—Mi amor, ¿es la misma gente de Cabimas? —preguntó Adriana, sorprendiendo con la pregunta a Mateo, quien de momento no quería angustiarla más, pero debía dar una respuesta, para que se tranquilice.—¡No, mi amor! Al parecer fue hampa común, iban a atracar al primero que pasara por esa vía, a esa hora —respondió él, con un gesto de tristeza en su rostro. Deseaba alejar de forma definitiva toda duda y preocupación en ella.—¡Dios! Y debíamos ser nosotros, los primeros que pasáramos por ahí —comentó ella, lamentándose.—¿Cómo te sientes? —preguntó él, preocupado.—¡Bien, mi amor! Por favor, baja al mínimo esa intensidad de preocupación que sientes por mí. ¡No te quiero ver más alarmado! ¡Me siento y estoy bien! Al igual, que nuestro bebé —aseguró ella.»Recuerda lo que dijo el ecografista ¡el bebé está bien! —suplicó esta, extendiendo sus manos para que él le abrace.—¡Eres mi vida! ¡Igual que mis hijos! No quiero, ni siquiera pensar, ¿qué será de mí, si me falta uno de ustedes? —se cue
—¡Sí, me consta! —Asintió Angélica— Él es lo máximo, sin Dios en nuestras vidas no somos nada. Ha sido y sigue siendo un excelente aprendizaje, conocerlo y tenerlo en mi vida. A Nuestro Señor, le debo todo lo que ahora tengo y soy —exclamó ella con gozo.—¡Me da mucha satisfacción escucharte! —Agregó Adriana, preguntando a esta— ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo, no se te ve nada?—Voy comenzando, según los cálculos de Diego, tengo cinco semanas aproximadamente. Me hice las dos pruebas, el test que venden en la farmacia y el de sangre y las dos dieron “positivo” —comentó ella, con una amplia sonrisa, apretando la mano de su esposo, quien estaba sentado a su lado, conversando con Marcos.—¡Felicitaciones! Espero que no te afecten tanto los síntomas normales del embarazo, a mí con primer hijo, Mateo, me dio de todo —sostuvo Adriana, con cara de tristeza— Aunque tu ventaja sobre nosotras, es que tienes al médico en casa.Las dos sonrieron muy alegremente, lo cual agradó al resto de la fa
De inmediato, ella al abrir la carta le explicó el contenido de cada plato su origen y como eran preparados. Fue así, como después de llevarlo por este recorrido le hizo dos sugerencias iniciales, las cuales él aceptó.Finalmente, al concluir la cena Kelvin, se ofreció a llevarla hasta su apartamento para que no se fuera en servicio de Uber. Este, le hizo ver lo importante que era, que ella manejara su propio vehículo y así no depender de nadie, para que la traslade de un lugar a otro.—Siempre mi hijo me dijo eso, pero no lo vi relevante. No pensé que llegaría el día, cuando estaría sola, con un auto estacionado en el edificio y yo tomando taxis.—¡Pero ves, es una realidad! —exclamó Kelvin.Al salir del restaurante, los dos fueron observados por Liliana, quien aún no se había ido, sintiendo envidia con Luisa, porque debería ser ella quien estuviera en ese lugar. Debido a que su padre siempre le ha dicho, que será la única heredera de su padrino...(***)Al siguiente día, cuando Luis
En cuanto a los invitados, solo fueron elegidos los más allegados de cada uno de los hermanos, como de la familia de Claudia.—¡Gracias, cuñadas por su valiosa colaboración para que esto sea posible! —comentó Claudia mirando a Arantza y Angélica, quienes se acercaron a ella, le abrazaron y besaron.La mujer de Marcos, invitó a su mamá y a sus hermanos, con sus respetivas parejas, todos miembros de la alta esfera social de El Dorado y quienes demostraron su aprecio por el buen gusto.—A tus órdenes, cuñada —respondió Angélica feliz de poder participar con Adriana en este evento social, además de que por fin, conocerá a sus sobrinos.—Alicia, por favor trae a Mateo y a Abryl, para que sus tíos los conozcan —ordenó Adriana, sonriendo.Una vez que llegaron los niños, todos estaban admirados del enorme parecido con Mateo. Los dos parecían el clon de su padre, fundamentalmente el bebé, al caminar, hablar y gesticular, era la copia fiel y exacta de su papá, tan guapo como él. Además, era un
Dos días después del baby shower, en El DoradoClaudia, al despertarse y levantarse para ir al baño, sintió que un líquido corría por sus piernas, por lo que al bajar su mirada hacia sus piernas, gritó…—¡MARCOS!El que se encontraba en el baño, salió desnudo y mojado corriendo hacia la habitación. Al ver a Claudia asustada y temblando le preguntó.—¿Qué ocurre, mi vida? —mojando la alfombra, dentro de la habitación.—¡Me oriné o rompí fuente! —aseguró ella, preocupándose porque eso significaba que había comenzado el proceso del parto. Marcos, la levantó en brazo y la llevó hasta la ducha, para bañarla con él.—¡Ya mi amor! Permite que te bañe, para quitarte el líquido que se derramó por tus piernas, que por cierto no es orina, no huele como tal —aseguró él, bañando a esta, para tener todo listo al momento del parto.Ella, lo contempló y se sentía feliz, porque a pesar de sus infundados celos, él se había portado extraordinariamente bien. Este, le cuidaba, protegía, mimaba y consentía
Esa mañana, en Cabimas hacía mucho frío. La temperatura era de 2° C, por lo que Luisa, estaba temblando. Esto, hizo que Kelvin, la envolviera fuertemente en sus brazos para dar calor a su cuerpo. En vista que no se le pasaba, le buscó ropa cómoda la metió debajo de la frazada, acostándose él a un lado de ella.Esa mañana, ninguno de los dos fue a trabajar sino que optaron por quedarse en la mansión, muy juntitos frente a la chimenea, viendo televisión. En horas de la tarde, Luisa recibió una llamada del penal, en la cual le informaban que la hora de salida de su hijo, era a las nueve de la mañana del día siguiente.—¿Quién era? —preguntó Kelvin.—Del penal, me imagino que alguien a quien Nilo le pidió el favor de llamarme, era para avisarme que la hora de salida de él, será a las nueve de la mañana.—Yo te acompaño —expresó Kelvin, con una mirada cálida, la cual ella percibió claramente.—¡Gracias! Te lo voy a agradecer infinitamente —respondió ella, aferrándose más a él.Kelvin, perc
Al día siguienteAdriana y Mateo, salieron de la consulta prenatal de su tercer vástago. Este, ya estaba próximo a nacer, puesto que ella acaba de entrar a su octavo mes. Ellos, tomados de las manos, caminaron hacia la camioneta, en la cual esperaba Sebastián, su chófer y sus dos guardaespaldas.—¿Cómo te sientes? —Preguntó Mateo, abrazando a su mujer al entrar con ella en la camioneta— ¿Estás cansada? Siento como si tu respiración estuviera más acelerada.—¡Estoy bien, amor! —Contestó ella, sonriendo— Gracias por estar tan pendiente de mí y de nuestro hijo. Has sido, totalmente una bendición para nuestros hijos y para mí —ratificó esta.—¡Te amo mucho, Adriana! ¡No concibo mi vida sin ti! En consecuencia, debo cuidarte mucho —Respondió él, abrazando más fuerte a su mujer— ¡Ya casi no te puedo abrazar totalmente, mi amor!—¡Je, je, je! Me estás llamando gorda, me la voy a desquitar ¡Eso no lo puedo dejar pasar! —expresó ella, con sus ojos cargados de deseo, fijos en él.—¡No, por favo
Al día siguiente, bien temprano Liliana se presentó con una hoja de vida y la tarjeta que le había dado el chófer de Mateo. Ella anunció a quien le entrevistaba que había ido por orden del dueño, para que la contrataran.—Buenos días, estoy aquí por orden y cuenta del dueño de la Corporación, Mateo González quien me solicitó ayer que viniera a su empresa que había trabajo para mí.—¿Quién le entregó esta tarjeta? —preguntó el jefe de personal, perplejo, porque este no era el estilo del Doctor González, aunque esa era su tarjeta original, llevaba la contraseña discreta que contienen las que él usa directamente.—El mismo, Mateo González —contestó ella, fingiendo conocer personalmente a este.Al ver la familiaridad y como quiera que Mateo, le había llamado el día anterior para advertirle, la llegada de una jovencita que venía de provincia buscando empleo, este le pidió ayudarla, puesto que fue algo que le solicitó su esposa y no quiere llevar la contraria a esta.Así que esta se llevó