Capítulo 372
—Acuérdense de disfrutar, que para eso están jóvenes —bromeó, despidiéndose.

Debido al embarazo de Luciana, no habría luna de miel fuera de la isla. El plan era quedarse unos días en Isla Minia, relajándose. Por la tarde, Jacobo propuso ir a la playa, y la mayoría coincidió en que sería buena idea.

—¿Y Pedro querrá ir? —preguntó Luciana, preocupada—. ¿Te apetece, cariño?

Pedro, con sus ojos brillantes, asintió con energía:

—Sí, hermana, quiero ir.

Ella seguía dudosa, consciente de que su propia movilidad era más limitada por el embarazo, temiendo no poder vigilarlo bien. Pero Pedro, que no era nada tonto, de inmediato dirigió su mirada a Alejandro, con el mismo aire inocente que Luciana sabía poner cuando buscaba conmover a alguien. ¿Cómo iba a resistirse Alejandro?

—Claro que iremos —dijo él, poniéndose de parte del chico—. No te preocupes, estaré al pendiente. Y ya que Pedro quería aprender a nadar, puedo empezar a enseñarle.

—¿De verdad? —preguntó el muchacho, con los ojos iluminado
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