–¿De que carajos está hablando esta mujer?– Pregunta Aislyn con el celo fruncido, pero sinceramente tampoco entiendo a donde está queriendo llegar Amara con todo esto –De que yo, con un simple chasquido de mis dedos, puedo hacer que en un ADN de sangre figure que es hija de él y no tuya– amenaza Amara, su voz cargada de un poder implacable. La sorpresa en la habitación es evidente, ya que nadie esperaba, salvo yo, que Amara fuera capaz de semejante maniobra. Su revelación cambia por completo el juego, y el rostro de Aislyn muestra por primera vez un atisbo de verdadero temor.–¿Qué?– pregunta mi ex, mostrándose realmente aterrada, como si se diera cuenta de que se enfrenta a una rival más formidable de lo que jamás imaginó. La batalla entre estas dos mujeres ha alcanzado un punto de no retorno, y el destino de todos está en juego.Amara, sin mostrar señales de debilidad, se enfrenta a Aislyn con desprecio en su voz. –Lo que oíste, sigue con las amenazas hacia mi futuro marido,
NARRADOR OMNISCIENTE El tiempo comienza a pasar lentamente en el auto, y el pesado silencio que se había formado entre los dos adultos es roto por la risa juguetona de Lucero. Amara, quien había estado absorta en su teléfono hasta ese momento, deja de prestar atención a la pantalla para observar fijamente cada detalle de la niña. Los gestos de Lucero y su inocencia le evocan un recuerdo lejano, uno que creía enterrado en lo más profundo de su memoria. De pronto, la imagen del auto se difumina en su mente, dando paso a otro vehículo, más antiguo, con asientos de cuero y el murmullo incesante de una conversación ajena a ella.Era una tarde lluviosa cuando Amara, de apenas siete años, jugaba en el asiento trasero del lujoso automóvil de su padre. Su madre, una mujer de voz dulce y mirada cálida, le sonreía mientras acomodaba las pequeñas muñecas sobre su regazo—Mami, la princesa Celeste quiere ir al baile con un súbdito, pero el rey no la deja salir del castillo —dijo Amara, hacien
NARRADOR OMNISCIENTE –Liam, acelera el paso. Tenemos que informarle a todos los miembros del personal de la casa que Lucero se quedará aquí a partir de hoy –ordena Amara, su tono tajante y firme como una orden inapelable. –Pero si ya la han visto en el cuarto de huéspedes estos días –responde Liam, frunciendo el ceño, visiblemente incómodo. –¿Vas a hacerme caso o no? –pregunta Amara con sus brazos cruzados mostrando una evidente molestia. Liam la mira un momento, y aunque el rencor se asoma en sus ojos, asiente con desgana. –Está bien –responde, ya sabiendo que no hay lugar para más discusión. Con rapidez, recoge las pertenencias de Lucero, las sujeta con firmeza en sus brazos y asciende por las escaleras, decidido a cumplir con la orden. Al llegar junto a Amara, ella le lanza una mirada de satisfacción antes de volverse hacia uno de los guardaespaldas –Reúne a todos los trabajadores del hogar y convócalos rápidamente a la cocina. El hombre asiente en silencio y en menos
NARRADOR OMNISCIENTE —Lucero, mi amor, ¿te puedo hacer una pregunta? Algo muy importante —pregunta con una dulzura finge, casi imperceptible en su tono.Lucero levanta la mirada, con esa inocencia que solo los niños pueden tener, sin sospechar que su madre siempre tiene algo más entre manos. —Sí, mami —responde sin dejar de jugar con sus muñecas.–¿Qué prefieres, mi vida? ¿Seguir viviendo con papá y Amara o regresar a vivir conmigo? —inquiere Aislyn, su voz suave, casi melancólica.Lucero, sin dudarlo, alza sus grandes ojos brillantes hacia su madre. —Quiero quedarme con papá y con Amara. Me gusta mucho vivir con ellos.Aislyn siente un nudo en el pecho, pero no lo deja ver. Su rostro, aunque sereno, se tensa por un instante. “¿Por qué?”, piensa. “¿Por qué siempre tiene que ser así?” Pero lo que siente no importa. Hay algo que debe hacer, algo que ha estado planeando desde el principio. Se mantiene tranquila, controla sus emociones y, con una sonrisa fría, continúa:—Claro, cla
NARRA AMARA Cada día que pasa, el tiempo se reduce implacablemente. Muy pronto, tendré que sellar el pacto casándome con Liam, un destino que, lejos de emocionarme, me asfixia. Al principio, pensé que sería un sacrificio llevadero, un trámite necesario para cumplir con lo pactado. Pero nunca imaginé que casarme con un hombre que ya tiene una hija complicaría tanto mi vida. No es solo la niña, son las responsabilidades, las sombras de su pasado que se aferran a él y, por extensión, a mí. Sería más fácil elegir a alguien sin cargas, sin vínculos que me aten a un mundo que no es mío. Y sin embargo, por más que intento encontrar una razón para alejarme, hay algo en Liam que no me lo permite. Algo en su voz, en su forma de mirarme, en la manera en que su presencia invade mi mente incluso cuando quiero escapar. Pero lo cierto es que no puedo soltarlo, aunque cada día que pasa siento que este compromiso me consume. Un golpe seco en la puerta me arranca de mis pensamientos. Mi cuerpo se
Narrador omniscienteKate avanza con paso firme, con su corazón latiendo con fuerza a medida que se acerca a la habitación de Lucero. La certeza de que Liam está allí la atrae con una fuerza casi magnética, como si todo en su ser la empujara hacia esa puerta, hacia el próximo paso en este juego de poder y deseo.Cada uno de sus movimientos refleja una confianza inquebrantable. Este momento, lo sabe, podría ser la clave para obtener todo lo que ha ansiado. La puerta ante ella ya no es un simple límite, sino el umbral de una oportunidad que está decidida a tomar sin dudar. Cada paso la acerca más, su mente calculando, planeando, como si cada gesto estuviera premeditado, cada movimiento un paso hacia la conquista de Liam.Al cruzar el umbral, la habitación deja de ser un espacio simple. Se convierte en el escenario donde sus intenciones cobrarán vida. El aire vibra con una tensión palpable, como si el tiempo mismo se detuviera para dar paso a lo que está por venir. Cada respiración aum
Narra Liam.–¿Qué mierda hago ahora?– me pregunto en voz baja, observando mi reflejo en el espejo. Mis ojos lucen cansados, como si la culpa y la frustración me pesaran demasiado. Me paso una mano por el cabello, intentando encontrar una respuesta entre el caos de mis pensamientos.La idea de salir con Kate me atrae, me tienta, como si fuese un refugio en medio de la tormenta. Pero sé que no será solo una cena, sé que no podré evitar sus preguntas, su mirada inquisitiva que siempre ve a través de mis mentiras.–¡Maldito contrato!– masculló entre dientes, dando un golpe en la pared antes de girar sobre mis talones y caminar hacia la habitación de Amara.Cada paso que doy es un recordatorio de la farsa en la que estoy atrapado. Un anillo que simboliza nada, una relación que no existe, una mentira demasiado grande para sostenerla por mucho tiempo.Kate sospecha. Siempre lo hace. No es una mujer que se conforme con respuestas vagas o excusas sin fundamento. Si salgo con ella esta noc
Narra Amara–Maldito infeliz… –susurro entre dientes, con los ojos clavados en la puerta por la que se ha marchado. ¿Cómo puede sentirse atrapado cuando le he dado todo? Todo lo que necesita para que se sienta cómodo con este contrato, con esta vida que él mismo aceptó. Incluso he tolerado la presencia de esa niña aquí, a pesar de mi aversión por los niños. –¿Así me pagas todo lo que he hecho por ti?. Saliendo como si fueras libre, como si no tuvieras compromisos, como si pudieras hacer lo que te venga en gana sin consecuencias. La imagen de él con esa mujer se forma en mi mente y una ira sofocante me recorre el cuerpo. Sé que ella se regocijará, que se sentirá triunfante al creer que finalmente ha conseguido lo que quería. Mientras tanto, aquí estoy yo, atrapada entre estas paredes y mis propias decisiones. ¡No!.. No pienso permitirlo. No me quedaré de brazos cruzados mientras él se divierte, mientras cree que puede tratarme como un obstáculo en su camino. –¿Cree que ese e