―Y entonces la muy... bruja, me dijo que dejara las preguntas para más tarde, ¿Puedes creerlo? Se burla de los padres primerizos.
―No me lo puedo imaginar―Murmuré sin prestarle mucha atención a Fred y sí mucha a mi teléfono.
Había intentado contactar con Helena todo el día, pero no había recibido respuesta alguna de su parte, supongo que seguía molesta por mi trabajo y creo que es entendible.
One day when the light is glowing, I'll be in my castle golden but until the gates are open, I just want to feel this moment Oh oh...I just want to feel this moment Oh oh... I just want to feel this moment.Ah, Christina... Cómo amaba la voz de esa mujer.Me quité un auricular y giré a ver por un segundo a Jimmy, el cual iba a unos cuantos metros detrás de mí luciendo como si estuviese a punto de sufrir un infarto.― ¿Como vas, Jimmy? ―Le pregunté preocupada, pero sin dejar de correr.―Como un millón de dólares―Exclamó entre jadeos.―Solo faltan tres kilómetros, amigo―Le grité antes de aumentar el ritmo― ¡Aguanta!―Ya llevo doce, creo que puedo completarlos gateando.Me volví a colocar el auricular una vez más sin perder la sonrisa y me concentré por comp
Mark soltó un silbido de apreciación mientras se apoyaba contra la puerta cerrada.―Hombre... Te la anotaste bien con ella.Y aquello me hizo sentir... ¿Como se suponía que me debía sentir? Mark le había echado un ojo a Helena y no me había parecido bien.La risita de Fred hizo que cayera en cuenta de que me había
―Es una bonita noche, ¿Cierto? Prrr. ―Sólo serán unas pocas horas, tendrás agua, comida y la casa para ti solo, Rolls. Miau.
― ¿Como se siente, señorita?Mareada, con ganas de vomitar, cansada, asustada.―Bien―Murmuré apartando la mirada de la enfermera.― ¿Segura? ―Preguntó sonando dudosa―Tiene que ser honesta, de lo contrario estará más tiempo aquí hasta que diga la verdad, estuvo a punto de sufrir una sobredosis.Puta madre.Los drogadictos sufrían sobredosis; yo apenas había probado un brownie con marihuana y fue como una borrachera en mis días de adolescente, así que no podían tildarme como una yonkie.Pero alguien me había inyectado una droga capaz de matar e intentado secuestrar como si nada.Abrí la boca y le dije a la enfermera como en realidad me sentía y giré la cara hacia la puerta cerrada.Había escuchado a Christopher murmurando algo con la doctora cuando ésta salió 15 minutos atrás y é
― ¿Qué dijiste? ―Pregunté sintiendo que se me paraba la respiración y que se me aceleraban las pulsaciones. ¿Estaba a punto de sufrir un infarto por culpa de una declaración de amor? ―Que te amo―Repitió mordiéndose el labio y luciendo divertida. Definitivamente era un infarto.
― ¡Esto es hermoso, Chris! ―Exclamé viendo a mi alrededor embobada. ―Me alegro que te guste, cielo―Murmuró él. Me sorprendí cuando me giré hacia él y vi que soltaba el aire de golpe. ― ¿Pensaste que no me iba a gustar? ―Pregunté burlona―Pero si es increíble todo lo que veo... ―Siempre me atacan los nervios antes de la apertura―Explicó encogiéndose de hombros. Negué incrédulamente mientras bajábamos las escaleras de aquella impresionante "casa" veraniega que había construido Chris para sus amigos y me dirigí a la enorme y abierta cocina que me pedía a gritos que la usara. Pero no sólo era esta casa, sino también la casita principal que usarían Alex y Abbie, porque en donde estábamos y dormiríamos, era la humilde casa de invitados. Chris la había reconstruido totalmente, creando una segunda planta con tres habitaciones y tres baños, haciendo que mi mente hiciera mil preguntas sobre cómo Abbie había hecho todos esos años sin tener
"Así que te fuiste con ella sin pensar en las consecuencias? último aviso, mi amor, aléjate de esa perra o acabaré con ella" Bloqueé el teléfono y lo guardé en mi bolsillo sintiendo que la furia comenzaba a tensar mi cuerpo. Luego de haber pasado la impresión de lo que significaban aquellos mensajes, el miedo le había cedido el puesto a la rabia. No quería moverme. Santos cielos, realmente no quería hacerlo, y nada tenía que ver con la mujer que dormía casi sobre mí, sino porque todo giraba a mi alrededor. Y el cerrar los ojos empeoraba todo, por lo tanto, mantenía los ojos fijos en el techo apenas visible por la oscuridad de la habitación. El malestar de resaca me hacía dudar el querer beber de nuevo; no co26 CHRIS