Jean Carlo levanto la mirada y en la puerta de su oficina, se encontraba el hombre que estaba buscando. Pase señor Smith —hablo Andollini con amabilidad —tome asiento, es una gran casualidad que sea usted quien venga a buscarme o ¿no es casualidad? — el millonario miro al hombre que se encontraba frente a él. Smith entro en la oficina con paso seguro, tenía que mostrarse así, porque al parecer al ver de frente a Jean Carlo Andollini sabía que era un hombre con el cual no podía uno jugar, entonces tenía que mostrarse seguro y hablar sin rodeos. Buenas tardes, señor Andollini, veo que me conoce, pero no sé el motivo — Ethan hablo — gracias por recibirme, el asunto al que vengo el día de hoy es muy particular, y nos atañe a ambos, yo no quiero parecer inoportuno, pero al ver que conoce mi nombre y al parecer quien soy, entonces sabrá que lo que nos atañe o une tiene un nombre propio y es Anabella Connor — hablo Smith con tranquilidad. Si, claro que sé muy bien quien es usted señor S
Anabella ya se encontraba en la casa de su abuela, su padre igual ya se encontraba ahí, al parecer la mujer había preparado la comida favorita de Anabella,asado al vino tinto con pure de patata, espárragos y una sopa de cebolla, la mujer se encontraba algo preocupada, Jean Carlo rara vez la llamaba Anabella. En las afueras de la mansión se escuchó como un automóvil se estacionaba, Anabella se levantó, iba a recibir a su esposo, el hombre entro al lugar con la mirada muy seria, parecía furioso, que cuando Anabella se acercó para saludarlo el hombre se mostró de manera fría. Buenas tardes,Anabella — saludo el hombre y le dio un beso en la mejilla — ¿Qué sucede? — pregunto la mujer con aire confuso, Jean Carlo nunca se comportaba de esa manera — Hablaremos después de la cena, cuando estemos en casa,Anabella — hablo el hombre dejando en claro que no iba a hablar acerca del asunto. Está bien, ¿te encuentras bien? — cuestiono Anabella con confusión. Si, pero no hablare aquí, ahora vam
Anabella se encontraba en su habitación, tenía lágrimas en los ojos, no podía creer que Jean Carlo no confiara en ella, bueno era realmente comprensible, ella no se había abierto lo suficiente con él, que incluso podía pensar eso, que ella aún continuaba con Ethan. >, pensó con enojo la mujer — ahora tenía que superar lo que acababa de ocurrir, y lo que había dicho Jean Carlo, ese maldito hombre, la había grabado teniendo relaciones, o desnuda, le dolía la cabeza, los pensamientos corrían por su mente y esa voz molesta no la dejaba tranquila y mucho menos en paz. Necesita que su esposo se encontrara ahí con ella, necesitaba un abrazo de Jean Carlo, pero le había pedido un par de horas para pensar, se encontraba haciéndolo, y los pensamientos no eran divertidos, ni mucho menos amenos. Busco su celular en su bolso y miro algunas cosas, necesitaba dormir y sentirse bien, se puso unos audífonos en los oídos para comenzar a escuchar música, su mente se puso en blanco mie
¿acaso los sentimientos de su esposa seguían enterrados? — pensó con desesperación, el miraba con atención a su esposa, necesitaba decirle algo, pero ella aún se mantenía callada, pensando acerca de todo lo que había contado sobre Ethan. Dime Annie, ¿Qué sucedió entre ese noviazgo tuyo y el de él? —cuestiono Jean Carlo con algo de curiosidad. Como te dije era algo normal, un romance universitario, sin mayor trascendencia — ella se mostró tranquila — yo desde niña había estado enamorada de alguien, pero cuando cumplí los quince años de edad, sentí —se quedó completamente callada. ¿Qué sucedió en ese momento? — pregunto expectante el hombre — Tú lo debes de saber, te comenzaste a portar odioso y me tratabas muy mal, yo no entendía los motivos que tenías para tratarme así, entonces fue cuando decidí que no dejaría que me volvieras a hacer daño, y mucho menos volvería a tener sentimientos por ti —dijo ella. El hombre la escuchaba con los ojos muy abiertos, ¿le estaba confesando ella
el día comenzaba de manera tranquila, el hombre que respondía al nombre de Ethan Smith se levantaba, era el último día que viviría en ese departamento, para el fin de semana tendría en su poder cuatro millones de yenes. Ya le había llamado a su hermana para decirle que el pagaría su matrícula, que ya no se preocupara por todo eso, igual pagaría su estancia en los dormitorios la chica se encontraba feliz, y por supuesto que él también. Miro a su alrededor, no podía darse el lujo de renunciar al trabajo como asistente del fiscal, eso le traería más relaciones, y pode por ese motivo debía continuar ahí, con ese sueldo podría seguir manteniendo la fachada. Salió de su casa y se dirigió al metro, al llegar a su trabajo, el fiscal ya se encontraba ahí al parecer la oficina tenía buenas noticias, el fiscal había postulado para juez federal y las buenas nuevas era que había obtenido el puesto. ¿Qué sucede? — pregunto el hombre — veo que están tomando para celebrar — Si — hablo su compañe
Anabella recibió el mensaje de Ethan con una mirada aterrorizada y bastante molesta, ahora recordaba muchas cosas, el día en que él le fue infiel, la cara de él, su invitación a que se uniera a la cama con él y la que en ese momento ella consideraba una de sus mejores amigas. Ahora que sabía de esos videos tenía que avisarle a ella, a la mejor Ethan tenía videos u otras cosas de ella. Ahí se encontraba ella sentada recordando y viendo el número de celular de Johana, ella había sido su mejor amiga desde que ingresaron a Harvard, después Johana había asistido a la misma escuela de leyes que ella y el imbécil de Ethan. FLASH BACK No entiendo que le ves a Ethan Smith —dijo Johana con cara de repulsión — es un perdedor y hasta de deber la ropa que trae puesta — la chica se encontraba pintando sus uñas en la cafetería de la universidad. Es un buen chico además no quiero casarme con él — hablo Anabella — es para sacar las ganas y desfogarlas, así que no me importa su posición social — lo
Anabella miraba perdida en el comedor, su mente se encontraba en el pasado y en ocasiones en el presente, sabía que las señales siempre habían estado ahí, pero ella no las había visto, en cambio Jean Carlo se estaba comportando a la altura, que en esos días ya no había recibido llamadas de la odiosa de Constanzza Brassi, lo cual era un alivio, esa mujer era un lastre y lo peor que ella había conocido. Ethan se encontraba en la oficina del fiscal, en la cual muy pronto sería su oficina, el lugar era tranquilo, muy pronto tendría que elegir a nuevos abogados que trabajaran con él, eso lo haría muy fácil, jóvenes de la universidad de Harvard, iría a ofrecer trabajo a los del último año. En la oficina de Andollini, este se encontraba con uno de los investigadores privados, ya habían encontrado la dirección de Smith, y algunos hombres irían a saquear el departamento, solo tenían ordenes de sacar aparatos electrónicos y memorias que encontraran. El dinero que le había dado Andollini a Et
Anabella tomo su celular y se decidió por fin a enviarle el mensaje a Johana, le costaba mucho trabajo volver a hablar con ella, siempre la había considerado como su mejor amiga, bueno después de Jane y es que ella era más que su amiga su hermana, pero ahora no se enfocaba en eso. Las manos le temblaban de ansiedad, así que tomo el celular y busco el teléfono, no le enviaría mensaje, sino que le llamaría, eso se tenía que hablar en vivo, y de frente. El sonido de llamada comenzó y de pronto una voz femenina respondió desde el otro lado de la línea, quien respondía a la llamada era Johana, podía reconocer esa voz desde el otro lado del mundo. ¿Qué quieres de mí? — se escuchó la voz de Johana — yo no quiero hablar contigo,Anabella, ya deberías olvidar el pasado, ahora eres una mujer mucho más de lo que eras antes — la voz de Johana destilaba odio. No te hablo por gusto, Johana — la voz de Anabella se escuchó tranquila, pero un poco inflexible — es importante, es acerca de Ethan Smit