela de derecho de Harvard, te envió la fotografía de este sujeto, confió en tus habilidades y contactos para encontrar a este hombre, espero tus informes. Jean Carlo envió el mensaje junto a la fotografía, el hombre se encontraba pensativo mirando el celular, esperaba que el investigador diera pronto con Ethan
Ethan Smith se encontraba tranquilo, la dosis de mensajes diarios que le tenía que enviar a Anabella aun no comenzaban, estaba esperando un poco, necesitaba tomar un poco más de tiempo, la mujer había ignorado los últimos, incluso las llamadas que podía recibir estaban siendo desviadas. Ya sabía en donde podía encontrar a Jean Carlo Andollini, y eso era un plus, había intentado localizar a Constanzza, pero la mujer le había dicho que no quería hablar por el momento; al parecer Andollini la había humillado de alguna manera y esta se encontraba en estado de shock. Esa tarde iría a las empresas Andollini nuevamente y buscaría hablar con Jean Carlo Andollini, eso lo tenía que hacer, su hermana menor le había enviado dinero que necesitaba el dinero para la inscripción así que ese día lo haría. Jean Carlo dejo a su padre en casa y marcho con tranquilidad a su oficina, tenía algunas cosas que hacer en la tarde, para después ir a la cena en casa de la abuela de Annie. Los dos hombres lleg
Jean Carlo levanto la mirada y en la puerta de su oficina, se encontraba el hombre que estaba buscando. Pase señor Smith —hablo Andollini con amabilidad —tome asiento, es una gran casualidad que sea usted quien venga a buscarme o ¿no es casualidad? — el millonario miro al hombre que se encontraba frente a él. Smith entro en la oficina con paso seguro, tenía que mostrarse así, porque al parecer al ver de frente a Jean Carlo Andollini sabía que era un hombre con el cual no podía uno jugar, entonces tenía que mostrarse seguro y hablar sin rodeos. Buenas tardes, señor Andollini, veo que me conoce, pero no sé el motivo — Ethan hablo — gracias por recibirme, el asunto al que vengo el día de hoy es muy particular, y nos atañe a ambos, yo no quiero parecer inoportuno, pero al ver que conoce mi nombre y al parecer quien soy, entonces sabrá que lo que nos atañe o une tiene un nombre propio y es Anabella Connor — hablo Smith con tranquilidad. Si, claro que sé muy bien quien es usted señor S
Anabella ya se encontraba en la casa de su abuela, su padre igual ya se encontraba ahí, al parecer la mujer había preparado la comida favorita de Anabella,asado al vino tinto con pure de patata, espárragos y una sopa de cebolla, la mujer se encontraba algo preocupada, Jean Carlo rara vez la llamaba Anabella. En las afueras de la mansión se escuchó como un automóvil se estacionaba, Anabella se levantó, iba a recibir a su esposo, el hombre entro al lugar con la mirada muy seria, parecía furioso, que cuando Anabella se acercó para saludarlo el hombre se mostró de manera fría. Buenas tardes,Anabella — saludo el hombre y le dio un beso en la mejilla — ¿Qué sucede? — pregunto la mujer con aire confuso, Jean Carlo nunca se comportaba de esa manera — Hablaremos después de la cena, cuando estemos en casa,Anabella — hablo el hombre dejando en claro que no iba a hablar acerca del asunto. Está bien, ¿te encuentras bien? — cuestiono Anabella con confusión. Si, pero no hablare aquí, ahora vam
Anabella se encontraba en su habitación, tenía lágrimas en los ojos, no podía creer que Jean Carlo no confiara en ella, bueno era realmente comprensible, ella no se había abierto lo suficiente con él, que incluso podía pensar eso, que ella aún continuaba con Ethan. >, pensó con enojo la mujer — ahora tenía que superar lo que acababa de ocurrir, y lo que había dicho Jean Carlo, ese maldito hombre, la había grabado teniendo relaciones, o desnuda, le dolía la cabeza, los pensamientos corrían por su mente y esa voz molesta no la dejaba tranquila y mucho menos en paz. Necesita que su esposo se encontrara ahí con ella, necesitaba un abrazo de Jean Carlo, pero le había pedido un par de horas para pensar, se encontraba haciéndolo, y los pensamientos no eran divertidos, ni mucho menos amenos. Busco su celular en su bolso y miro algunas cosas, necesitaba dormir y sentirse bien, se puso unos audífonos en los oídos para comenzar a escuchar música, su mente se puso en blanco mie
¿acaso los sentimientos de su esposa seguían enterrados? — pensó con desesperación, el miraba con atención a su esposa, necesitaba decirle algo, pero ella aún se mantenía callada, pensando acerca de todo lo que había contado sobre Ethan. Dime Annie, ¿Qué sucedió entre ese noviazgo tuyo y el de él? —cuestiono Jean Carlo con algo de curiosidad. Como te dije era algo normal, un romance universitario, sin mayor trascendencia — ella se mostró tranquila — yo desde niña había estado enamorada de alguien, pero cuando cumplí los quince años de edad, sentí —se quedó completamente callada. ¿Qué sucedió en ese momento? — pregunto expectante el hombre — Tú lo debes de saber, te comenzaste a portar odioso y me tratabas muy mal, yo no entendía los motivos que tenías para tratarme así, entonces fue cuando decidí que no dejaría que me volvieras a hacer daño, y mucho menos volvería a tener sentimientos por ti —dijo ella. El hombre la escuchaba con los ojos muy abiertos, ¿le estaba confesando ella