Al desocupar sus brazos, se acuclilló a un lado de Adriana y le abrazó para consolar a su mujer, quien soltó el llanto. Ella, necesitaba de sus abrazos y sus besos. Esto era lo único que podía calmarla, ante esta nueva situación tan estresante que estaba viviendo.—¡Ya, mi amor! —Expresó él, muy preocupado, recordando que en los últimos meses han vivido situaciones estresantes, que ella ha tolerado con valentía, por lo que, no le podía exigir más.—Tus besos y abrazos me fortalecen —confesó ella, tratando de poner de su parte, pues tenía en sus brazos a su pequeña hija dormida. Además, que pareciera toda la responsabilidad de este cambio, recaía en él.Él, tomó a la niña en sus brazos y se la llevó a Alicia para que la cuidara junto con Mateo. Volviendo de nuevo a la cabina, sentó a su mujer junto a él, en el sofá que había y así, la acompañó en lo que restó del viaje.—¡Tranquila, mi princesa amada! Estoy aquí, para protegerte siempre —manifestó él, acariciando su rostro y enjugando
Al transcurrir ocho horas, uno de los dos hombres amarrados, se desmayó. Dos de los oficiales que lo custodiaban, lo bajaron y lo hicieron reaccionar. Al lograrlo, le insistieron para que hablara y dijera el nombre de quien lo había contratado; pero aun así, todo débil, muerto de hambre y con sed, se resistió a hablar.No les quedo otra opción a Nava y Tony que volver a amarrar en la misma posición. Mientras el otro, que tenía guindando de la misma forma, pero en otra habitación, comenzó a hablar…—Yo, yo no, no conoz-co ca-si al chófer de la camioneta, él me buscó en mí, mi casa, para hacer una vuelta, so-solo de-debía dis-pa-parar una, una gra-granada —contestó él con una voz trémula.—¿En algún momento el chófer pronunció algún nombre? —le preguntó enojado el detective.—¡No, no, ya le dije que no! Solo el del dueño de la casa, un tal Mateo —agregó el delincuente.—¿Algo más que haya mencionado el chófer? —interrogó el detective.—So-solo que-que ha-ría-mos eso, pa, para sa-sacar a
—¡Salud! —Mencionó Marcos, quien agregó— para mí, también ha sido extraordinario, volver a ver que están juntos. Les deseo la mayor felicidad.—¡Salud! Por ti Angélica —agregó Mateo, levantando la copa de nuevo, abrazando a su hermana.—¡Gracias, hermanos! —respondió Angélica, con gozo y satisfacción de ver que por fin estaban unidos, como lo que son, una gran familia.—¡Salud, cuñado! ¡Hermanita, les deseo lo mejor y no me dejen sola en la mansión! —todos se carcajearon ante las palabras de Arantza.—¡Bueno! Ahora, a pedir lo que comeremos —comentó Angélica. En todo caso, ella les hizo un resumen de los platos que consideró son los más exquisitos y que valiera la pena probar.Una vez de acuerdo todos en lo que comerán, llamaron al mesero, quien les atendió de inmediato. Mientras, esperaban la comida, ellos conversaron sobre la fecha de la boda, la cual será dentro de un mes y medio, según lo acordado entre los novios inicialmente.En tanto, Mateo estaba chateando con Adriana...[«¿Có
Angélica, con una hermosa sonrisa en sus labios, lo animó:—¡¡Yo estoy segura, que puedes con eso y más!! Porque has sido mi maestro durante estos, casi tres años que llevamos de casados. Aunque no han sido continuos, pero tú eres calidad y excelencia —susurró ella al oído de él, estremeciéndolo desde la cabeza hasta los pies.—¡Deseo escuchar tus gemidos y suspiros! Por favor, aunque sean suaves ¡Eso me enloquece, me excita! Como no tienes idea, amor.—¡Prometido, amor! —respondió ella.Mateo comenzó esta larga noche de amor y pasión, recorriendo el cuerpo de ella, desde los dedos de los pies, hasta la cabeza, amando, adorando y entregando a Adriana su corazón, alma y cuerpo.Él, deseaba desesperadamente a su mujer. Desde que está con ella, no necesita de ninguna otra mujer. Se siente feliz y dichoso. A Adriana, le pasa lo mismo con él. Ha sido su primer y único novio, su esposo, su primer y único amante.Mateo la satisface y la conduce al clímax en cada entrega. Ella no es nada pasi
Nava, al ver el rostro desfigurado de Mateo de la rabia, se arrepintió de haber expresado lo que para él, era su más acertada hipótesis.—Ese hombre, estaba obsesionado con tu esposa y por lo que vimos el día de la sentencia, no está arrepentido de lo que hizo, al contrario, su mirada destilaba odio. Desde la cárcel, a veces es más fácil actuar, puesto que tienen la coartada perfecta, solo requerirá la complicidad externa.—¿Luisa? No la creo capaz, pero a estas alturas no debo creer en nadie —aseguró Mateo— ¡Investígala! Por si caso y llévate por delante a quien sea, quiero saber la verdad —exigió este.—¡Como digas, jefe! —Respondió Nava— Hay algo más, el pago por esta acción salió de la misma Corporación Internacional. Jefe, ¡necesitamos esa ayuda!—Déjame hacer otros contactos para tratar de descifrar eso, pero no te aseguro nada —contestó este molesto, al ver que siguen igual que al principio sin tener el nombre, de quién está detrás de todo esto.—Al chófer aún lo tenemos en la
—¿Qué raro, que papi y mami no nos despidan? —preguntó Guillermo, queriendo subir a la habitación de ellos para saber si había pasado algo.—¡Ni se te ocurra subir! ¡Vamos que el chófer está esperando por nosotros! —ordenó el junior sacando a empujones a su hermano de la mansión, al garaje.—Pero, ¿y si les pasó algo? Ellos salieron ayer temprano, cuando me acosté aún no habían llegado —agregó Guillermo.—¡Pareces una niñita! Ellos, son una pareja de enamorados o ¿no te has fijado como se la pasan besándose a cada rato y por todos los rincones? —indicó Marcos.—En todo caso, ellos siempre nos despiden —afirmó Guillermo, quien preguntó al chofer— ¿José, viste llegar a papi y a mami, anoche?—¡Sí, joven! Yo los llevé y los traje de vuelta.—¡Ah, ok!—¡Te lo dije, pero estas de bobo! —declaró Marcos, burlándose de su hermano menor.Siendo las once de la mañana, Marcos abrió los ojos y sonrió, al observar a su mujer desnuda, casi totalmente encima de él. Si se movía la despertaba, pensand
—¡Estoy totalmente de acuerdo contigo! De ahí que esa fue la decisión que tomé, después de hablar con Nava. En todo caso, la Roca seguirá siendo tu guardaespaldas y estoy esperando que el jefe de seguridad de la empresa me envíe otro, que será el custodio de Mateo y por ende de Alicia —informó Mateo.—¡Vale, mi amor! —Coincidió Adriana— Trataré de no salir a menos que sea indispensable, para no arriesgar a los niños —aclaró ella, tomando el rostro de él entre sus manos, para animar y haciendo ver a su esposo, que lo más importante, era que estaban juntos.»¡Juntos, superaremos esto! Mi rey confía en Dios, que Él nunca nos abandona y por algo pasan las cosas. Pienso, que así serán las bendiciones que nos vienen, que mira todo lo que nos está pasando. El oro se pule en el fuego, Dios nos está puliendo para recibir una gran bendición.—¡Amén! ¡Mi amor, que así sea! —Contestó él, creyendo en Dios y satisfecho de las palabras de ella, para tolerar esta situación tan absurda e ilógica que e
De inmediato, el cuerpo de ella se tensó. Su mirada era totalmente de asombro, muy profunda y sin desviar ni por un segundo la mirada de los ojos de Mateo. Adriana, se levantó del sofá donde estaba sentada, ahí en el estudio y dirigió sus pasos hacia el ventanal.Él, presintiendo lo que ella sentía en ese momento, fue detrás de su mujer, la abrazó atrayendo su cuerpo totalmente al suyo, besando la mejilla y labios de esta, diciendo al oído:—¿Si quieres, no sigo? —Preguntó él y agregó— podemos dejar esta conversación para otro momento.—¡No! Ya comenzaste, ahora terminas. Sigue y disculpa mi reacción, pero no es fácil, puesto que ya sospecho lo que pudo ocurrir —anunció ella, con disgusto.—¡Vale! El caso es que al corroborar la noticia, era cierta. Había un expediente y una sentencia, en un Tribunal de aquí de El Dorado, en la cual con mi firma electrónica de la Transnacional, llevaron a cabo el proceso del divorcio.»Inicié las investigaciones y arrojó que Arantza y Angélica, junto