Mae
Subimos al auto después de la plática e iniciamos el camino a casa. No puedo negar que mi mente va a mil por hora, apenas puedo creer que he vuelto a ver a César. Siento que lo que me ha dicho es mucho más confuso de lo que puedo procesar en este momento, Daniel estuvo a punto de conocer a su padre... ausente, pero al final es su padre. Solo espero no estarme segando, por él, por su físico, por mi necesidad de amar, por esta extraña atracción.
—Daniel va muy bien en los entrenamientos —dice de manera seria y asiento
—Me alegra y sobre todo que este tipo de entrenamientos lo dejan con menos tiempo para reunirse con esos chicos… —digo mirando por la ventana.
—Te han dado problemas —niego
—No, siempre se mantienen al margen pero siempre existe el miedo… como madre —lo miro asentir y justo da vuelta por nuestra calle. Aparc
MaeAmbos se han ido a entrenar, de hecho están a punto de llegar, he terminado de preparar la cena. Aun me siento algo intranquila por lo sucedido con ambos, no sé si estoy capacitada para superar esta situación, para entender a Ángel, para comprender que Daniel ya no es un niño.Tomo el té de manzanilla que me he preparado y voy hacia mi habitación, a pesar de que no es muy tarde mis ojos pesan y estoy casi segura que en poco tiempo terminaré dormida. No tengo mucho apetito así que aprovecho y voy a recostarme. Tomo el último sorbo del té cuando coloco la taza en la mesita de noche y cierro los ojos. Mi cuerpo se siente sumamente cansado, la cabeza duele un poco y tengo esa extraña sensación cuando crees que vas a caer resfriado.Escucho un par de pasos, luego como se hunde el colchón y el olor de Ángel. Tengo mucho frío su cal
MaeCuando por fin termino de lavar los platos utilizados para hacer la cena mis piernas duelen, necesito un baño y hace calor a pesar de que el aire acondicionado está encendido. Ángel y Daniel miran en el televisor un juego de béisbol cuando escucho que un móvil suena.—Si... no, no iré a casa, sí estoy aquí —luego un silencio—. Adiós.Me inclino un poco hacia la sala de estar y todo sigue igual, solo Ángel teclea un par de cosas en el móvil que luego deja a un lado.Me dirijo hacia el baño debido a que ya no puedo más con el calor y me deshago de la ropa. Abro la llave del agua fresca y esta de inmediato cae a mis espaldas... es tan relajante, cierro los ojos y mi cuerpo se afloja, hoy fue un día... de locura, una total locura.Tomo un poco de champú y lavo mi cabello, luego mi cuerpo, luego escucho la puerta.<
MaeSiento mi cuerpo sumamente cansado, pero totalmente satisfecho. No hay nadie en la cama, miro el reloj y son las 9 de la mañana. Poco a poco me siento en el colchón, estoy deshecha y húmeda aún, sonrío… siento mi sexo palpitar.Tomo el camisón que traía hace un par de horas y la misma lencería, no quiero deshacerme de su olor nunca. Voy hacia la cocina y comienzo a preparar un par de huevos y pan tostado, escucho la puerta y el corazón se me alborota.—Buenos días mamá —dice Daniel acercándose a mí y besándome la frente.—Buenos días hijo —pero Ángel no aparece.—Ah… Ángel dijo que revisaras tu móvil —asiento y sirvo el desayuno de Daniel, después voy por el móvil y lo enciendo, son dos mensajes.De: Ángel (8:45am)
MaeEl tiempo pasa y decido que es hora de ponerme de pie. Tengo que hacerlo, es suficiente. He salido de cosas peores.Tomo un par de mayas deportivas y una blusa de mangas cortas, me coloco zapatillas deportivas y voy hacia la cocina para tomar un vaso de agua. Mi teléfono vibra, voy hacia él y miro un sinfín de mensajes y llamadas de Ángel, ni siquiera quiero leerlos así que elimino las notificaciones y voy hacia la llamada de Daniel, marco su número y escucho el timbre cuando él contesta.—Iré con mis amigos a… dar una vuelta, ¿está bien? —supongo que debe de estar demasiado aturdido por lo que pasó.—Está bien, cuídate Daniel, por favor y llama —contesta afirmativamente y luego termina la llamada, tomo mis llaves y voy hacia mi auto. Yo tampoco quiero estar aquí. Por una extraña razón quiero salir de
Ángel.No puede estar pasando esto, no pude haberla perdido. Ella es mía. Doy vueltas por el pasillo y llamo de nuevo, luego vuelvo a llamar y nadie responde. Tecleo el número de Mae pero nadie atiende.—Chico… Daniel, abre la puerta —pero nadie responde. Alguien sube las escaleras, es cuando veo a papá.—Ángel, debemos irnos, llamarán a la policía.—No me importa, escucha papá no me importa, ella no quiere verme y yo no puedo estar sin ella, no puedo dormir sin ella, no puedo…—Si puedes Ángel —pero yo niego y vuelvo a llamar a la puerta.—Mae… por favor, ¡Mae! —golpeo más fuerte la puerta y luego veo a mamá.—Ángel… hijo, es suficiente, mañana puedes venir a hablar con ella, ya que esté todo más tranquilo y…—No ma
MaeMe deshago de la camisa y las mayas deportivas, luego del sostén y tomo un camisón de color rosa pálido para colocarlo de pijama. Me siento molesta aún y algo confundida por todo lo que pasó hace un par de minutos, sinceramente no es que quiera tenerlo cerca pero tampoco quiero tenerlo lejos. Escucho como Ángel se deshace de su ropa y luego como se sienta en mi cama. No dice nada y es él quien tiene que hablar, no yo, así que me quedo mirándole detenidamente, sus ojos me recorren de arriba abajo todo el cuerpo y fuera de hacerme incomodar frunzo el ceño y me animo a hablar.—¿Te gustan con más caderas?, ¿o más tetas? —él niega rápidamente y se endereza incómodo.—Mae… te lo he dicho, es la postura que él promotor dijo que…—¿Y siempre haces lo que te dicen?, sobre todo si ti
Mae Vamos de camino hacia el lugar donde Ángel tiene que estar para… no sé muy bien para qué. Conduce con una mano en el volante y con su mano libre sostiene la mía pegada en mi pierna. —Me estoy muriendo de hambre —dice Daniel detrás de nosotros. —Yo también —contesta Ángel justo para dar la vuelta en un bonito restaurante donde es posible observar mesas al aire libre. Rápidamente ubico a la madre de Ángel y a su padre junto a una bonita muchacha, obviamente es su hermana pues es el vivo retrato de su madre. —No me dijiste que veníamos a desayunar con tus padres… —carraspeo y casi de inmediato tomo mi bolso para tomar el labial color rosado y arreglar mi cabello aún húmedo por el baño. —Bueno, no solo es con mis padres, también vendrá el promotor y mi agente, dejaremos claro algunas cosas en este desayuno —pestañeo varias veces y Daniel suelta una carcajada. —Vamos mamá, eso era lo que querías, ajustarle el pantalón a… <
ÁngelAl volver a la mesa donde mi familia nos espera el ambiente sigue muy tenso. Me gustaría que papá se sintiera feliz por mi, por nosotros, pero es demasiado exigente, y le atemoriza que pueda cagarla, como siempre lo hago.—¿Así que… un hombre de familia? —dice empujando el jugo de naranja, ayudo a Mae a terminar de sentarse cuando yo tomo asiento junto a ella y bufo.—Si… ¿no es eso lo que todos aquí quieren?—No se trata de que nosotros queramos eso para ti Ángel… se trata de lo que tu y Mae quieran—. Es mamá la que habla y parece muy tranquila.—Mae lo quiere… —digo apenas cuando mi padre interrumpe—¡Deja que Mae lo diga, Ángel! —dice papá de forma desesperada. Mi chica me mira completamente sorprendida por el papelito que papá está haciendo. Mi ma