Ángel
Mae cocina delicioso. Jamás había probado comida así y eso que mi madre es buena en la cocina.
Hemos terminado de comer y Mae ha dicho que limpiará un poco así que tomo asiento con Daniel frente al televisor. Comenzamos a hablar sobre técnicas, peleadores y coloca un par de peleas en YouTube. El chico es muy bueno solo que no quiero hacercelo saber o dejará de esforzarse con el resto de compañeros.
Son las 8 de la noche y ambos estamos por caer rendidos cuando el chico anuncia que va a dormir.
—Buenas noches entrenador —dice golpeando mi piño
—Descansa Daniel —y lo escucho desearle buenas noches a su madre. Mis ojos se están cerrando casi por inercia, creo que es el olor de Mae que ronda por toda la casa que me hace relajarme de manera inmediata.
—¿Cansado? —escucho su voz y abro los ojos que siento sumamente pesados
—A dormir —digo casi en un balbuceo y escucho su risa, me toma de la mano y juntos subimos por l
MaeDespierto totalmente descansada y al recordar que es Jueves me apresuro a ver la hora.—Mierda… —digo al ver que son las 7:50 am, pero al instante recuerdo que ayer he renunciado a mi trabajo. Me siento en la orilla de la cama y puedo percibir que aún huelo a Ángel.Me pongo de pie y voy al baño, me deshago de la ropa y empujo mi cuerpo a la ducha. No tardarán en llegar y no he preparado el desayuno. Siento como el agua recorre mi piel y eso me relaja bastante pero no pierdo más tiempo y enjabono cada parte de mi cuerpo y después esparzo un poco de shampoo para terminar por dejarlo caer con el agua. Salgo de la ducha y quito el agua de mi piel con ayuda de la toalla y recojo mi cabello con otra más para pasar corriendo por el pasillo hasta llegar a mi cuarto.Tomo un vestido liso de color negro que hace tiempo quería lucir y lencería del mismo color a juego. Me
ÁngelAparcamos en un parque cercano y dudo un poco en si deberíamos de tener esta plática o no, pero bueno esto es necesario. Bajamos del auto y caminamos hasta llegar a una de las bancas cercanas. Mae mira a nuestro alrededor y es cuando podemos ver un para de niños jugando en la resbaladilla.—¿Listo? —pregunta de manera relajada y yo niego—La verdad es que no, yo no suelo hablar al respecto, pero supongo que para ti esta atracción ha sido un tanto extraña —tomo su mano y puedo sentir que está un poco sudadas.—Lo es, pero todo lo que tu eres resulta algo agobiante —alzo ambas cejas y bufo—No es la primera vez que escucho esto —Mae me toma la mano con ambas manos—No, no quiero decir que…—Sé lo que quieres decir —niega de nuevo—. No te equivocas, como te dije ayer yo…
MaeSubimos al auto después de la plática e iniciamos el camino a casa. No puedo negar que mi mente va a mil por hora, apenas puedo creer que he vuelto a ver a César. Siento que lo que me ha dicho es mucho más confuso de lo que puedo procesar en este momento, Daniel estuvo a punto de conocer a su padre... ausente, pero al final es su padre. Solo espero no estarme segando, por él, por su físico, por mi necesidad de amar, por esta extraña atracción.—Daniel va muy bien en los entrenamientos —dice de manera seria y asiento—Me alegra y sobre todo que este tipo de entrenamientos lo dejan con menos tiempo para reunirse con esos chicos… —digo mirando por la ventana.—Te han dado problemas —niego—No, siempre se mantienen al margen pero siempre existe el miedo… como madre —lo miro asentir y justo da vuelta por nuestra calle. Aparc
MaeAmbos se han ido a entrenar, de hecho están a punto de llegar, he terminado de preparar la cena. Aun me siento algo intranquila por lo sucedido con ambos, no sé si estoy capacitada para superar esta situación, para entender a Ángel, para comprender que Daniel ya no es un niño.Tomo el té de manzanilla que me he preparado y voy hacia mi habitación, a pesar de que no es muy tarde mis ojos pesan y estoy casi segura que en poco tiempo terminaré dormida. No tengo mucho apetito así que aprovecho y voy a recostarme. Tomo el último sorbo del té cuando coloco la taza en la mesita de noche y cierro los ojos. Mi cuerpo se siente sumamente cansado, la cabeza duele un poco y tengo esa extraña sensación cuando crees que vas a caer resfriado.Escucho un par de pasos, luego como se hunde el colchón y el olor de Ángel. Tengo mucho frío su cal
MaeCuando por fin termino de lavar los platos utilizados para hacer la cena mis piernas duelen, necesito un baño y hace calor a pesar de que el aire acondicionado está encendido. Ángel y Daniel miran en el televisor un juego de béisbol cuando escucho que un móvil suena.—Si... no, no iré a casa, sí estoy aquí —luego un silencio—. Adiós.Me inclino un poco hacia la sala de estar y todo sigue igual, solo Ángel teclea un par de cosas en el móvil que luego deja a un lado.Me dirijo hacia el baño debido a que ya no puedo más con el calor y me deshago de la ropa. Abro la llave del agua fresca y esta de inmediato cae a mis espaldas... es tan relajante, cierro los ojos y mi cuerpo se afloja, hoy fue un día... de locura, una total locura.Tomo un poco de champú y lavo mi cabello, luego mi cuerpo, luego escucho la puerta.<
MaeSiento mi cuerpo sumamente cansado, pero totalmente satisfecho. No hay nadie en la cama, miro el reloj y son las 9 de la mañana. Poco a poco me siento en el colchón, estoy deshecha y húmeda aún, sonrío… siento mi sexo palpitar.Tomo el camisón que traía hace un par de horas y la misma lencería, no quiero deshacerme de su olor nunca. Voy hacia la cocina y comienzo a preparar un par de huevos y pan tostado, escucho la puerta y el corazón se me alborota.—Buenos días mamá —dice Daniel acercándose a mí y besándome la frente.—Buenos días hijo —pero Ángel no aparece.—Ah… Ángel dijo que revisaras tu móvil —asiento y sirvo el desayuno de Daniel, después voy por el móvil y lo enciendo, son dos mensajes.De: Ángel (8:45am)
MaeEl tiempo pasa y decido que es hora de ponerme de pie. Tengo que hacerlo, es suficiente. He salido de cosas peores.Tomo un par de mayas deportivas y una blusa de mangas cortas, me coloco zapatillas deportivas y voy hacia la cocina para tomar un vaso de agua. Mi teléfono vibra, voy hacia él y miro un sinfín de mensajes y llamadas de Ángel, ni siquiera quiero leerlos así que elimino las notificaciones y voy hacia la llamada de Daniel, marco su número y escucho el timbre cuando él contesta.—Iré con mis amigos a… dar una vuelta, ¿está bien? —supongo que debe de estar demasiado aturdido por lo que pasó.—Está bien, cuídate Daniel, por favor y llama —contesta afirmativamente y luego termina la llamada, tomo mis llaves y voy hacia mi auto. Yo tampoco quiero estar aquí. Por una extraña razón quiero salir de
Ángel.No puede estar pasando esto, no pude haberla perdido. Ella es mía. Doy vueltas por el pasillo y llamo de nuevo, luego vuelvo a llamar y nadie responde. Tecleo el número de Mae pero nadie atiende.—Chico… Daniel, abre la puerta —pero nadie responde. Alguien sube las escaleras, es cuando veo a papá.—Ángel, debemos irnos, llamarán a la policía.—No me importa, escucha papá no me importa, ella no quiere verme y yo no puedo estar sin ella, no puedo dormir sin ella, no puedo…—Si puedes Ángel —pero yo niego y vuelvo a llamar a la puerta.—Mae… por favor, ¡Mae! —golpeo más fuerte la puerta y luego veo a mamá.—Ángel… hijo, es suficiente, mañana puedes venir a hablar con ella, ya que esté todo más tranquilo y…—No ma