—Tus escoltas lo saben —manifestó el teniente— Yo hablé anoche con ellos. Para evitar que se enfrenten, porque ya sé que son del grupo de mercenarios que trajiste del extranjero. No son mansas palomitas, lo que cargas a tu alrededor —le indicó este— Además, te asigné los mejores custodios.— ¡Gracias! Espero no darte mucha lidia con mi presencia aquí en El Dorado. Estamos en contacto —afirmó Mateo, extendiendo su mano al Teniente.— ¡Tranquilo! Cualquier cosa me llamas.—Yo tengo buena memoria. Estoy seguro que algo recordaré, si me concentró en eso, pero como tengo la mente, en lo que voy a hacer ahora con mi esposa, se me hace más difícil, enfocarme —refirió Mateo algo molesto, por esta falla en él.Al salir de la delegación, se encontró de frente con Diego, quien llegaba acompañado de dos personas más, lo cual extraño mucho a Mateo, así que acercándose a este, le preguntó:—Hola, ¿cómo estás, Diego? ¿Algún problema? —preguntó a su amigo y cuñado, con preocupación, puesto que era r
La fiscal, que estaba de simple espectadora y observadora de toda la discusión, que se había dado, desde que la joven llegó con sus familiares, no asimilaba las palabras de este.—¿NIÑA? —Gruñó Diego, con rabia, juzgando a este— El que está peor eres tú ¿Si recuerdas cuantos años tiene tu hija? Si no, te los rememoro, veinticinco años. No es ninguna niña, ni adolescente, es toda una mujer.—Tienes la mala costumbre, hermano de hacerte el ciego y el sordo ante los comportamientos indecorosos e inmorales de tu hija —le culpó su hermano y padre de Diego, con desagrado y pena ajena.—¡Son calumnias! En contra de mi hija —refutó este.En ese momento, habiendo presenciado todo el espectáculo, la fiscal y el funcionario encargado del caso, pusieron orden en el lugar y llevaron a Ana Teresa a declarar. Obviamente, ella negó todos los hechos, desconociendo todo lo planteado, por Diego en su denuncia.La fiscal, advirtiendo las consecuencias de sus actos, le hizo ver a lo que será condenada de
Mateo y Adriana, pasaron un buen rato en la mansión de su hermano compartiendo con su cuñada y sobrinos. Cuando este llegó, se sorprendió de ver ahí, a su hermano y su cuñada. —¡Que extraordinaria sorpresa, hermano, cuñi! ¡Me alegro, que estén aquí! —celebró él.—Hemos venido a ver la mansión y ya la estoy negociando —explicó Mateo— espero que sea cuestión de días para que nos mudemos y seamos vecinos. Solo habrá una casa intermedia, entre la de ustedes y la nuestra —aseguró este.—¡¡¡Qué bueno!!! —expresó y aplaudió, Claudia feliz.—Ya que están aquí, ¿por qué no almorzamos juntos? —preguntó Marcos, mirando a Mateo y Adriana, quienes se miraron con complicidad.—¡Vale! No obstante, voy a avisar a Alicia para que se encargue de dar de comer a Mateo. Él, está acostumbrado a comer con nosotros —comentó Adriana, sacando su celular. Al responder esta, ella se alejó un poco del grupo e incluso habló con su hijo.Luego, todos pasaron al comedor, Marcos abrió una botella de vino para
Para el Comandante, si había relación entre la actuación de estos implicados y la sentencia de Rossi. Había mucha coincidencia. También le informó que al día siguiente, serán enviados los cuatro detenidos a Cabimas, para presentarlos a los jueces que los solicitan y agregar esta nueva causa. Por último, le comentó:—Vamos a requerir de tu presencia en la Fiscalía, para que ratifiques la denuncia en su contra y poder procesar a todos, para que sumen más años a su condena —comentó el Comandante.—Por eso, no hay problemas, cuenta conmigo, para ratificar las denuncias que he formulado, que ya no sé ni cuantas son —confesó Mateo, con una sonrisa— se me está haciendo costumbre visitar diariamente la Comandancia o la Delegación.Este, se despidió de Mateo, mencionando que seguirá con su custodia hasta que se resuelvan todos esos procesos. Y que lo espera en Cabimas. Mateo, al colgar salió de su despacho y fue directamente a su habitación, para hablar con Adriana.(***)Al entrar a la habit
—¡Dios! Mi amor, no voy a seguir asistiendo a reuniones con Cárdenas y su mujer, porque podrán arriesgar a mi hija —afirmó Marcos, sintiéndose peor de lo que ya estaba. Pensando, que no puede seguir ayudando a Marisol, puesto que le puede traer problemas con Claudia.—¡Tranquilo! Mi amor puede ser por el embarazo que estoy tan sensible a los olores. Solo que vas a tener que bañarte antes de acercarte a mí, al llegar de la calle —aseguró ella.—¡Yo, sí creo! —respondió él, colocando en la mesita de noche, lo que le había traído, para aplacar el antojo, que le da normalmente en plena madrugada.Él, entró directo al baño, se duchó, arrojó toda la ropa en el cesto y se vistió con un simple pijama. Luego, se acercó a ella, para abrazarla y consentirla entre sus brazos. No obstante, sentía fuertes remordimientos por haber estado de visita, solo con su ex.En la clínicaPor otro lado, esa misma noche estando Diego de guardia, recibió la visita de su tío Elí Saúl, en la Clínica. Este, se veía
En CabimasUna vez, que cesó por unos minutos esta arremetida, el franco tirador, tratando de ubicarse en la misma posición anterior, disparó contra la segunda camioneta. No obstante, falló el disparo. Mientras Nava, por celular, reportó la situación, al teniente que le fue asignado la custodia de Mateo y quien envió refuerzos.Por otra parte, el conductor del vehículo aceleró y embistió nuevamente contra el vehículo de Mateo. Al parecer, la intención era sacarlos de la carretera, pero no lo logró. El chófer de este, experto en el volante se tiró hacia un lado de la carretera esquivando el golpe, acelerando de nuevo, inmediatamente.Para Nava, estas acciones buscaban evitar la llegada de Mateo a la delegación y con ello, la ratificación de su declaración. Asimismo, impedir la identificación de los delincuentes y los autores del atentado en su contra.En breves minutos, Nava observó como la camioneta, salió de la carretera, tomando una trinchera, mientras varios vehículos oficiales iba
En ese momento, Mateo también entró para informar que había llegado el funcionario que presidirá la ceremonia junto con su secretaria. Además, que también había llegado Diego y su familia.—¡¡¡Te ves muy bella, hermana!!! —comentó él, abrazando a esta y deseando lo mejor para ella, como para su amigo.—¡Lamentablemente, quien siembra vientos, recoge tempestades! —clamó ella con tristeza, arrepentida y abrazando a Mateo, agradeciendo que precisamente él, era quien estaba ahí deseando lo mejor, la persona a quien más daño causó.—¡Ya, hermanita! Eso pertenece al pasado, eso lo olvidé y lo perdoné. Hoy es momento de celebrar tu felicidad, tu nueva vida y en eso nos debemos enfocar todos los que aquí estamos —afirmó él con mucha ternura.—¡Mis acciones de antes, generaron consecuencias! Y estos son los resultados de esas acciones mal encaminadas. Me imagino que Adriana aún no ha podido perdonarme, ¿cierto? —preguntó ella dolida y triste, de no poder tener a sus sobrinos en su boda.—Sabes
Al amanecer del siguiente día...Marcos y sus hijos estuvieron casi hasta el amanecer, acompañando a los nuevos esposos e incluso escoltaron a los padres de Diego y a sus primos desde la salida de la mansión hasta la Avenida, donde cada quien tomó el camino que le conduce directamente a su casa.En este estado, Mauricio se quedó a dormir en la habitación de huéspedes, para no conducir a esa hora hasta su apartamento. Mientras, los nuevos esposos subieron a su habitación, la cual ocuparán unos meses, entretanto, se lleva a cabo los trabajo de remodelación de la mansión, para dividirla.En la mansión de Marcos GonzálezAl llegar a la mansión, Marcos y sus hijos estaban muy alegre, lo cual agradó a Claudia puesto que esto significaba que a pesar de todo, la fiesta había sido todo un éxito.—¿Cómo estuvo todo mi vida? —Consultó ella, curiosamente.—¡Excelente! Aunque al principio, Angélica hasta lloró, pensando que sus invitados no asistirían. Le afectó mucho, tu ausencia y la de Adriana