De inmediato, el cuerpo de ella se tensó. Su mirada era totalmente de asombro, muy profunda y sin desviar ni por un segundo la mirada de los ojos de Mateo. Adriana, se levantó del sofá donde estaba sentada, ahí en el estudio y dirigió sus pasos hacia el ventanal.Él, presintiendo lo que ella sentía en ese momento, fue detrás de su mujer, la abrazó atrayendo su cuerpo totalmente al suyo, besando la mejilla y labios de esta, diciendo al oído:—¿Si quieres, no sigo? —Preguntó él y agregó— podemos dejar esta conversación para otro momento.—¡No! Ya comenzaste, ahora terminas. Sigue y disculpa mi reacción, pero no es fácil, puesto que ya sospecho lo que pudo ocurrir —anunció ella, con disgusto.—¡Vale! El caso es que al corroborar la noticia, era cierta. Había un expediente y una sentencia, en un Tribunal de aquí de El Dorado, en la cual con mi firma electrónica de la Transnacional, llevaron a cabo el proceso del divorcio.»Inicié las investigaciones y arrojó que Arantza y Angélica, junto
Adriana, sonriendo lo abrazó, luego lo besó, acariciando con mucha ternura su rostro. Esta, admiró aún más a su marido y se sintió orgullosa de ver como la protegió y solucionó cualquier problema, antes de contárselo a ella, para que no se preocupara.Dando por concluida esta conversación, los dos abandonaron el estudio y se dirigieron a la sala de juego de los niños en el Penthouse. Al ver a su hijo, Mateo lo levantó en sus brazos, mientras, Adriana sacó a la niña de la cuna, para revisar a esta.Los dos, concentrados en sus hijos, intercambiaron entre ellos, nuevas ideas, para la formación de los mismos. Proponiendo Mateo comprar una mansión, ahí en El Dorado con piscina, para ir entrenando a Abryl, apenas cumpla el año y con lo cual ella estuvo de acuerdo.Una semana despuésDe compras, en el centro comercial más lujoso de la Ciudad, Adriana y Mateo, tomados de las manos, se encontraron de frente a Angélica y Diego. Él, totalmente sorprendido y de forma instintiva, haló a Adriana h
—¡Sí, te extrañé! —Contestó Arantza, conmocionada ante estos gestos, tan cariñosos de su parte y sin poder mentir.Justo en ese momento, el celular de Mauricio repicó insistentemente, al tomar este, en sus manos, ella pudo ver en el identificador de llamada, la foto de una joven hermosa. Él, decidió no contestar, por lo tanto, rechazó la llamada, pero casi de inmediato, volvió a repicar.—¿Por qué no respondes? —preguntó ella, cambiando su voz dulce, a una gélida y hostil.Él, sin saber de momento que hacer o decir se encontró en una disyuntiva. No hallaba que hacer, decir que era una paciente, era mentir y no quería iniciar una relación con ella, basada en mentiras. Contar la verdad, que era su ex, era algo arriesgado y no quería que por esto, ella lo rechazara, pero en todo caso, esto era preferible.—Porque es mi ex, no quiere aceptar que lo nuestro se acabó, que no me interesa —contestó él, con suma sinceridad, que ella agradeció.—Pero, es preferible le respondas, para que te ent
Por otro lado, al llegar a quien pagó para la realización de estos eventos surgen, tentativamente, los nombres de: Julio Urdaneta, Lila Rojas y Vicente Rossi, capo este último de las mafias de las islas vecinas a Cabimas y propietario de algunos comercios en la misma zona.Desde que llegaron a Cabimas y se filtró la noticia de la llegada de este grupo comando, comenzaron nuevamente los atentados y la destrucción en gran parte, tanto en los negocios de Kelvin, como de las oficinas de Mateo.En todo caso, ellos fueron ubicados en una zona donde serían resguardados, de cualquier acción en su contra. Enfrentados en una zona intrincada, donde se hospedaban estas mafias, los mercenarios dan de baja a diez miembros de la misma, incluyendo al lugarteniente de Vicente Rossi.La ciudad de Cabimas, vivió una gran convulsión, por estos enfrentamientos entre los grupos antisociales y los mercenarios contratados por ellos, durante tres días. Todo esto, llamó la atención del gobierno nacional.Al c
Mateo, recordó que también vio a este hombre en la isla, el día de paseo junto a su familia, cuando robaron a sus sobrinos. Esta información de inmediato la pasó al jefe del grupo, quien le agradeció por esto.Al día siguiente, en horas del mediodía, aterrizó el avión militar que trasladará, al capo más solicitado en Cabimas y las islas vecinas. Cuatro horas después, el avión despegó llevándose al delincuente a su país, donde la pena que menos le corresponderá será cincuenta años de prisión.Fue así como Mateo y Kelvin, recibieron mensajes de congratulaciones y agradecimiento de las distintas autoridades del país. Ellos, agradecían que estos pusieron su fortuna a la orden, para capturar a este capo de talla internacional que mantenía toda la región en zozobra.Una vez, que salieron del escondite, fueron escoltados por el grupo comando, con quienes se reunieron para finiquitar las condiciones del convenio. Quedó un grupo minoritario de ellos, a cargo de la escolta, tanto de Kelvin com
Marcos y Claudia, abrazados y felices sonreían ante la espera de este resultado, el cual, ya imaginaban con inmensa satisfacción.—¡Estoy, casi segura que será “positivo”! —Afianzó ella—. Inicialmente, no reconocí los síntomas, porque casualidad que anoche me antojé, de comer en ese lugar —repitiendo la palabra “antojé”.»¡Ahí, está la respuesta! ¡Mi amor, no soy yo! Es, un antojo de la beba —sonrió ella al decir esto.—¡Estamos bendecidos! —Reconoció Marcos— ¿Cómo sabes que será niña? —Preguntó él, besando a su mujer en los labios.»¡Es asombroso! Como salimos embarazados, tan rápido, hace apenas dos meses, que lo estamos buscando —agregó él, contento.—¡Sí, mi vida, cien por ciento, bendecidos! Y el cómo lo sé, ¡por intuición! ¡Je, je, je! —Aclaró ella— Aunque debemos esperar los resultados —ratificó.—¡Yo te puedo decir exactamente, cuándo fue que quedaste embarazada! —Agregó Marcos, emocionado y con picardía.—¿Cuándo? —Preguntó ella emocionada.—Fue el día que fuimos al cine, a
Arantza, lista para levantarse del asiento donde se encontraba, dejó salir una perla de su boca...—En todo caso, ya me di cuenta que no vale la pena. Cualquiera puede hacer en esta tienda lo que le dé la gana y tú estás simplemente en un cargo para tomar decisiones como un robot programado. Estos, son los gerentes mediocres, con los que nadie quiere negociar.»Me retiro, porque lamentablemente, perdí mi tiempo, que sí vale oro —declaró ella, caminando hacia la puerta. La gerente, después de escuchar lo que esta venía a proponerle, le llamó por su nombre…—¡Señorita Arantza, espere!Sin embargo, ella la ignoró. Salió de ahí con su frente en alto, muy altiva, mirando a todas por encima del hombro. Además, de dirigir una mirada gélida y desafiante, al salir de la tienda.Esa tarde, ella visitó otras tiendas, en las cuales fue bien recibida y donde realizó negocios con los gerentes, para expandir la línea de ropa de determinada marca, en estos.Una vez que terminó con estas actividades,
En el consultorio de Mauricio RincónLos vigilantes, al escuchar la explicación hecha por la secretaria del Doctor Rincón, se acercaron en actitud amenazante a la ex novia de este, por lo que ella gruñó:—¡Ni se les ocurra ponerme un dedo encima! O les pesará —amenazó esta, sacudiendo su cabello y saliendo altiva del consultorio— ¡Ustedes no saben quién soy!—Camine señorita, si no quiere que la toquemos —ordenó, el jefe del grupo.—¡Estúpido! —gruñó ella, con arrogancia y prepotencia.En la oficina de Mateo GonzálezEste, recogiendo todo de su escritorio, listo para dar por concluida su jornada de trabajo, contestó el teléfono porque su secretaria le llamó. —CEO tiene una visita inesperada, se llama Conchita y dice que es importante, que le urge hablar con usted.—¡Que pase! —respondió él, frunciendo el ceño y desconfiado. Lo que menos se imaginaba era que esta hubiera vuelto al país.—¡Toc, toc!—Adelante —ordenó Mateo, con una voz hostil.—¡Hola, Mateo! Disculpa, te molesté sin a